miércoles, 30 de septiembre de 2015

A media semana

1949, 28 de Septiembre

Hace 66 años, el 28 de septiembre, se fundó el Partido Guatemalteco del Trabajo.
El mérito histórico de dotar al país del partido marxista-leninista y definir sus bases programáticas, de organización, trabajo y lucha, corresponde a quienes antes, durante e inmediatamente después de 1949, lograron interpretar el momento en que se encontraba el país y que estaban dadas las condiciones para que la clase obrera, los campesinos y demás capas trabajadoras de la población contaran con su propio instrumento de lucha y organización.

El proceso revolucionario iniciado el 20 de Octubre de 1944 tendía a profundizarse y conforme el pueblo se unía y movilizaba alrededor de las conquistas de la Revolución, el papel de la clase obrera y los campesinos se ampliaba y fortalecía y era cada vez más decisivo en el fortalecimiento, avance y desarrollo de la lucha revolucionaria, democrática y progresista.

Los 43 años de lucha e historia del partido de los marxistas-leninistas guatemaltecos es aleccionadora e ilustrativa, por sus éxitos y avances alcanzados y los errores, fallas y deficiencias en que se haya incurrido así como por la capacidad de su Dirección, cuadros y militantes de reconocer a tiempo, crítica y autocríticamente, los errores cometidos, corregirlos oportunamente, no volver a cometerlos y saber superar exitosamente las fallas y deficiencias en lo teórico y en la práctica.

En los cuatro años de lucha en la legalidad y de, 1954 a 1996, en las difíciles y duras condiciones de clandestinidad, encarnizada y criminal persecución y represión anticomunista y contrainsurgencia como política de Estado, el partido luchó tesonera y consecuentemente por los intereses, demandas y conquistas de la clase obrera, por Guatemala, la Revolución y el Socialismo.

Internacionalmente, el partido estuvo a la altura de las tareas y deberes internacionalistas y de solidaridad con la lucha por la paz y la seguridad internacional, la fraternidad y amistad entre los pueblos y países del mundo.
La consecuencia y lealtad al partido y a la Revolución y al internacionalismo proletario, es el legado más valioso y ejemplo a tener presente, siempre presente, de los militantes, cuadros, combatientes y dirigentes del Partido, sus colaboradores y simpatizantes, de quienes ante sus verdugos supieron ofrendar sus vidas con ejemplar valor e inclaudicablemente y quienes cayeron combatiendo en las montañas y ciudades de nuestro país.

Es el ejemplo de los 28 comunistas capturados, asesinados y desaparecidos en 1966 y entre quienes estaba el dirigente histórico del magisterio nacional y de la clase obrera guatemalteca, miembro del CC, compañero Víctor Manuel Gutiérrez, Bernardo Castillo Flores, máximo dirigente de la Confederación Nacional Campesina, CNC, y los hermanos Pineda.

Es el legado de los cuadros y combatientes del partido que, como Octavio Reyes, también miembro del CC, cayeron luchando en Concuá, en abril de 1962, y el ejemplo de tantas y valiosas compañeras y compañeros comunistas capturados y desaparecidos y que no se doblegaron ante las salvajes torturas y vejaciones de que fueron objeto y consta en el Diario Militar publicado en mayo de 2009.

Es el valioso legado y ejemplo de los integrantes de la Comisión Política del CC, encabezados por el dirigente histórico del Comité Central del Partido, compañero Bernardo Alvarado Monzón, que el 26 de septiembre, hace 43 años, fueron capturados, secuestrados, asesinados y posteriormente desaparecidos y del ya entonces Secretario General del CC y de la CP, compañero Huberto Alvarado Arellano, capturado y asesinado en diciembre de 1974.

En el LXVI Aniversario del PGT corresponde a los marxistas leninistas guatemaltecos, desde cualquier espacio en que se esté, asumir con creatividad, audacia y decisión la lucha por los cambios profundos en lo institucional, político, económico, social y gubernamental y por un país distinto y mejor, realmente libre, soberano e independiente.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

A media semana

Continuidad o colapso
del sistema


A partir de la llamada transición democrática¨, a cada gobernante civil --"popular y democráticamente electo"--, al final de su mandato, se le considera y califica de lo peor y al que lo sucede como... mucho peor.

Al gobierno de Berger (2004- 2008) lo consideré como el peor de los cinco que, desde 1985, le habían antecedido y fui de la opinión que no podía haber un gobernante peor. No resultó siendo así. Quien cuatro años después asumió el poder, lo superaría con creces.

En 2011, resultó "electo", en segunda vuelta, el general Otto Pérez Molina. Se hizo cargo de la más alta magistratura del país a partir del 14 de enero de 2012.

La gestión de Pérez Molina fue errática, escandalosamente corrupta y contraria a los intereses del país. La crisis política, institucional y de gobierno, se agrava y profundiza, la situación para nuestro pueblo y el país se torna cada vez más insoportable. Lo que faltaba era "la chispa que incendiara la pradera". Ello, ocurrió el 14 de abril.

El estallido social y popular de indignación y repudio a la corrupción e impunidad en las más altas esferas de gobierno es resultado y consecuencia del agravamiento y profundización de la acumulada, prolongada y no resuelta crisis institucional, política y gubernamental.

Es a partir del 14 de abril que potencialmente se crean las condiciones para institucionalmente luchar a favor de los cambios profundos que el país necesita. Las multitudinarias demostraciones de abril a agosto, confirman que aquello era posible y era lo que podía suceder.

Entre tanto, en el mayor de los aislamientos y desprestigio, Pérez Molina se ve obligado a renunciar a su cargo la noche del 2 de septiembre. Inmediatamente después es ligado a proceso penal sindicado de varios delitos. En la actualidad, guarda prisión en el Cuartel General y Cárcel de Matamoros.

A su vez, la vice presidenta, Roxana Baldetti Elías, lo había hecho la tarde del 8 de mayo y, al igual que Pérez Molina, está ligada a proceso por los delitos que se le atribuyen a la banda criminal de La Línea y, por decisión del juez de la causa, en prisión preventiva y recluida en el Centro Médico Militar.

Puesto que nada está definido ni resuelto y la crisis institucional, política y gubernamental persiste, es necesario tener en cuenta aquellos factores y elementos que inciden en el desarrollo y desenvolvimiento de los acontecimientos de los cinco más convulsos y agitados meses de nuestra historia reciente.

Una vez más, el abusivo intervencionismo de la embajada de Estados Unidos y la sumisión y oportunismo de siempre del empresariado organizado a lo que se decide en la Casa de la Avenida de La Reforma, logra encauzar la lucha social y popular a su conveniencia e interés y asegura, por el momento, la continuidad y prolongación del caduco y agotado sistema político, institucional y gubernamental. Esto, por un lado.

Por el otro, el voluntarismo y reformismo de quienes encabezan los agrupamientos conformados al calor de la indignación y repudio a la corrupción gubernamental, no permite ni hace posible definir y encauzar correcta y certeramente los objetivos y propósitos fundamentales, reales y verdaderos, de la lucha social y popular y, sobre todo, en dirección de los cambios profundos del sistema.

Además, la instauración del gobierno de transición encabezado a partir del 9 de septiembre por el ultraconservador y emelinista abogado Alejando Maldonado Aguirre, neutraliza la lucha antigubernamental y con las votaciones del 6 de septiembre el sistema consigue desviar la atención del objetivo principal de la lucha social y popular.

Al igual que estos factores y elementos que inciden e influyen en los acontecimientos de abril a agosto y en la situación actual y condiciones del momento, hay que tener en cuenta, asimilar y considerar sus enseñanzas y experiencias para, a partir de allí, visualizar y dilucidar si el corrupto sistema político, institucional y gubernamental continuará y se prolongará o colapsará antes o después del 14 de enero.

jueves, 17 de septiembre de 2015

A media semana

Votaciones del domingo 6
para Presidente y Vice presidente




Si se les ve por encima, con superficialidad y parcialmente, se corre el riesgo de considerar que las votaciones del domingo 6 de septiembre fueron "todo un éxito" o "una gran fiesta cívica", un "evento inédito" o "sin precedentes". El proceso "electoral" hay que verlo en su conjunto, de acuerdo a la situación y condiciones del país y sin magnificar o absolutizar uno solo de sus aspectos ni ignorar o subestimar la importancia y significado de los demás, en su conjunto.

Y es de esta manera como corresponde interpretar y explicar, por un lado, el comportamiento ciudadano y los resultados; y, por el otro, lo referente a la relación que se da entre la participación ciudadana, la abstención, los votos nulos y los votos en blanco así como con los resultados totales y los "logrados" por cada una de las organizaciones en particular.

En las votaciones que han tenido lugar en estos treinta años, se consideran votos válidos, la suma de los obtenidos por las organizaciones, sin incluir los votos nulos y los votos en blanco. La suma de los votos válidos, los votos nulos y los votos en blanco, constituyen el total de los votos emitidos. La abstención, resulta de la suma de ciudadanos empadronados que no concurrieron a las urnas.

Con respecto a las votaciones de este 6 de septiembre para presidente y vice presidente, dos son las cuestiones principales a considerar: 1) los resultados totales y los correspondientes a cada organización; y, 2) la participación ciudadana, la abstención, los votos nulos y los votos en blanco.
Lo que más llama la atención es la absolutización y magnificación que se hace de la participación ciudadana. La participación ciudadana, es sólo uno de los aspectos del proceso "electoral". En cuanto a la primera vuelta de las votaciones para presidente y vice presidente --de acuerdo a los datos oficiales dados a conocer por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en conferencia de prensa al medio día de ayer--, la participación ciudadana fue del 71.13 por ciento.

De las 14 organizaciones, el FCN Nación, al que se le asigna el primer lugar, fue favorecido con el 23.99 por ciento de los votos válidos; la UNE, en el segundo lugar, obtuvo el 19.76 por ciento; y, Lider, en el tercer lugar, logró el 19.38 por ciento. De las 11 agrupaciones restantes, FUERZA, que se le ubica en el cuarto lugar, sólo obtuvo el 6.53 por ciento de los votos válidos y el MNR, la organización menos favorecida, apenas si obtuvo el 0.59 por ciento.
En cuanto a la abstención, según los datos que hasta ayer en horas de la tarde constan en el sitio web del TSE, en esta oportunidad, fue de 28.67 por ciento; los votos nulos, de 4.17 por ciento, y los votos en blanco, de 5.03 por ciento. La suma de la abstención, los votos nulos y los votos en blanco, asciende al 37.87 por ciento.

Esto significa que ninguna de las tres organizaciones (FCN-Nación, UNE y Lider) que obtuvieron el mayor porcentaje de votos válidos, se acerca al 37.87 por ciento a que asciende la suma de la abstención, los votos nulos y los votos en blanco. Además, la suma del porcentaje de votos nulos y de votos en blanco --que asciende al 9.20 por ciento--, está por encima de la que quedó en el cuarto lugar (FUERZA), con el 6.45 por ciento de los votos válidos.

En tales condiciones, no hay que perder de vista que los votos nulos y los votos en blanco --aunque sólo cuenten como votos emitidos--, e institucionalmente carezcan de significado, su importancia real está en relación con los resultados totales y los obtenidos por cada una de las organizaciones. La abstención, por su parte --en tanto que se le toma como un mero referente numérico--, su importancia y validez real y verdadera está en su relación con el proceso en general y los resultados totales en particular.

Es así, en mi opinión, como se debería leer e interpretar y explicar el significado real y verdadero de la primera ronda de las "votaciones" generales para Presidente y Vice presidente y, a partir de allí, proponer y luchar por los cambios profundos del sistema electoral y de partidos.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

A media semana

De lo ocurrido en siete días


Las crisis pueden irse acumulando y prolongando o desencadenarse y estallar, repentinamente. Una crisis, conforme se acumula y prolonga, tiende a agravarse y profundizar aunque no se perciba y esté a la vista. Las que estallan en un momento dado ocurren como consecuencia de algo que las precipita y su gravedad y profundidad depende de sus causas, manifestaciones y consecuencias y el momento, situación y condiciones en que se desencadenan.

En Guatemala la crisis que sale a luz y se visibiliza a partir de abril, es una crisis prolongada, acumulada durante treinta años, y pone de manifiesto el agotamiento, caducidad y colapso del sistema político e institucional y la corrupción e impunidad a los más altos niveles de la administración pública.

En estas condiciones y en una situación así, es oportuno referirse a lo más destacado de lo ocurrido en estos siete días.

El jueves 3, se le retira la inmunidad al presidente Pérez Molina y renuncia a su cargo. Según el Ministerio Público (MP) y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Pérez Molina habría liderado la red de defraudación aduanera conocida como La Línea. El día de ayer, martes 8 y durante la tercera audiencia celebrada, el Juez Miguel Ángel Gálvez lo liga a proceso sindicado de los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo y defraudación tributaria. Ordena, además, que continúe en prisión preventiva en el Cuartel General y cárcel de Matamoros.

El día viernes 4 se instala un gobierno de transición presidido por quien fuera designado como vice presidente a raíz de la renuncia de Roxana Baldetti Elías, hasta el 8 de mayo vicepresidenta del país y actualmente en prisión provisional en la Cárcel de Mujeres de Santa Teresa, sujeta a proceso penal y, al igual que el ex presidente Pérez Molina, sindicada de los delitos de asociación ilícita, cohecho pasivo y defraudación tributaria.

El gobierno de transición, encabezado por Alejandro Maldonado Aguirre, habrá de entregar el poder el 14 de enero a quien resulte "electo" en la segunda vuelta convocada para el próximo 25 de octubre.

Con este gobierno de transición la tan agravada y profunda crisis política, institucional y gubernamental no se resuelve; al contrario, tenderá a agravarse y profundizar. Es un gobierno provisional de corte empresarial y, por quien lo preside, de carácter anticomunista, conservador, de extrema derecha y liberacionista.

La trayectoria política, antecedentes, funciones y cargos públicos desempeñados por Maldonado Aguirre a partir de la intervención norteamericana al país, corresponden al de un castilloarmista de viejo cuño al servicio de gobernantes anticomunistas, militares golpistas o fraudulentamente impuestos y de los civiles "electos" a partir de 1985.

Maldonado Aguirre es de los "bien vistos y apreciados" por la élite oligárquica tradicional, el empresariado organizado al que ha estado a su servicio, las camarillas militares más conservadoras y reaccionarias y, como no podía ser de otra manera, por la embajada estadounidense.

En consecuencia, sería ilusorio hacerse a la idea de que vaya a asumir el desafío de ponerse al frente de la enorme tarea de cambiar de raíz y a fondo el estado actual de cosas.

Su anunciada propuesta de terna para que el Congreso escoja a quien habrá de ser el vice presidente, permite advertir que lo que en realidad se propone es garantizar la continuidad y prolongación del ya ahora aún más caduco, agotado y colapsado sistema político, institucional y gubernamental, el modelo económico neoliberal y dependiente, y la enorme desigualdad, inequidad e injusticia social imperante.

De las votaciones del domingo 6, me ocuparé la semana entrante. Sin embargo, es bueno anticipar que llama la atención la demora en la entrega de los resultados finales, las denuncias de anomalías observadas, los más de 74 disturbios, protestas e inconformidades por los resultados en 19 de los 22 departamentos del país y otras cuestiones más que obligan a darle una lectura rigurosa y precisa a lo acontecido antes, durante y después del domingo 6, a fin de explicar e interpretar lo que realmente significan estos comicios para el país.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

A media semana

Las votaciones del domingo
y la indignación social y popular


Hablar de elecciones en el país resulta un contrasentido. En el país no se elige, se escoge al menos peor. Es lo que ha estado ocurriendo en estos 30 años. Ni con la entrada en vigor de la Constitución Política de la República en 1986 y del sistema "electoral" y de "partidos", la dizque incipiente democracia se ha fortalecido ni los gobernantes han sido "electos, democrática y popularmente".

En Guatemala el sistema "electoral" y de "partidos" no reconoce la validez de la abstención, de los votos en blanco y del voto nulo. En consecuencia, los resultados no corresponden al comportamiento real del electorado ni a la verdadera posición de la población ante las "elecciones". Los datos que las autoridades electorales reconocen son los que corresponden, únicamente, a los denominados votos válidos.
Es de esa manera como han sido "electos" seis gobernantes civiles y un militar en retiro.

Otros serían los resultados reales, favorables al candidato "electo", si, en total, se tomaran en cuenta los "votos validos" de quien en la segunda vuelta ocupó el segundo lugar así como el elevado porcentaje de abstención, votos en blanco y votos nulos.

En estos 30 años, además, ha sido necesaria, siempre, una segunda vuelta, ninguna coalición o "partido" ha gobernado después de un primer período y, sin excepción, al final de cada gestión gubernamental, la desaprobación al gobernante y a su administración ha sido apabullante, demoledora.

Y, quién iba a pensar o a imaginarse y, menos, prever, que con las votaciones de 2011 y a partir del momento que un militar en retiro asume el poder, se interrumpiría la sucesión de gobernantes civiles "electos" y pasaría a ser el último eslabón de la "transición democrática". El general Pérez Molina, está considerado, ahora, como el peor gobernante en la historia del país.

En cuanto a las "elecciones generales" del domingo, si es que se llegan a realizar, hay que decidir cómo votar.

La tan grave y desesperante situación y condiciones a que se ha orillado al país en estos 30 años, no se resuelve a través del corrompido, antidemocrático y fraudulento sistema de votaciones y de "partidos" y ninguno de los candidatos de los llamados partidos grandes son alternativa a la ingobernabilidad, la corrupción y la impunidad, sea por sus financistas que los impusieron o por quienes los apoyan o están detrás de ellos. Los de los considerados partidos pequeños, no cuentan.

En consecuencia, en lo que a mi corresponde, he decidido optar, como en ocasiones anteriores, por anular la papeleta para Presidente y Vice presidente, la de Diputados por lista nacional, por el distrito central y para el Parlacen, y la de las autoridades municipales de la ciudad capital.

Tengo en cuenta que la abstención, los votos en blanco y el voto nulo son un acto simbólico, antigubernamental y, en tanto decisión política, resume y expresa la generalizada y masiva disposición, estado de ánimo, decisión de lucha, repudio y rechazo de la población al sistema de "elecciones" y de "partidos", la corrupción y la impunidad, el fraude y la imposición.

Sería por demás ingenuo no tener en cuenta que habiendo sido despojado en la víspera de su inmunidad y arraigado judicialmente el hasta hoy presidente Pérez Molina, la élite oligárquica y el empresariado organizado, la camarilla militar que todavía lo sostiene y sus pocos colaboradores que aún están a su lado, traten y se propongan, con las "elecciones" del domingo, asegurar la continuidad y prolongación del corrupto, agotado, caduco y colapsado sistema político, institucional y gubernamental y la salvaguarda de sus intereses y privilegios.

De ahora en adelante la continuación histórica de la gesta cívico ciudadana desencadenada el 25 de abril no pasa por la votaciones del domingo: pasa por la inmediata dimisión de Pérez Molina, los cambios profundos, de raíz, que el país necesita, la refundación del Estado, la institucionalización de la Nación multiétnica, pluricultural y multilingüe y la construcción de la Paz Firme y Duradera.