jueves, 31 de marzo de 2011

A media semana

Foto: La Hora

Otto René: combatiente

revolucionario, imbatible


El domingo 19 de marzo de 1967, se intentó acallar la voz más alta y perdurable de la poesía guatemalteca de nuestro tiempo y segar la vida y trayectoria revolucionaria de un compañero y combatiente inclaudicable, imbatible. Ni lo uno ni lo otro, lograron sus verdugos.


Otto René Castillo es el poeta y revolucionario que vivirá por siempre y para siempre y cuya voz no se apagará nunca, nunca. Corresponde a los estudiosos de la poética guatemalteca y a los historiadores y ensayistas que se ocupan de estudiar, analizar, interpretar y explicar nuestro pasado más reciente (independientemente de que nada hagan o algo hagan por cambiar el estado actual de cosas), el desafío de confirmar o corregir lo que así expreso y lo que paso a decir enseguida y que no es sino el reconocimiento, respecto, homenaje y admiración al amigo y compañero, al camarada y militante, al combatiente y poeta.


La poesía de Otto René resume y engrandece su vida. Su vida y sus hazañas están plasmadas en su poesía, en cada línea escrita con la disciplina, exigencia y rigor de quien asume un compromiso por lo que hace y por lo que escribe o dice. No hace mucho leía que alguien dijo que somos lo que hacemos. Pienso que tiene razón. Y más me convenzo todavía al estar pasando revista a lo que Otto René Castillo logró en lo teórico y práctico, en lo humano y poético.


Cuando recién habíamos empezado a conocernos (pudo haber sido en 1949 o 1950), me dijo que a él le hubiera gustado que cuando nació (se dice que en 1936 y en Quetzaltenango) en su partida de nacimiento quedara constancia de que se llamaría Tecún. No fue una conversación que se olvida. Fue como un anticipo, un compromiso de quien así se expresaba. Conforme ha ido pasando el tiempo, lo que aquél joven expresaba era el anuncio y decisión de lo que se proponía forjar, desafiar y enfrentar, su compromiso e identificación y sentido de pertenencia a lo nuestro, a lo patrio, nacional, social y popular.


De Otto René Castillo es bastante lo que se ha escrito y mucho lo que queda por decirse. Es muy poco lo que se ha escrito y dicho de su vida, sus angustias, alegrías, afanes, esperanzas, recuerdos y empeños y, sobre todo, de la familia en donde nace, crece, se va formando y hace grande. La vida, la lucha y la poesía de Otto René tienen cimientos firmes, sólidos, consistentes. Es hacia allí a donde hay que dirigir la mirada.


Cuando lo conocí, estudiábamos en el Instituto Nacional Central para Varones, INCV. Siendo de los más jóvenes, iba más adelante de los demás. Estaba llamado a asumir responsabilidades con la decisión y firmeza de quienes saben de qué lado está el deber, como dijera Martí, y tienen el temple y fortaleza suficientes para mantenerse fieles y leales a los ideales por los que se lucha. Algo puedo decir de sus rasgos y características. Otto René Castillo era tan cauto y prudente como audaz y decidido, previsor, agudo y analítico, objetivo y sensato.


Aunque ya dije que iba adelante de los demás también hay que decir que comprendía muy bien, para decirle en términos vietnamitas, que el exitoso paso de la marcha sólo se logra si a los rezagados se les inculca y estimula, ayuda y apoya para avanzar. Era disciplinado y puntual. Le incomodaba la arrogancia y prepotencia, lo fatuo e insustancial. Muchos de sus otros rasgos y características están plasmados en su poesía aunque a lo que en ella refiera lo atribuya a terceras personas.


Cuando estábamos en el Instituto, ya era de los que se había identificado y comprometido, consciente y firmemente, con el proceso revolucionario del 20 de octubre de 1944. En septiembre de 1953, cinco Instituteros fuimos aceptados para ingresar como militantes de base del Partido Guatemalteco del Trabajo, PGT, el partido de la clase obrera en nuestro país. Otto René Castillo, es uno de ellos.


A finales de mayo y principios de junio de 1954, ante la inminencia de la intervención extranjera a nuestro país, Otto René pasó a formar parte de las brigadas juveniles y estudiantiles de defensa de la Revolución y la Soberanía. A él le correspondía irse al frente oriental, después del 30 de junio. Esto ya no fue posible. Los obreros, los campesinos, los jóvenes y los estudiantes organizados en el campo y en las ciudades, fuimos desmovilizados la tarde del domingo 27. Nada sabíamos de la inminente renuncia del Presidente Arbenz aunque sí de la oposición de algunos militares a entregar las armas al pueblo… (Continuará).

jueves, 24 de marzo de 2011

A media semana




El amigo y camarada,
el poeta y combatiente


Por invitación de Patrice, uno de los hijos de Otto René Castillo, participé este 19 de marzo en el Acto que tuvo lugar en el Patio de la Paz del Palacio Nacional de la Cultura. A mediados de febrero, Patrice me refirió que el Estado guatemalteco había acordado pedir perdón a los familiares de Otto René y de Nora Paiz por el asesinato cometido por las fuerzas contrainsurgentes del entonces gobernante, licenciado Julio César Méndez Montenegro, el 19 de marzo de 1967, en Zacapa.

Me dijo, además, que me correspondería hacer un relato de la vida revolucionaria de su papá. Por eso, acepté y decidí participar.

Desde que hablamos al respecto, empecé a retomar lecturas de aquél tiempo, pasar revista a la poesía que se ha publicado de Otto René y, sobre todo, recordarme de aquél sólo aparentemente lejano pasado pero que en mi memoria sigue tan actual y toma nuevos brillos cada vez que retorno al tratamiento de nuestra historia reciente. Es una de las herramientas de que dispongo a fin de explicarme e interpretar lo que está pasando ahora, el probable desenvolvimiento de los acontecimientos y continuar luchando por avanzar hacia una etapa superior de desarrollo, progreso y justicia social.

Conforme fui avanzando en el trabajo, me di cuenta que lo que iba elaborando se podía muy bien resumir en los diez minutos convenidos y que lo que no se alcanzara a decir pasara a formar parte de una elaboración de mayor extensión y encontrar el momento para darla a conocer. Es lo que voy a hacer a partir de ahora.

Lo que alcancé a elaborar consta de tres partes. La primera, está dedicada a la vida revolucionaria del poeta; la segunda, a dos de sus poemas emblemáticos; y, la tercera, a lo que hay que tener presente siempre y a los que no se debe olvidar. Lo que leí el día del Acto abarca la primera parte y algo de la segunda, De la tercera, apenas si insinué lo mínimo.

De esa cuenta es que, en su orden, iré publicando lo que leí el día del Acto para, después, dar a conocer lo que no hubo tiempo de decir acerca de dos de sus poemas que resumen lo que él fue y es ahora, así como la parte en que me refiero a lo que no hay que olvidar y a los olvidados que hay que recordar.

A manera de introducción y presentación puedo decir que trato de evitar lo que tanto se ha dicho del poeta y hablar de lo que se ignora o se mantiene en un silencio cómplice o se explica e interpreta a conveniencia de quien lo hace o dice.

Esto, por un lado. Por el otro, no se vaya a pensar que el espacio que dedico a la lucha y poesía de Otto René, me lleve a dejar de lado o posponer el seguimiento que le he venido dando a lo que acontece en otras partes del mundo y, menos, del momento por el que está atravesando el país y los riesgos y peligros que es posible advertir.

En mi libreta de apuntes registro el diario acontecer nacional e internacional y no faltará ocasión para que, también, lo pueda publicar. Es parte de mi diario que hacer, como en mi diario que hacer es tan renovador y estimulante traer a cuenta nuestro pasado más reciente y del que tantas lecciones y experiencias hay que extraer y asimilar, crítica y autocríticamente.

No sería serio y responsable mirar hacia otro lado y dejar de solidarizarse con el pueblo japonés y permanecer indiferente ante la catástrofe que ha abatido a su país y la grave amenaza que se cierne sobre aquella región y otros países del planeta por el humo radiactivo que despiden las plantas termonucleares siniestradas.

Sería una irresponsabilidad, también, no prestarle atención a lo que está sucediendo en el Norte de África y en el Oriente Medio o pasar por alto y guardar silencio ante la agresión y bombardeos de las fuerzas extranjeras lideradas por EEUU, Gran Bretaña y Francia contra el pueblo libio y que no tiene otro propósito que apoderarse de los yacimientos petroleros de Libia o sólo deponer a Muammar el Gadafi.

Tampoco sería serio y responsable dejar de señalar y condenar el atropello de que se ha hecho objeto a la población del Valle Polochic al desalojar por la fuerza a más de 600 familias indígenas, ocasionar la muerte de Antonio Bed Ac, herir a otros campesinos más y destruir los sembrados y cosechas en una tierra de la que se quieren apropiar los neocolonizadores cañeros llegados del sur del país o no percibir el tan peligroso escenario que se está tratando de crear a fin de que en nuestro país las cosas se pongan peor que en mayo de 1993 o mayo de 2009.

En ese entorno, es válido recordar a Otto René Castillo, su vida, su lucha, su poesía así como decir algo de los olvidados a quienes no se quiere o no conviene recordar.


Nota: Ante las más altas autoridades del país y ante numerosos asistentes y las familias de los homenajeados, Ricardo Rosales Román, conocido durante la lucha armada y clandestina en Guatemala como Carlos Gonzáles, hace la presentación de la trayectoria revolucionaria del poeta y combatiente Otto René Castillo. Foto La Hora con pie de foto de quien envía la información.


jueves, 17 de marzo de 2011

A media semana

Nuestra institucionalidad actual:
de su agotamiento a su fase terminal


En una de mis columnas de finales del año pasado, abordé la cuestión de las contradicciones y decía que las que se dan en las alturas son intrínsecas a la rebatiña que tiene lugar en torno a la acumulación y acaparamiento de riqueza, ganancias y utilidades, privilegios y prebendas, adjudicaciones y licitaciones, exoneraciones e incentivos y, además, por el control del poder político y gubernamental. (Diario La Hora, miércoles 10 de noviembre de 2010).

Además, decía que, en determinadas condiciones y en unos casos, las contradicciones son de carácter antagónico y, en otros, no antagónicas, así como que las no antagónicas son secundarias y las antagónicas son las fundamentales y principales. Unas y otras, a su vez, son causa o efecto de la crisis y las crisis pueden ser recurrentes o cíclicas, continuadas o prolongadas y, en la medida en que se profundizan y agravan, desembocar en crisis por agotamiento y caducidad.

Lo expresado en aquella ocasión sigue teniendo validez y, a estas alturas, tiene --probablemente-- mayor actualidad aunque considero necesario hacer una que otra puntualización a fin de ubicar lo ya dicho en el contexto de nuestro acontecer histórico más reciente y lo que está ocurriendo ahora.

Al respecto debo comenzar diciendo que lo que entonces caractericé como una rebatiña es, dicho en otros términos, las pugnas, disputas y conflictos que tienen lugar entre la élite patronal y oligárquica tradicional, sus cámaras patronales organizadas y sus grupos paralelos de interés y presión, por un lado y, por el otro, las facciones políticas en el poder gubernamental y las que pugnan por alcanzarlo.

En ese marco y como lo consigné la semana pasada, la sociedad civil viene a ser algo así como una estructura paralela de presión que no está ni es ajena a las pugnas, disputas y conflictos entre la élite patronal y oligárquica y las distintas facciones políticas a cargo del poder gobernante.

Situando lo anteriormente dicho en el marco de lo acontecido a lo largo del siglo pasado y lo que va del presente, es posible caracterizar estos años de nuestra historia como la continuidad y sucesión del predominio y hegemonía de la élite patronal y oligárquica tanto en lo económico e institucional, como en el control y usurpación del poder político y gubernamental, los poderes del Estado, sus autoridades e instituciones. Sólo en 10 años, esto no fue así.

En los 113 años de nuestra historia reciente, es posible identificar cuatro etapas, cada una de ellas con sus características y especificidades, fases y momentos, y entre las que no es posible encontrar diferencias sustanciales a no ser en una de ellas (1944 – 1954) durante la que las cosas en lo institucional, político y social comenzaban a cambiar y empezaban a dejar de ser lo que eran antes.

Cronológicamente y en su contexto histórico, de estas cuatro sucesivas etapas la primera comienza en 1898 y se prolonga por 46 años. Al agotarse y caducar, en 1944, da paso a una segunda que dura 10 años (1944 – 1954) y durante la que tienen lugar las grandes transformaciones estructurales y de fondo en interés del país y beneficio de nuestro pueblo.

En junio de 1954, el proceso revolucionario iniciado el 20 de octubre de 1944, es violentamente interrumpido para dar paso a una tercera etapa (1954 – 1986) y cuya característica principal es la continuidad de sucesivos gobernantes militares de fuerza y que al agotarse y caducar da, a su vez, lugar a la etapa en que actualmente nos encontramos (se inicia en 1986) y durante la que se suceden siete gobernantes civiles sin que ello signifique y dé lugar a una real y verdadera alternabilidad gubernamental y de poder.

En esta etapa y durante dos períodos gubernamentales (2000 – 2004 y 2008 – 2011), la élite patronal y oligárquica y sus cámaras patronales parecieron estar ante el peligro (más supuesto que real) de llegar a perder el control del poder político y gubernamental a causa o como resultado de las pugnas, disputas y conflictos que parecían estar teniendo con las facciones políticas gobernantes.

En cuanto al momento actual, todo indica que --cualesquiera que sean los resultados de las votaciones que pudieran tener lugar en septiembre-- la llamada transición a la democracia podría estar en la fase terminal de su caducidad y agotamiento.
En tales condiciones, es obligado preguntarse, qué hacer, a partir de mayo, de mayo a septiembre y después de septiembre.

miércoles, 9 de marzo de 2011

A media semana

Algo más sobre la estructura
económico-social

En la estructura económico-social de nuestro país, se han superpuesto, inventado e institucionalizado categorías que la distorsionan, desnaturalizan y, estrictamente hablando, no corresponden a lo que económica, social e históricamente se identifica y caracteriza como una estructura económico-social en concreto y en un momento dado así como las relaciones que en ella se dan y que de ella se derivan.ç

De ahí que ahora se hable de relaciones entre empleadores y empleados y no de relaciones entre patronos y obreros y de relaciones entre patronos y campesinos e indígenas, además de las que se dan entre patronos y capas medias de la población.

Hoy en día se habla del empresariado y sus sectores organizados y lo que se identifica como cámaras empresariales, en realidad, debería denominárseles cámaras patronales. A su vez, al conjunto de cámaras en que se integran, se les define como el sector del empresariado organizado.

Precisando lo anterior. Ante lo que se está es ante el sector patronal organizado y a sus cámaras tendría que caracterizárseles como cámaras patronales y, por la rama de la producción a que se dedican, llamarlas como lo que en realidad son: cámara patronal del agro, cámara patronal del comercio, cámara patronal de servicios y cámara patronal de la industria, entre otras.

Además, por encima de las cámaras patronales y de los patronos no organizados, está la élite del poder económico y su cada vez más reducido número de familias que la conforman y a la que no se le puede dar otra denominación y caracterización que la de élite patronal del poder económico hegemónico.

De lo anterior se deriva que las relaciones entre patronos y obreros y entre patronos y campesinos e indígenas, son relaciones entre los dueños del capital y los medios de producción y quienes venden su fuerza de trabajo. Sin esas relaciones (que por su naturaleza y carácter son explotadoras y opresoras), los patronos no estarían en condiciones de producir y asegurarse las desmedidas utilidades que acumulan y acaparan a costa del trabajo de obreros, campesinos e indígenas.

Sería por demás ingenuo presupuestar que la acumulada bonanza de la parte patronal sólo sea resultado del linaje que ostentan, la herencia de sus antepasados, su iniciativa y riesgos que “deciden correr”, los recursos financieros y económicos de que disponen y manejan, sus inversiones, los poderes políticos y fácticos y la corrupción de doble vía a cuya sombra han amasado sus inmensas fortunas. Hay algo más de fondo de lo que ahora casi nada se dice.

En el fondo de esta injusticia y desigualdad, lo evidente y real está en la superexplotación de que se hace víctima a obreros, campesinos e indígenas por parte de los patronos, así como de las capas medias que, en la medida en que se empobrecen, pasan a engrosar y formar parte del ejército de desocupados u obligados a depender de la economía informal.

Hay algo más y que, al igual que lo anterior, desfigura y distorsiona nuestra realidad social e institucional. Se trata de esa otra invención a la que se ha dado en denominar como sociedad civil.
La descomposición, desprestigio, electoralismo y fracaso del sistema político y de partidos, ha viabilizado que la sociedad civil esté pasando a ocupar el lugar de las organizaciones políticas y, en cierta forma, suplantar el papel del movimiento obrero y sindical, campesino e indígena, social y popular.

Luego de la emisión de la Ley de Comisiones de Postulación las cosas se han aclarado más en cuanto al papel de la sociedad civil, los intereses que representa y defiende y las posiciones que asume.

Durante las ya realizadas elecciones para integrar los organismos encargados de la administración de justicia y, ahora, con las de la Corte de Constitucionalidad, se cuenta con más elementos que permiten identificar los intereses en juego y el escenario de las disputas y posiciones.

El posicionamiento de la sociedad civil tiende a identificarse cada vez más y corresponde a los intereses de la élite patronal y sus facciones organizadas en el CACIF, así como con los de la embajada estadounidense. El contenido y forma como están publicados los seis campos pagados de la semana pasada y las injerencistas declaraciones del señor McFarland, lo confirman.

Por aparte y, en un día como hoy, cuando la primavera está por despuntar, no quiero dejar de referirme a la inmensa alegría que a sus hijos, a sus nueras, a su nieta y a sus dos nietos y a mí, nos invade poder abrazar a Ana María en su cumpleaños y tener la dicha de compartir con ella su tan provechosa y ejemplar existencia. ¡Felicidades, muchas felicidades, Mariíta!

jueves, 3 de marzo de 2011

A media semana

Medios de comunicación
y revueltas en el Norte de África


No sé si a alguien más le pasa lo que a mí cuando leo las informaciones y opiniones o comentarios que se publican en casi todos los medios del país. Espero que sí. Lo que se informa y opina o comenta me motiva dudas, desconfianza y no pocos cuestionamientos, sobre todo, por cómo se informa y opina o comenta. Subrayo: por cómo se informa y opina o comenta.

Por mi parte, corresponde a una actitud y posición crítica y autocrítica ante lo limitado y sesgado y el tan reducido espacio que se le dedica a lo que se informa y comenta u opina y el desperdiciado y abundante lugar que ocupa el anuncio y la publicidad consumista, además de secciones intrascendentes de las que se podría prescindir sin que nada pasara a no ser la pérdida de tiempo que ocasiona darle vuelta a las hojas en que se incluyen o tenerlas que tirar al cesto de la basura.

Vea usted. Haga la cuenta del espacio, por ejemplo, que tres de los principales y más importantes medios impresos de la mañana le vienen dedicando a las revueltas en el Norte de África y Medio Oriente. Es, según lo que se puede recopilar, reducido, sesgado, tendencioso y parcial. En ello influye y son determinantes las fuentes que se utilizan y que no son otras que los tradicionales despachos, agencias de prensa y medios impresos como El País o El Mundo, ambos de España.

En Prensa Libre.com de ayer martes 1 de marzo se incluyen cuatro despachos, el primero de los cuales remite a 10 vínculos que no se incluyen en su edición impresa. En el Periódico, en una de sus páginas de la sección El Mundo se puede encontrar una nota informativa de su Redacción y en la que se resumen despachos de AP, DPA y algo de lo publicado en El País. En menos de tres cuartos de otra de sus páginas, hay una información más, tomada igualmente de El País.

Por su parte, Siglo XXI.com publica un despacho de AFP y dos de EFE de los cuales sólo uno se incluye en los dos tercios de página de la edición impresa. En el vespertino La Hora se da cabida, en una de sus 32 páginas de la edición de la víspera, a un despacho de AFP emitido en Trípoli y un breve e interesante análisis también de AFP enviado desde Beirut.

En mi opinión, para que se tenga una idea lo más aproximadamente posible de lo que vale la pena leer y conocer hay que acudir a lo que se publica, opina o comenta en algunos de los medios impresos y sitios alternativos que se editan en el extranjero.

LaJornada de México, en su edición del primer día de marzo, incluye seis artículos informativos y un interesantísimo comentario; Público.es, de España, incluye cinco artículos de información suficientemente documentados; Página 12, de Argentina, publica siete artículos; Rebelión, siete de opinión y cuatro informativos, igualmente bien documentados; Democracy Now, de Estados Unidos, publica seis artículos y de las cuatro columnas de los jueves de Amy Goodman correspondientes al mes de febrero, tres las dedica al tema.

Hay otros medios más a los cuales habría que acudir para así poder ampliar y enriquecer la información y opiniones o comentarios, en este caso, sobre los acontecimientos que están teniendo lugar en el Norte de África y Medio Oriente. Los que enumero, puede decirse, son una buena base para empezar.

En consecuencia, depender de lo que se publica y opina o comenta en el país, lo pone a uno ante el riesgo de estar desinformado y aislado, convertido en sujeto manipulable y, lo que es peor, manipulado y sin los elementos suficientes para entender, interpretar, explicarse y opinar sobre lo que en realidad está ocurriendo.

Al respecto, también es necesario preguntarse si con lo que se informa y comenta u opina y cómo se informa y comenta u opina acerca de la realidad y situación del país, permite y es suficiente para disponer y tener al alcance lo que se necesita para estar bien informado y documentado. En mi opinión, considero que no.

En todo caso, la crisis general por agotamiento y caducidad del sistema y los regímenes gobernantes en casi todos los países de aquella parte del mundo, pasa por la solución pacífica, avance y profundización de los cambios estructurales e institucionales ya iniciados, sin injerencia e intervención militar de cualquier país o conjunto de países, decisión internacional o de potencia extranjera, empezando por la imperial y neocolonizadora de Estados Unidos.

Es la alternativa válida, legítima, irrenunciable, soberana, a asumir por los pueblos de la región y sólo por ellos.

A media semana

La situación en nuestro país
en el momento actual


Mientras las revueltas en el norte de África y las protestas en el Medio Oriente están cambiando la correlación de fuerzas y situación en la región, en nuestro país se continúan cometiendo abusos, atropellos y crímenes contra dirigentes comunitarios y conductores del transporte urbano. El comienzo de la campaña para las votaciones de septiembre se ve perturbado por asesinatos políticos, información periodística, comentarios y encuestas que manipulan burdamente la opinión pública y la intención del voto.

Lo que está aconteciendo en el norte de África y en el Medio Oriente tiene en cada país sus propios rasgos y características, objetivos diferenciados y soluciones desiguales. Hay, también, características y rasgos que les son comunes, entre ellos, las causas del descontento y protestas así como la legitimidad de las demandas y exigencias. Lo que en cierta forma es decisivo, aunque no necesariamente determinante, son los intereses geoestratégicos de Washington que condicionan su comportamiento y decisiones en lo militar, político y económico.

En el pasado y ahora, también, una práctica inveterada de la política exterior de los gobernantes estadounidenses es que, en tanto quienes gobiernan en otros países les son útiles y les sirven, los apoyan, sostienen y ayudan sin importarles lo corruptos, tiránicos y despóticos que sean.
Cuando se percatan de que ya no hay que seguir utilizándolos, prescinden de ellos, los abandonan a su suerte y estigmatizan. Si la situación lo exige pueden llegar a facilitar su defenestración no para abrirle paso a un cambio de la situación sino para interceptar y mediatizar las luchas sociales y populares, que todo siga igual y apuntalar a sucesores que llegan a serlo por el apoyo y reconocimiento que se ven obligados a darles.

Es esto lo que pareciera estar ocurriendo en Túnez y Egipto. Sin embargo, no hay que verlo como algo definitivo. Los acontecimientos están en desarrollo y las cosas podrían agarrar un rumbo diferente y a contrapelo de los propósitos de dominación e injerencistas de la Casa Blanca, el departamento de Estado y el Pentágono y sus aliados en Israel. La situación tampoco está definida en Bahréin, Yemen y Marruecos.

Lo que no hay que perder de vista es que en una tan convulsa y agitada situación como la que se ha creado en África del norte y en el Medio Oriente a partir del 14 de enero. Las agencias y servicios de inteligencia estadounidenses e israelitas están exacerbando el descontento y malestar, las protestas, manifestaciones y provocaciones a fin de, por un lado, apuntalar a gobernantes que les conviene mantener y, por el otro, conspirar y tratar de salir de los que les son incómodos y obstaculizan sus planes militares y de ocupación e intervención en la región.

Además de los factores que como queda dicho arriba enrarecen y contaminan la situación en Guatemala, téngase en cuenta la continuada y recurrente violencia social, la delincuencia común, el narcotráfico, la trata de personas, el sicariato, las vendettas y ajustes de cuentas, ciertas formas de limpieza social y ejecuciones extrajudiciales, los linchamientos, el nada ético uso de los testigos protegidos o colaboradores eficaces, la impunidad y corrupción, el nepotismo, los poderes paralelos y grupos de presión, el avorazamiento del poder económico tradicional, los atropellos y
arbitrariedades de empresarios, patronos, agroexportadores y transportistas.

Algo más. Después de 11 días del asesinato de Alberto Coc Caal, Sebastián Xuc Cuc y Catalina Mucú Maas es sospechoso e indignante que ninguno de los terratenientes de la zona a los que las organizaciones campesinas y de indígenas sindican como responsables haya sido capturado y puesto a disposición de los tribunales. Por aparte, en lo que va del año han sido asesinados 19 conductores, seis ayudantes y 13 usuarios del transporte urbano y extraurbano.

La situación se perturba con la pésima utilización de las tan ya desnaturalizadas interpelaciones en un Congreso muchas de cuyas bancadas son de las peores de los últimos 25 años y quizá sólo comparables con las depuradas hace 18 años. El momento lo contaminan más ciertas exigencias de transparencia en la elección de magistrados de la Corte de Constitucionalidad detrás de las que no es difícil advertir los intereses que se mueven y que las motivan.

Son otros los referentes a considerar para que se pueda empezar a ponerle fin a lo que anda mal, que las cosas, institucionalmente, cambien de raíz y lo que se exige y demanda no sea para que todo siga igual o tienda a empeorar.