miércoles, 29 de abril de 2009

A media semana

El peligro principal


En momentos de crisis y cambios hay que considerar, por un lado, los riesgos y peligros reales y las potenciales y permanentes amenazas y, por el otro, las expectativas e ilusiones que se generan, la viabilidad y concreción de la alternativa a la crisis y cómo avanzar en el proceso de profundización y consolidación de lo alcanzado.

En lo económico, financiero, laboral, alimentario y ambiental se está atravesando por la más grave crisis global de los últimos 70 años. Éste es el lado oscuro de la situación actual. El lado que alumbra el horizonte lo configuran los cambios revolucionarios que están teniendo lugar, en particular, en América del Sur.

Después del triunfo revolucionario en Cuba hace 50 años, y los 48 de la proclamación de su carácter socialista, es --a partir de la última década del siglo pasado y en lo que va del presente-- que se reconfigura el mapa geopolítico de América Latina y el Caribe.

En Venezuela, Bolivia y Ecuador tienen lugar importantísimos cambios revolucionarios rumbo al socialismo del siglo XXI. En Chile, Brasil, Argentina y Uruguay, se está en presencia de limitados avances reformistas de centro izquierda. En Perú, República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Honduras, Haití y Guatemala se produce un cierto corrimiento hacia el centro sin que se puedan percibir cambios de alguna significación e importancia, salvo en política exterior en Honduras y Costa Rica. En tanto que en México, Colombia y El Salvador continúan en el poder gobiernos conservadores de derecha.

En El Salvador la situación empezará a ser diferente a partir de junio con la llegada al gobierno del electo presidente Mauricio Funes. Por lo que hasta ahora se percibe, se le puede ubicar, tentativamente, entre los gobernantes reformistas, moderados, de centro izquierda y cuyo rumbo ulterior lo irá marcando el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, sus votantes y el propio pueblo salvadoreño.

Como no dispongo de elementos suficientes, no me es posible definir la ubicación que podría corresponderle a Nicaragua y Paraguay, lo cual no quiere decir que no tenga en cuenta y no destaque el significado e importancia que tiene el retorno al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, por la vía electoral y que constituye un hecho sin precedentes desde el punto de vista revolucionario. En cuanto a Paraguay, el arribo al gobierno del presidente Fernando Lugo marca el principio del fin de 60 años de sanguinaria tiranía militar y continuismo contrarrevolucionario, represivo y anticomunista de Stroessner y sin Stroessner.

En cuanto a Estados Unidos, la derrota electoral de los republicanos y los 100 días en la Casa Blanca del primer presidente afroestadounidense electo, ha despertado expectativas e ilusiones pero, a su vez, no quiere decir que haya desaparecido la amenaza que para el propio pueblo estadounidense y los pueblos y países de América Latina y el Caribe, representan los intereses del imperio, la globalización agonizante y el desahuciado neoliberalismo.

En todo caso, la dinámica de los acontecimientos apunta en dirección de una correlación cada vez más favorable a las fuerzas revolucionarias, populares, democráticas y progresistas al sur del río Bravo. En ese marco, no hay que subestimar los peligros que amenazan y ponen en riesgo las conquistas revolucionarias.

En efecto, quienes controlan los hilos del poder, la seguridad, espionaje, conspiraciones, atentados, trabajo sucio y desinformación, dentro y fuera de Estados Unidos, tratarán --por todos los medios y de acuerdo a las condiciones y circunstancias de ahora-- de revertir el mapa geopolítico actual del Continente lo cual pasa por: 1) desestabilizar la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana en Venezuela, la Revolución Plurinacional y Multilingüe en Bolivia y la Revolución Ciudadana en Ecuador, fraguar atentados contra sus dirigentes y urdir complots para derrocarlos; 2) reprimir y criminalizar las luchas revolucionarias y populares, y 3) forzar el retroceso y realineamiento en países con gobernantes moderadamente socialdemócratas, el retorno a la derecha de los que se hayan desplazado hacia el centro y el apuntalamiento y apoyo a los de extrema derecha.

Tal es el peligro principal que amenaza a los países y pueblos de América Latina y el Caribe en el marco de la recesión global que es a la clase obrera, el campesinado, los pueblos indígenas y las capas medias a quienes más afecta y sólo beneficia al imperio, las grandes corporaciones transnacionales y el sistema bancario y financiero mundial.




Diario La Hora, Guatemala
29 de abril de 2009RRR \ cgs

lunes, 27 de abril de 2009

2008: Año de la recesión

Los compañeros de siempre,
y los amigos de verdad




Un compañero es de los de siempre y un amigo es de verdad porque se les tiene afecto, respeto y admiración. Forjar una amistad y el compañerismo en la lucha, depura, supera, hermana, une. La camaradería y amistad inspira confianza, lealtad, consecuencia. De ahí que los amigos de verdad, sean los compañeros de siempre y los compañeros de siempre, los amigos de verdad.

La amistad se finca en lo que es común, el barrio donde se creció, las aventuras, travesuras, inquietudes, anhelos, ilusiones, peleas y trifulcas. Los compañeros de lucha, están entre lo mejor de los obreros, los campesinos, las capas trabajadoras y los pueblos indígenas, y los que luchan con ellos por sus intereses, demandas y reivindicaciones de clase.

Para quien proviene de las capas medias, no es fácil alcanzar esa identificación de clase. Se logra con la militancia, participación y relación orgánica, la acción revolucionaria, estudio y aplicación creadora de lo más avanzado y actual del pensamiento revolucionario, de acuerdo a las condiciones concretas de cada país, y la asimilación inteligente de las experiencias de otros pueblos.

El revolucionario, como lo dijera Lenin, no es quien se hace al advenir la revolución, sino el que mantiene con firmeza los principios cuando los liberales y los demócratas más vacilan.

Es revolucionaria, entonces, la lucha que enfrenta a la clase obrera, el campesinado, las capas trabajadoras de la población y los pueblos indígenas con la oligarquía; es decir, entre las fuerzas sociales y populares decididas a derrumbar el sistema imperante y, luego de la toma del poder político, transformarlo de raíz y la clase que las explota, oprime y discrimina y se aferra al pasado y a su sistema impuesto.

En el mes del 64 aniversario de nuestra Revolución de Octubre, hay que destacar sus realizaciones, significado y trascendencia social y popular. Además, rendir merecido homenaje a los amigos de verdad y a los compañeros de siempre, los que ya fallecieron o cayeron luchando por Guatemala, la Revolución y el Socialismo, así como a los que continúan en la lucha por una Guatemala multiétnica, pluricultural y multilingüe, democrática, revolucionaria, soberana e independiente y que solidaria e internacionalistamente apoyan las luchas del pueblo estadounidense en el corazón mismo del imperio, la resistencia iraquí y en Afganistán, al pueblo palestino, la Revolución en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Paraguay, la lucha del pueblo de Brasil, Uruguay y Argentina, la campaña mundial por la libertad de los cinco luchadores cubanos contra el terrorismo prisioneros del imperio y el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que los gobernantes estadounidenses mantienen contra Cuba por cerca de medio siglo.

El Comandante Fidel Castro Ruz ha dicho que “Revolución es… cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas…; es unidad, …independencia, …luchar por nuestros sueños de justicia; … es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.

Son éstos los más nobles, profundos y sublimes sentimientos y convicciones revolucionarias que hermanan en la lucha y permiten, en la víspera, tener presente que, 41 años atrás, las balas con que la CIA y los verdugos bolivianos creyeron que segaban la vida del Guerrillero Heroico, lo inmortalizaban.

Entre los amigos y compañeros, Chaly Morales es más que admirable, es ejemplar, indoblegable y como Carlos Guillermo, Alfonsito Orantes, Wilfredo, Otoniel, Edgar Morán y Julio Rodríguez, Roque, Loyola, Eulogio e Iván, Ernesto, José Ramón y Ana María, es de los de verdad, de los de siempre.

Nayo, Huberto, Silva Jonama, Barrios Klee, Turcios Lima, Rolando, Libo Haroldo, Tono Fernández, Leoni, Néstor, Leonel, Otto René, Hugo Rolando, Andrade Roca, Centeno, Nayo Lemus, Robin, Oliverio, Rogelia, Myrna, Colom Argueta, López Larrave, Fito Mijangos, Camey Herrera, Gómez Padilla, Ovando Sánchez, Saúl Morales, Santiago López, Landa, Mariano, Tonita, Remigio, Ramón, Higinio, Clara, Luz Haydé, Manuelita, Hugo Adaíl, Arqueles y Manuel José, sobresalen.

Están presentes, Arbenz Guzmán, Allende, Shafick y Arismendi. Paz Tejada, Bauer Paiz, Amado, Nicolás, Marta Aurora, María del Carmen, Carlos Enrique, Amadeo, Piedrasanta, Tristán y Ramiro, persisten. Julio Fausto, está de pié.

Camilo, el Che y Fidel, encarnan la forma más alta de consecuencia, lealtad, firmeza y confianza en la Revolución y el Socialismo.


Diario La Hora, Guatemala
8 de octubre de 2008,
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viernes, 24 de abril de 2009

2008: Año de la recesión

Sobre algunos de los problemas
en la lucha revolucionaria



La experiencia enseña que la mejor manera de tomar conciencia tanto de los problemas en la lucha revolucionaria del pasado reciente como los que se tienen en el momento actual, es tenerlos presente, aprender de ellos, saberlos enfrentar y superar a tiempo, intentar sistematizarlos, analizar y, sobre todo, luchar porque no se repitan y reproduzcan.

A la lucha revolucionaria no se desemboca por resentimientos y desajustes individuales o sociales de los que afectan y padecen quienes provienen de hogares disfuncionales, desintegrados, autoritarios y problemáticos o de un entorno hostil y de rechazo. Los resentimientos y desajustes individuales o sociales, la hostilidad y el rechazo de que se sea objeto, son una manifestación más del sistema capitalista de explotación, opresión, dependencia, discriminación y exclusión, pero, en ningún caso, sustento de la lucha de clases.

Los resentimientos y desajustes personales o sociales constituyen un peligro real y potencial en las filas de la revolución. Pueden resultar manifestándose en problemáticos estados de ánimo, frustraciones y rencores acumulados y contenidos, confrontaciones y desahogos intempestivos. El resentido y quien padece de desajustes personales o sociales, es propenso en la práctica a caer en el aventurerismo y las provocaciones y en el subjetivismo y el voluntarismo en lo teórico.

Las disidencias y desacuerdos, son algo totalmente distinto. Luego de que una cuestión ha sido sometida a conocimiento, estudio, discusión y aprobada, pasa a ser de obligatorio y consciente cumplimiento y disciplinadamente acatada por todos, incluyendo por quienes hayan estado en desacuerdo y votado en contra. De manera que en tanto una cuestión no ha sido discutida y acordada, está abierta la posibilidad no sólo a discrepar y objetarla sino, además, de proponer algo distinto a lo planteado o los cambios y mejoras para superar las deficiencias de que pudiera adolecer o porque no contribuyera a enriquecer, actualizar, profundizar, desarrollar y, en la práctica, aplicar las elaboraciones ya acordadas.

La disidencia se da cuando quienes no estuvieron de acuerdo con lo resuelto y votado en contra, se oponen a lo acordado y optan por no acatarlo ni cumplirlo y empiezan a buscar aliados que los secunden y apoyen en su discrepancia y desacuerdo.

Los disidentes no dejan de ser compañeros de lucha aún en el caso de que abandonen la organización y se organicen y luchen en torno a un proyecto con el que consideran que pueden dar su aporte a la revolución. Por el contrario, la disidencia que fracasa en su proyecto y quienes lo secundan, empiezan a dejar de serlo cuando por sus posiciones y planteamientos excluyentes, sus prácticas antiunitarias y divisionistas, pasan a considerarse dueños absolutos de la verdad e indiscutidos depositarios de la causa revolucionaria y pretenden dirigirla. Es esa nociva y desesperada propensión al hegemonismo vociferante y el radicalismo excluyente.

Dejan de serlo, además, a partir del momento en que hacen de la diatriba, las inexactitudes, la mentira, las suposiciones, las conjeturas, el insulto, la calumnia y la descalificación, la razón de ser de su frustración ideológica, política y en la práctica. Los ejemplos en el pasado son tan ilustrativos como los que se dan en el momento actual.

Lo anterior, nada tiene que ver con al papel del infiltrado. La infiltración vulnera lo organizativo, la disciplina interna y la vigilancia revolucionaria. Por sus repercusiones y consecuencias, constituye uno de los problemas más serios y graves para la lucha revolucionaria y el peligro principal.

El infiltrado trata de meter cizaña, sembrar la desconfianza, desorganizar lo que necesita que se desorganice y que lo que se planifique y se haga fracase; que las divergencias y discrepancias -reales o supuestas- se exacerben, las cuestiones teóricas y prácticas no resueltas se compliquen más y las rupturas y escisiones se produzcan.

El infiltrado es, además, propenso a presentarse unas veces como “radical” de izquierda y otras como “moderado” de derecha: todo depende de lo que al enemigo conviene. Quien consciente o inconscientemente secunda a un infiltrado, es fácil presa de sus provocaciones.

El provocador, por su parte, es de los que proponen “lo que se debe hacer” pero trata de imponer que sean otros los que lo hagan y, cuando participa, si las cosas no salen bien, culpa a terceros o a factores que “asegura” no se previeron. No es dado a reconocer su propia responsabilidad pero sí a atribuirse el éxito.

Son éstos algunos de los problemas que por ahora quería abordar y, aunque por razones de espacio no haya tocado lo referente a cómo enfrentarlos y contribuir a superarlos, de ello y a otros más, así como a sus manifestaciones y consecuencias, me ocuparé después. Octubre, es un buen mes para intentarlo.


Diario La Hora, Guatemala
15 de octubre de 2008,
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miércoles, 22 de abril de 2009

A media semana

Detrás del 24 de marzo


Hace dos semanas decía que ojalá que para el pasado lunes 13 pudiera contar con más elementos, información, opiniones y comentarios para intentar una aproximación a lo que en realidad pudo haber estado detrás del martes 24 de marzo. Las conversaciones e intercambios de información y opiniones, la relectura de comentarios y análisis me permiten --tentativamente-- referirme a ello.

Una hipótesis se define como la “suposición de una cosa posible o imposible para sacar de ella una consecuencia”. Una hipótesis de trabajo, por su parte, es “la que se establece provisionalmente como base de una investigación que puede confirmar o negar la validez de aquella” (Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua).

En ese orden de ideas, es probable que el 24 de marzo se estuviera ante la amenaza real de un golpe de Estado. Otra posibilidad es que la situación hubiera llegado a tal grado de descontrol que lo que procedía era imponer el estado de sitio. Y, la tercera eventualidad es que las contradicciones “en las alturas” fueran ya irreconciliables y la salida que quedaba era la renuncia del gobernante.

Éstas, en mi opinión, son tres de las hipótesis de trabajo a darle seguimiento a fin de establecer qué fue en realidad lo que estuvo detrás del aciago martes 24, y las consecuencias que de ello se podrían derivar.

Por separado y en su conjunto, los tres supuestos descritos no se pueden descartar ni dejar de considerar como el entorno inmediato, durante y después de lo ocurrido en los últimos diez días de marzo. La información, opiniones y comentarios, la tensión, zozobra, pánico, intranquilidad y desesperación que cundió de inmediato era el clima propicio para favorecer como para tratar de evitar que (aunque la situación no quedara resuelta) se “ganara tiempo” a fin de no entorpecer la V Cumbre de las Américas del pasado fin de semana. Las presiones del extranjero (si es que las hubo) tuvieron que ser muchas y muy fuertes.

Se puede decir, entonces, que se está ante un compás de espera, cuyo desenlace no puede verse al margen de lo que hipotéticamente pudo o no estar detrás del 24 de marzo.

Aunque ya me referí a ello (Diario La Hora, 8 de abril de 2009), no está demás insistir en que los asesinatos y los heridos que hubo aquel día, están por debajo de la mitad de las 15 o 16 muertes violentas que ocurren en el país diariamente, y de los lesionados por proyectiles de armas de fuego. Según la Policía Nacional Civil (PNC), del 2000 al 2008 han muerto violentamente 32 mil 259 personas y en los centros de socorro han sido atendidos 58 mil 265 heridos por impactos de bala. (elPeriódico, 20 de abril de 2009).

Radio Sonora y los canales de televisión a que pertenece, enderezaron sus baterías informativas en dos direcciones no contrapuestas: una, crear el clima de opinión propicio para implantar el estado de sitio; y, dos, apoyar y respaldar a un gobernante debilitado y tambaleante.

Por su parte, uno de los columnistas de Siglo XXI opinó que el presidente debía renunciar (28 de marzo de 2009). Del golpe de Estado algo se insinuó en los medios, mas fue de boca en boca como se generalizó el rumor.

De los siete gobernantes que ha tenido el país en los últimos 23 años cuatro son, en mi opinión, los que han estado sometidos a fuertes presiones por parte de las élites del poder económico a fin de obligarlos a plegarse a sus condiciones e intereses.

Uno de ellos fue el demócrata cristiano Vinicio Cerezo Arévalo (1986 – 1991) a quien lograron reducirle al máximo “su poder” y obligarlo a dar marcha atrás en su propósito de acordar una reforma fiscal. Otro, es el actual que no por su dizque afiliación social demócrata sino por su ineptitud, se sabe hasta dónde las élites pueden permitirle que se mueva. A un tercero, el evangélico Jorge Serrano Elías (1991 – 1993), lo depusieron “sin romper el orden constitucional”. Al controvertido y corrupto Alfonso Portillo (2000 – 2004) no lo aguantaron ni lo pudieron utilizar.

En el contexto actual, habrá que considerar otros componentes más que configuran y podrían ser determinantes al momento de darse un desenlace a la tan agravada situación en que se tiene al país. En una plática a la que asistí, entre los que opinaron, alguien dijo en cuanto al desenlace --sin precisar cuál podría ser-- que por ahora era todavía prematuro hablar, pero para septiembre podría ser demasiado tarde.

* * *

Para quienes ya lo olvidaron o quieren ignorarlo o no lo saben, es oportuno recordarles que un día como hoy, hace 139 años, nacía en Simbirsk, Rusia, Vladimir Ilich Ulianov Lenin, forjador del poder soviético y el primer Estado de obreros, campesinos y soldados de la historia.


Diario La Hora, Guatemala
22 de abril, 2009
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miércoles, 15 de abril de 2009

A media semana

Una victoria social y popular
que es inobjetable



No deja de llamar la atención que en Guatemala sea muy poco o casi nada o que en forma limitada y sesgada se informe o comente sobre lo que ha estado sucediendo en Bolivia en estos días. Tampoco se ha informado o sabido de demostraciones de solidaridad con aquél pueblo hermano o que lo que se ha expresado y se está haciendo no tiene espacio en los medios escritos, radiales y de televisión.

La derecha fascista en Bolivia está comprometida y empeñada --por todos los medios a su alcance y sin excluir el uso de la fuerza y la violencia contrarrevolucionaria-- en impedir el avance del pueblo boliviano hacia etapas superiores de desarrollo económico y social, político e institucional.

Hasta hace cinco días atrás, la situación en Bolivia se podía caracterizar por la intransigencia y exacerbación de la ofensiva de los sectores más reaccionarios y conservadores contra las medidas institucionales del gobierno revolucionario encabezado por el Presidente Evo Morales a fin de avanzar hacia la legitimación de un país plurinacional y multilingüe.

En 2007, se estimaba que la población de Bolivia ascendía a unos 9 millones 827 mil 522 habitantes. Su extensión territorial es de un millón 28 mil 581 kilómetros cuadrados. Política y administrativamente la República está organizada en nueve departamentos, seis de cuyas ciudades principales son Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, El Alto, Oruro y Sucre. Limita al norte y al este con Brasil, al sur con Paraguay y Argentina, y al oeste con Chile y Perú.

Según la Agencia Boliviana de Información (ABI), Bolivia es un país plurinacional y multilingüe en el que predominan cuatro grupos étnico mayoritarios que configuran el grueso de su población: blanco-mestizos, quechúas, aymaras y guaraníes. Asentados en el ala nordestina del Amazonas, existen, además, 33 grupos originarios, algunos de ellos en pequeños núcleos y sin relevancia poblacional.

En estos días, la oligarquía boliviana con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en La Paz, primero se resistió y se opuso a que se conociera y aprobara la Ley Electoral Transitoria que, según lo acordado en el referéndum popular de enero, debía ser emitida 60 días después y, enseguida, abandonó el hemiciclo parlamentario en una evidente maniobra para ganar tiempo.

Tan burda maniobra fue desbaratada gracias a la inteligencia, sagacidad e iniciativa del gobierno revolucionario encabezado por el compañero Evo Morales que con el apoyo del pueblo acaba de librar y ganar una batalla más al declararse en huelga de hambre y autorizar la elaboración del nuevo padrón electoral biométrico lo que obligó a la oposición a volver al Congreso y convenir la aprobación de la Ley Electoral Transitoria. Se asegura así la realización de las elecciones generales del 6 de diciembre y las de gobernadores del 4 de abril del año entrante.

El plan urdido y puesto en marcha por la oposición tenía el deliberado propósito de --además de oponerse a una decisión popular y social expresada en el referéndum de enero--, impedir que el Presidente Evo Morales asistiera a la Cumbre de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) a inaugurarse mañana en la oriental ciudad venezolana de Cumaná y, además, que no estuviera presente en la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago de este fin de semana.

Ahora está claro que la oligarquía local, en lo interno, no deja de seguir oponiéndose a toda medida encaminada a institucionalizar los avances del proceso revolucionario boliviano y, en lo internacional, aislar a Bolivia e impedir a su Presidente asistir a las Cumbres de la presente semana.

Con la promulgación la mañana de ayer de la Ley Electoral Transitoria el gobierno revolucionario boliviano y el hermano pueblo de Bolivia se apuntan una inobjetable victoria social y popular y reafirman su voluntad y decisión política de avanzar aún más hacia la institucionalización de la nación de los quechuas, aymaras y guaraníes, más los 33 grupos originarios que a partir de las próximas elecciones y, por primera vez, podrán enviar a La Paz a sus representantes legislativos a la Primera Asamblea Plurinacional y Multilingüe, lo que constituye una victoria social y popular sin precedentes en América Latina y el Caribe.

* * *

Aunque con Ana María pudimos manifestarle la noche del lunes nuestra solidaridad fraterna y sentido pésame al doctor Carlos González Orellana por el fallecimiento de su esposa e inseparable compañera, deseo reiterarle mi admiración y respeto a quien la educación en Guatemala le debe su dedicación y entrega como docente, ciudadano y revolucionario inclaudicable y ejemplar. Descanse en paz Zoila María Teresita Soto de González.



Diario La Hora, Guatemala,
15 de abril de 2009,
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jueves, 9 de abril de 2009

A media semana

Una primavera impredecible


Aquí, al igual que en México, la primavera principió a eso de las 5 de la mañana del viernes 20 de marzo. De Guatemala se dice que es el país de la eterna primavera. De la misma manera se considera a la bella Cuernavaca. Miguel Ángel Asturias, al inicio y finalización de las emisiones del Diario del Aire, se refería al país como "la flor de pascua en la cintura de América".

Mucha razón y sobrada objetividad tuvo un visitante que al regreso a su país escribió (palabras más, palabras menos) que si los guatemaltecos estuvieran gobernados por su clima, otra cosa sería. Lo cierto es que quienes nos gobernaron entre el 20 de octubre de 1944 y el 27 de junio de 1954 marcaron la diferencia con quienes lo han hecho (antes y después) y, sin ninguna excepción, con los siete gobernantes de los últimos 23 años ,entre quienes resulta difícil establecer quién ha sido o es el más nefasto, corrupto o incompetente.

El despunte de la primavera de este año en nuestro país marca la culminación y comienzo, a la vez, de un agravamiento de la situación a causa de tres factores fácilmente identificables: la violencia generalizada, la impunidad rampante y la crisis económica y financiera.

Detrás de las acciones criminales y anarquizantes del 24 de marzo, tiene que haber habido algo más de lo que se maneja en los medios escritos de prensa, radiales y televisivos, así como de lo que la gente comenta, supone o conjetura. Es mucha la desinformación difundida, como son muchos los distractores y cortinas de humo orquestados como para suponer que lo que pasó fue lo que a diario viene sucediendo últimamente. Tiene que haber algo más.

En mi columna de la semana pasada resumí lo que sucedió ese aciago martes. En esta oportunidad, puedo agregar que el número de muertes violentas y cadáveres encontrados aquél día está por debajo de la mitad del promedio de 15 asesinatos que ocurren por día en el país, lo que quiere decir que si cundió el pánico y la alarma, el miedo y la crispación, la zozobra y el desconcierto, es porque algo más hay detrás de ello y cuyo trasfondo todavía no se ha desentrañado. Téngase en cuenta que fue mucho lo que se especuló sobre una eventual puesta del Estado de Excepción o del Estado de Sitio y que conforme el día avanzaba y entraba la noche, los rumores de golpe de Estado eran más insistentes.

Los elementos con que se cuenta no son suficientes para establecer lo que en realidad pudo ocurrir ese día, a no ser lo que públicamente se sabe. Sin embargo, con base en los mismos es posible configurar parte del entorno en que ocurrieron los hechos. El entorno político, económico y social local hay que tenerlo en cuenta, como hay que tener en cuenta, también, el entorno político, económico y social en, al menos, tres países vecinos.

En lo interno, la crisis general que afecta a los poderes del Estado, las instituciones, las élites económicas y el poder político y de partidos, aunque no se expresa en contradicciones antagónicas, genera y da lugar a disputas copulares, en ningún caso enconadas y, tal vez sea por eso, que se logran solventar mediante presiones abiertas o encubiertas o componendas y arreglos bajo la mesa no exentos de corruptelas y repartición de privilegios y granjerías. Sin embargo, lo más probable es que esto no siga así y que en un momento dado se produzcan rupturas abiertas y declaradas en desmedro de la ya tan debilitada y precaria gobernabilidad y estabilidad política y social.

En un escenario así, ¿quién puede poner en duda que el crimen organizado, el narcotráfico y las maras no se expandan y sienten sus reales allí donde lo necesitan, se infiltren donde les es necesario y pasen a ser una manifestación más de la descomposición social y crisis generalizada que afecta al país, a la nación entera y a la población en general?

Si como lo define el Pequeño Larousse Ilustrado, un día aciago es un día desgraciado, de mal agüero, a mí no me cabe la menor duda de que el 24 de marzo fue eso: un día aciago, desgraciado, de mal agüero. Y como no se percibe nada que de certeza y seguridad de que la situación no tienda a empeorar, no es acaso legítimo preguntarse qué tendría que ocurrir o debería pasar para ponerle fin a lo que hasta ahora parece ser una primavera impredecible.

Como quiera que sea, ojalá que para el Lunes de Pascua haya más elementos a considerar para avanzar en el esclarecimiento de lo que en realidad estaba detrás del 24 de marzo. Según San Lucas, en una ocasión, Jesús les dijo a sus discípulos: “…no hay ningún secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse”. (12:2).



Diario La Hora
8 de abril de 2009
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viernes, 3 de abril de 2009

2008: Año de la recesión

La experiencia enseña,
y la historia ilustra



Las cuestiones fundamentales de la lucha revolucionaria se plantean, elaboran y resuelven, son válidas, efectivas, correctas y objetivamente concebidas si corresponden a un análisis objetivo de la situación y realidad imperante y se traducen en una práctica igualmente válida, efectiva y correctamente concretada. Sin teoría revolucionaria, insistía Lenin, no puede haber práctica revolucionaria.

Las elaboraciones teóricas no se pueden sistematizar en abstracto y al margen de la práctica. Las elaboraciones teóricas son el fundamento, la guía, orientación y dirección que se concreta en la práctica. La teoría se enriquece, desarrolla, mejora y se corrige en la práctica y en la práctica se constatan los avances, progresos, aciertos, éxitos y victorias, los retrocesos, rezagos, desfases, fallas, errores, limitaciones y equivocaciones.

La cuestión cardinal de la lucha revolucionaria -y podría decirse lo importante, decisivo y fundamental- es su unidad. Para alcanzarla, lograr que se amplíe, fortalezca, afiance y consolide se necesita voluntad y decisión además de consecuencia y lealtad, flexibilidad y amplitud así como asumir que no todas las fuerzas, agrupamientos, tendencias y corrientes de izquierda piensan y actúan de igual manera y que las diferencias que se puedan dar -y que de hecho se dan- no deben ser lo determinante para no coincidir en el objetivo estratégico y la vía a seguir para alcanzarlo.

La unidad es un proceso en constante desarrollo y, además de complejo, complicado y difícil, tiene sus alzas y bajas, tropiezos, avances, retrocesos, rupturas, escisiones, fraccionalismo y divisiones.

A la izquierda le hacen daño, afectan, distraen y dividen las distintas tendencias y corrientes socialdemócratas que a lo largo de la historia y en todas partes del mundo han tenido y seguirán teniendo como objetivo interceptar los procesos revolucionarios, y desviarlos de su gran tarea histórica de hacer posible -a partir de la toma del poder político- las transformaciones profundas, de fondo. Además, tratan de atraer y llevar por el camino del reformismo, la “modernización” y dispersión a aquellas fuerzas, movimientos, agrupamientos y personalidades políticamente vacilantes, inconsistentes e inestables.

Para el caso de nuestro país, nunca como ahora tienen tanta vigencia y actualidad las palabras del Comandante Ernesto Che Guevara al afirmar que el deber de todo revolucionario es hacer la revolución.

Si a estas alturas de la lucha no se tiene claro en que consiste el qué hacer revolucionario y por dónde empezar, ello supone, primero, menospreciar las experiencias y enseñanzas, al menos, de los últimos 64 años de lucha de nuestro pueblo; y, segundo, pensar que se puede seguir jugando a hacer la revolución, empezar de cero, dar el salto al vacío y distraer la atención de lo que son los verdaderos y reales objetivos tácticos y estratégicos de la lucha revolucionaria.

La lucha revolucionaria se libra exitosamente si se apoya en una organización graníticamente unida que dota a quien milita de una definición e identidad ideológica y política y sentido de pertenencia orgánica. Es en la organización en donde se le capacita, educa y forma para que haga suya y luche a favor del Programa de la Revolución cuya base se sustenta en el análisis, interpretación y explicación objetiva de la realidad, el entorno internacional, sus antecedentes y el probable desarrollo y desenvolvimiento de los acontecimientos, así como en el objetivo estratégico a alcanzar, la vía y las formas de lucha y de organización, y la política de unidad y alianzas que, entre otros y en su conjunto, constituyen los componentes principales de la táctica y la estrategia de la revolución.

Luego que Marx y Engels publicaran el Manifiesto Comunista en 1848, el proletariado mundial dispuso de una línea de acción revolucionaria y de una fuerza para la lucha por su emancipación del yugo de la explotación y opresión capitalista.

Las sucesivas elaboraciones de Lenin y la difusión del marxismo en Rusia, hicieron posible que a partir de 1898 la clase obrera rusa contara con un partido revolucionario de nuevo tipo, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), unos Estatutos y un Programa, y pasara a constituirse en el destacamento organizado y fuerza dirigente de la Revolución y la victoria de los bolcheviques de 1917.

El pensamiento y lucha de Martí, el Asalto al Cuartel Moncada y el alegato La Historia me Absolverá pronunciado por el entonces joven abogado Fidel Castro Ruz, constituyen los antecedentes históricos y fundamentos revolucionarios de la lucha del pueblo cubano, de la fuerza organizada para librarla y del Programa de la Revolución. Es por ello y otros factores más, que es posible el desembarco del Granma, la lucha armada en la Sierra Maestra, la resistencia clandestina en las ciudades, la victoria revolucionaria del 1 de enero de 1959 y las conquistas y logros en 50 años de Revolución Socialista.

Es, en buena parte y a grandes rasgos, lo que la experiencia enseña y la historia ilustra.


Diario La Hora,
29 de octubre de 2008,
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miércoles, 1 de abril de 2009

A media semana

El aciago martes de marzo


El recién pasado 24 pudo ser un día en el que (como ya es habitual) predominaran las noticias sobre la muerte violenta de choferes y ayudantes de autobuses del servicio urbano y rutas cortas y sobre el aparecimiento de cadáveres de jóvenes víctimas de la limpieza social o de vendettas reales o supuestas. Sin embargo, la información periodística refiere lo sucedido como una jornada de terror, pánico, confusión, desconcierto y alarma.

Todo comenzó a eso de las seis de la mañana cuando en un autobús urbano murió baleado Fabián Pixtun, un obrero de la construcción de 85 años de edad que se dirigía a sus labores. Y, lo inaudito, ese mismo día fue herido por “una bala perdida”, Anthony Josué, un recién nacido de apenas dos meses, y que 24 horas después moriría en el centro hospitalario a donde fue llevado de emergencia. El miércoles 25, en horas de la mañana, era secuestrada la esposa del Procurador de los Derechos Humanos. Fue liberada luego de doce horas de cautiverio con señales de torturas. Sufrió vejaciones y malos tratos.

Lo anterior, resume a lo que se ha llegado a casi 15 meses de gobierno de los financistas de la Unidad Nacional de la Esperanza, UNE. Las acciones criminales del 24 y sus secuelas ponen en entredicho la capacidad de las autoridades para prevenirlas y enfrentarlas y capturar y consignar a los responsables (intelectuales y materiales) a los tribunales. Son, además, evidencia alarmante de anarquismo e intentos por propiciar un desenlace detrás del que están aparatos paralelos, grupos de interés o reagrupamientos que verían con buenos ojos un retorno al pasado.

Todo hace pensar que la discusión acerca de si se está ante un Estado fallido o un Estado fracasado o ante una crisis de gobernabilidad agravada o de desestabilización inducida, ha sido rebasada por los hechos. Se está --para decirlo sin ambages-- ante el peligro real de la anarquización del país, por un lado y, por el otro, de la fascistización de las instituciones.

Dicho en otros términos, la discusión ya no alcanza a abarcar ni resuelve la incontrolada situación a que se ha orillado al país. Los acontecimientos se están dando con más celeridad que el esfuerzo de interpretación y explicación de lo que en realidad está pasando.

Analistas políticos y científicos sociales, en su mayoría, se dejan atrapar por la coyuntura. Entre tanto, los acontecimientos rebasan sus opiniones. Además, en mucho de lo que se opina prevalece esa castrante forma de ver la realidad como se quisiera que fuera o se dice entender y no como es e interpretarla y explicar objetivamente.

A manera de guión y por razones de espacio, no es posible abarcar en su complejidad y alcances las por ahora doce cuestiones que --en mi opinión-- podrían permitir aproximarse a una explicación e interpretación objetiva de lo que en realidad está pasando. Me limito a enumerarlas.

Estas son: 1) estado y correlación de fuerzas en Centro América: un nuevo mapa político que despunta; 2) el eslabón más débil en el área; 3) alternabilidad gubernamental: secuencia de una crisis institucional no resuelta: 4) del debilitamiento institucional del Estado a la fascistización de las instituciones; 5) ingobernabilidad y desestabilización: las dos puntas de la tenaza; 6) desinformación y distracción informativa.

7) Elites económicas y poder político: sus contradicciones no antagónicas sin solventar; 8) causas, manifestaciones y efectos de la descomposición social, la corrupción e impunidad, la delincuencia organizada, el narcotráfico, los zetas, las maras y el Smiley; 9) seguridad ciudadana y economía: el fracaso de un gobierno débil; 10) estallidos sociales y golpe de Estado o el culto a la espontaneidad y el voluntarismo y a la desesperación y los galones; 11) el peligro principal en el momento actual; y, 12) alternativa real al continuismo pro oligárquico y neocolonizador, la globalización, el neoliberalismo y la debacle económica mundial.

No incurro en exageración alguna si digo que en las direcciones de los partidos institucionalizados no se tiene ni idea de cómo entrarle al tratamiento y solución integral de lo arriba enumerado. Por su parte, quienes se dice que gobiernan, no han dado una sola muestra confiable de estar en condiciones de lidiar con semejante problemática y, menos, en capacidad de entrarle a fondo a su solución. Objetivamente, ni siquiera están en posibilidades de paliarla.

En cuanto a las acomodadas expresiones de la izquierda guatemalteca, van a ser las más sorprendidas por el desenlace que pudiera tener la situación. A lo más que pueden llegar es a pronunciarse ante hechos consumados marginándose aún más de la lucha por las transformaciones de fondo que Guatemala necesita y que urge y demanda de la más amplia unidad, participación, organización, movilización e identificación y pertenencia a un proyecto democrático, progresista, popular y social y cuyas bases y fundamentación está en el contenido sustantivo e integral de los Acuerdos de Paz.


Diario La Hora,
1 de abril de 2009
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