miércoles, 16 de abril de 2014

A media semana



Elecciones y votaciones,
en nuestro país (2)

En mi columna anterior, me referí a las cuatro etapas en que han tenido lugar los sucesivos procesos electorales y de votaciones en estos últimos 70 años (Diario La Hora, 2 de abril de 2014). Considero necesario precisar, entonces, que se trata de cuatro períodos; no de cuatro etapas. El Pequeño Larousse Ilustrado, define los períodos como el "espacio de tiempo después del cual se reproduce alguna cosa" y, además, como época y espacio de tiempo: los caracteriza como los "grandes períodos de la historia". 

En consecuencia, estos cuatro períodos son: 1) 1944-1954; 2) 1954-1963; 3) 1963-1986; y, 4) 1986, hasta hoy. El primero, es uno de esos "grandes períodos" de nuestra historia. Los otros tres, los espacios de tiempo después de los cuales algo se reproduce.

En tal sentido, el que se inicia el 20 de octubre de 1944, corresponde a un histórico período de auge y ascenso revolucionario y de la Revolución en el poder. Es violentamente interrumpido el 27 de junio de 1954. A partir de entonces, los tres siguientes son sucesivos períodos de auge y ascenso de la contrarrevolución y de la reacción en el poder. Del 27 de junio de 1954 al 31 de marzo de 1963, predomina la violencia anticomunista organizada y se institucionaliza, de facto, la intervención norteamericana.

De los dos períodos siguientes, el que se da entre el 1 de abril de 1963 y el 23 de marzo de 1982, es la continuación del predominio de la contrarrevolución y de la reacción en el poder y durante el que gobierna un presidente civil que le abre el camino a tres generales gobernantes impuestos fraudulentamente a quienes corresponde la responsabilidad de la institucionalización del terror gubernamental y la contrainsurgencia como política de Estado. El tercero de estos gobernantes, es depuesto por el golpe militar del 23 de marzo de 1982.

A partir de entonces, sucesivamente gobiernan otros dos generales que son, a su vez, la prolongación del predominio de la contrarrevolución y la reacción en el poder, generalizan el terror gubernamental, la contrainsurgencia como política de Estado, y actualizan y ponen en práctica planes y operaciones militares contra la población civil, la insurgencia armada en las montañas y la lucha clandestina en los centros urbanos de importancia táctica y estratégica.

Al final de este período, se "institucionaliza" la llamada transición democrática como continuación, a través de otros medios y de otras formas, de la contrarrevolución, el conservadurismo y la reacción en el poder. Este período se prolonga hasta hoy y se caracteriza por el agravamiento de la inestabilidad económica, política e institucional; la ingobernabilidad y criminalización de la protesta social. Los gobernantes son de corte neoliberal y sustento del statu quo.

Lo caracteriza, además, el acaparamiento, ocupación y desalojos violentos de tierras; la entrega de los recursos no renovables a las transnacionales; la inseguridad ciudadana, la violencia común y la criminalidad organizada; el narcotráfico; la corrupción, la impunidad y el tráfico de influencias, el poder e impunidad de los grupos paralelos y las élites mafiosas, así como el cada vez mayor aislamiento internacional del país. (Continuará).

lunes, 7 de abril de 2014

A media semana



Elecciones y votaciones,
en nuestro país (1)

Ricardo Rosales Román
\ Carlos Gonzáles  \

Cuando ya había terminado de redactar la columna de hoy, fui informado del fallecimiento, la tarde de ayer, del doctor Carlos González Orellana. Nuestro país pierde a un valioso y ejemplar ciudadano, íntegro, honesto y que, con su ejemplo, supo enseñar a ser leal y consecuente con lo que se hace, lo que se piensa y lo que se dice.
Entrando en materia, puedo comenzar diciendo que en los 70 años más recientes, cuatro son las etapas durante las que han tenido lugar procesos comiciales. En una primera (en la que sí se puede hablar de elecciones en tanto constituyen la expresión de la voluntad libre y soberana del pueblo), tienen lugar dos elecciones generales. Ambas, se celebran durante la Primavera Democrática (1944-1954).

Una segunda etapa se inicia después de la intervención norteamericana a Guatemala (junio de 1954). La tercera, comienza con el golpe militar de 1963. Y, la cuarta etapa, se "inaugura" en 1985 con lo que se ha dado en denominar la transición democrática.

Durante la segunda etapa (1954-1963), el sistema de votaciones se caracteriza porque sus resultados, estrictamente hablando, no son expresión de la voluntad libre y soberana del pueblo. Tiene lugar un plebiscito mediante el que el votante debía de expresar de viva voz si estaba o no de acuerdo con que el cabecilla de la invasión mercenaria encabezara el gobierno. Los resultados, consumaron una imposición. El país estaba en Estado de Sitio y gobernado con base en un Estatuto de Gobierno, de facto.
En esta etapa, se anularon las votaciones de 1957. Fueron fraudulentas. Al repetirse, por mayoría de votos, asume el poder un general del Ejército que es depuesto por su ministro de la Defensa en 1963. A partir de aquél momento, se inicia la tercera etapa y tienen lugar cuatro votaciones generales. En la primera, se "elige" a un gobernante civil. Los militares le condicionan la toma del poder mediante un pacto en el que, al suscribirlo, se obliga a gobernar como lo hizo su antecesor, el coronel golpista.

En esta etapa, mediante las otras tres votaciones, se imponen. fraudulentamente. a tres generales que gobiernan durante sucesivos períodos de cuatro años. El tercero de ellos, es derrocado en 1982 por un movimiento de militares jóvenes que le encargan el gobierno de facto a una Junta Militar integrada por tres oficiales de alta graduación. Además, se anulan los comicios mediante los que el gobernante depuesto pretendió imponer a su sucesor que, por supuesto, era, también, un general.

A raíz del golpe militar del 8 de agosto de 1983, asume el poder otro general a quien se le atribuye la "institucionalización" de la "apertura democrática" y que en 1985 da inicio a la que corresponde denominar como la cuarta etapa. En estos 29 años, han tenido lugar siete votaciones y gobernado seis mandatarios civiles y un militar.  En 1993, un presidente civil fue designado por el Congreso de la República. El actual presidente, un general en retiro, obtuvo la mayoría de sufragios en la segunda vuelta de las votaciones del 2011.

Lo meramente descriptivo, no es suficiente: es lo inicial. Habrá que ahondar más respecto al significado que en lo institucional y para el país, tienen estas cuatro etapas. (Continuará).