miércoles, 28 de marzo de 2012

A media semana

Quien improvisa y se precipita,

resbala y le va mal


A 75 días de que el Partido Patriota (PP) asumió el poder --con el apoyo y secundado por Visión con Valores de Harold Caballeros y de los amigos o socios de Francisco Arredondo--, son más que evidentes sus improvisaciones, imprevisión y precipitaciones. Además, algunas de las cuestiones principales no las están resolviendo como lo prometieron durante su millonaria campaña “electoral”.


En ello influyen varios factores entre los que destacan la incapacidad y limitaciones de algunos de los ministros, funcionarios y autoridades, los intereses económicos y políticos que el ahora partido gobernante representa así como los que están detrás del poder y las contradicciones y disputas que ya se están dando entre ellos. Pero algo que pesa mucho y cuenta más es la integración del gabinete y las exigencias de los financistas del oficialismo y del círculo de allegados al presidente y a la vicepresidente.


En tan corto tiempo, los ministerios de Relaciones Exteriores, Finanzas, Agricultura y Salud tienen serias dificultades y no pocos problemas y si por alguna razón se les mantiene en sus cargos es para ganar tiempo y mantener la imagen de un gobierno competente, estable y coherente.


La solución de los problemas en los ministerios de Finanzas y de Relaciones Exteriores no depende de la renuncia o destitución de sus titulares y consejeros sino de cómo se le va a dar salida y solventar las dificultades a que se ha orillado a ambos despachos. Por ahora, vale la pena comenzar con las dificultades y problemas derivadas del mal manejo de la política exterior del país.


La política exterior del país no está siendo llevada de manera seria y responsable, se ha acudido a cierto efectismo mediático e incurrido en más de una precipitación, improvisación e imprevisión. El ejemplo más ilustrativo está en cómo se ha pretendido sacar adelante la iniciativa presidencial sobre la despenalización de las drogas.


Desde cualquier ángulo que se vea, es éste un asunto que se ha manejado de la peor manera, no se agotaron las consultas y cabildeos que hubieran permitido contar con elementos suficientes para establecer su viabilidad, así como para estar seguros de que se contaba con un consenso real y seguro por parte de los mandatarios con quienes se pensó que se podía empezar a abordar a nivel del área.


En política exterior lo que cuentan son los hechos, la realidad, los tiempos y conocer al máximo las posiciones de los probables interlocutores, partes y contrapartes, su influencia, peso y consistencia, así como los intereses de cada país, los del área, los de la región y, en general, el contexto internacional.


En política exterior lo que haya que decir o proponer debe ser motivo de un estudio serio y concienzudo, suficientemente meditado y calculado y de esa misma manera escuchar lo que al respecto se diga, responda o insinúe. Una palabra, una seña o un gesto, por insignificante que parezcan, cuentan y, a veces, mucho más de lo que el diplomático más avezado se imagina. Es en ese marco y en esa perspectiva que hay que hacer la lectura del fracaso de la Cumbre de Antigua del sábado 24.


En un asunto de tan especial importancia y trascendencia no se tuvo la objetividad suficiente y previsión para medir los obstáculos que ya había para abrirle paso y cómo poderlos superar oportunamente. Ahora, se está ante nuevas dificultades y tropiezos.


La política injerencista del gobierno estadounidense para con los países del área se pone una vez más de manifiesto. El secretario de Estado adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos de Estados Unidos, William Brownfield, visitó Honduras durante dos días. Ayer estuvo aquí, en nuestro país. En territorio hondureño dijo que la propuesta del presidente guatemalteco “no sirve”. Esto quiere decir que será más complicado y difícil poderle dar continuidad a lo que se trató de iniciar en Antigua. Tan incómodo e irrespetuoso visitante, ya estando aquí, trató de dar a entender que considera “importante” seguir discutiendo lo que en Honduras consideró, repito, que “no sirve”.


En ese contexto y en medio de las dificultades y problemas no resueltos por el gobierno, es alentador e importante que los más de cinco mil campesinos e indígenas participantes en la marcha de los diez días y que desde Cobán, Alta Verapaz, llegó ayer a la capital, estén seguros y convencidos de que volverá la primavera.


Sus demandas son de lo más justas. Cualquier maniobra que demore su respuesta y solución impedirá empezar a resolver el injusto y atrasado régimen de distribución, tenencia, propiedad y explotación de la tierra, que es lo que atenaza e impide el desarrollo y progreso del país, así como lo de los desalojos y violencia en el campo.


En lo familiar, para Ana María y para mí, esa esperanza se fortalece y afianza además con el nacimiento este lunes de nuestra primera biznieta, Eli, hija de nuestra primera nieta y primera nieta de nuestro hijo mayor.

miércoles, 21 de marzo de 2012

A media semana

Estado, poder público

y fiscalización social y popular

Los organismos de Estado, sus instituciones y el poder público pueden estar instituidos con la mejor de las intenciones. En el caso de Guatemala, no ha sido así. Los 27 años de historia más reciente, son ilustrativos. Es lo que se puede decir, a su vez, si es que se quisiera ir más atrás y remontarse a los 32 años que le anteceden; es decir, de 1954 a 1985.


Por su origen, naturaleza y carácter, los organismos de Estado, sus instituciones y el poder público corresponden a los intereses de clase de las élites oligárquicas y patronales tradicionales, han sido instituidos a su conveniencia e interés y están a su servicio. Es lo que les hace corruptibles.

Pero no es sólo por ello que son corruptibles. Las personas a cargo de su gestión no sólo lo permiten y hacen posible sino además, les convierten en instrumentos para el tráfico de influencias, el nepotismo, la impunidad y los abusos de poder, los sobornos, el chantaje y la extorsión. Es lo que explica la ya tan prolongada y no resuelta crisis institucional y de gobernabilidad a que se ha orillado al país en estos 58 años.


Muchos de quienes se han estado ocupando de esta cuestión y la mayoría de medios de comunicación, suelen centrar su atención en las manifestaciones y no en las causas de la corrupción. De lo que se trata, entonces, es de ir a sus raíces. Sólo así es como se puede resolver a fondo lo que en un momento dado esté mal.

En mi opinión, la causa principal de la corrupción que afecta a los organismos e instituciones del Estado y el ejercicio del poder público, está en los intereses de clase del poder económico tradicional, conservador y reaccionario que la normativa constitucional y las leyes salvaguardan, protegen y tutelan.

Estrictamente hablando, el poder público y las instituciones del Estado no están instituidos en función del interés social como tampoco lo están en función del buen manejo, eficacia, eficiencia, transparencia, honestidad y probidad administrativa y gubernamental.


La práctica y la experiencia muestran que no es así como se dirigen, coordinan y administran las instituciones y organismos del Estado y se ejerce el poder público. Lo que constitucionalmente está instituido y legalmente normado, está al servicio de las élites oligárquicas y patronales, los grupos económicos de poder y los poderes fácticos y paralelos.


La corrupción ha llegado a tal extremo que sería suficiente con preguntarse si en la actual legislatura sus integrantes proceden y se conducen como representantes del pueblo y dignatarios de la Nación y si no incurren o han incurrido en más de una irresponsabilidad en el desempeño de su mandato.


La interpelación es un derecho constitucional que le asiste a todo diputado y podría ser el más eficaz e idóneo instrumento a fin de asegurar y garantizar la competencia y solvencia de la administración pública y el buen gobierno.


Sin embargo, tan irresponsable es quien desde “la oposición” abusa de este recurso como del oficialismo y “sus aliados” que para impedir que a uno o a más de uno de sus funcionarios se les interpele o continúe interpelándosele, deciden no asistir al hemiciclo, entrampan la labor legislativa e invalidan así el “chantaje” y “extorsión” que les sindican y atribuyen a los interpelantes. Con ese proceder, unos y otros, desprestigian aún más la ya de por sí tan venida a menos labor legislativa.


Lo que cada vez está más claro que el agua es el deliberado propósito de los oficialistas de que no salgan a luz asuntos que deberían estar siendo manejados con transparencia e idoneidad, competencia y solvencia. Esto, por un lado y, por el otro, que pese a la incompetencia de “la oposición”, sus limitaciones, improvisaciones e inexperiencia política y parlamentaria, el gobierno está ante el riesgo real de que la anunciada renuncia el día de ayer del ministro de Finanzas desencadene una crisis de gabinete que no presagia nada bueno para el Partido Patriota (PP) a sólo nueve semanas de estar en el gobierno.


Tanto el partido Libertad Democrática Renovada (LIDER) como la recién constituida “Plataforma Legislativa”, más los llamados “independientes” y de “oposición”, no están en condiciones y capacidad de hacer de la labor legislativa el instrumento para los cambios de fondo y las transformaciones estructurales que el país necesita.


En tales condiciones, es cada vez más evidente la urgencia de emitir una nueva normativa constitucional que --en correspondencia a la época en que se está y a los problemas acumulados y no resueltos--, abra los espacios de participación social y popular. Mientras tanto, una instancia ciudadana de fiscalización social y popular podría abrirle el camino a la depuración de las instituciones y organismos del Estado y a la transparencia e idoneidad en el ejercicio del poder público y la gestión gubernamental.

jueves, 15 de marzo de 2012

A media semana

Nuestro deber es luchar:
un libro imprescindible



En Cuba hoy es el Día de la Prensa cubana. El 14 de marzo de 1892 se publicó el primer número del periódico Patria, ideado y elaborado por José Martí con el apoyo y ayuda de sus más cercanos colaboradores, convencidos luchadores por la independencia de Cuba y Puerto Rico. Según Martí, en aquel momento, la desunión representaba “la causa fundamental del fracaso de las pasadas contiendas”.

A partir de esa constatación, define que Patria tendrá como objetivo fundamental el de juntar, velar por la libertad y “evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden”. Así lo dejó escrito en dos artículos suyos (“Nuestras ideas “ y “A nuestra prensa”) que se incluyeron en el primer número del sabatino con en el que los patriotas cubanos se identificaron plenamente y fue para Martí la garantía para “encauzar la lucha revolucionaria e influir ideológicamente en las masas” (Trabajadores, La Habana, 12 de marzo de 2012).

Éste es un día en que los periodistas de Cuba y la Prensa de aquél hermano país, merecen ser saludados y reconocida su meritoria labor diaria. En el semanario ya citado, el colega cubano Francisco Rodríguez Cruz opina que “La prensa en Cuba posee una rica historia de compromiso militante en apoyo a la transformación social más profunda, casi desde el nacimiento mismo de nuestra nacionalidad hacia mediados del siglo XIX.”.
A lo anterior, agrega que uno de los objetivos de los medios de comunicación masiva es “Lograr que informen de manera oportuna, objetiva, sistemática y transparente; …tengan en cuenta las necesidades e intereses de la población” y contribuyan “a afianzar un sistema social más equitativo y humano”.

El último número de Patria se publicó el 31 de diciembre de 1898 y en su nota de cierre, titulada “Obra terminada”, se despidió de sus lectores. Martí ya había caído combatiendo por la independencia de Cuba en Dos Ríos. La obra del Apóstol no estaba terminada. El siglo XX lo confirmó: su pensamiento independentista, antiimperialista y de libertad estaba por cumplirse.

Y, en efecto, así es y si es así es porque el pensamiento, la lucha y la obra del líder histórico y Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, compañero Fidel Castro Ruz, es la prolongación, continuidad y enriquecimiento del pensamiento, la lucha y la obra de Martí. El compañero Fidel es el más firme y consecuente, leal y probado revolucionario martiano. En nuestra época, ser martiano significa comprometerse con lo más elevado y noble del pensamiento, la lucha y la obra del más universal de los cubanos.

En esa dirección cabe situar la trascendencia del encuentro que el pasado 10 de febrero sostuvo el compañero Fidel con 69 intelectuales de 21 países de África, Europa y América que asistieron a la XXI Feria Internacional del Libro de La Habana, y en el que también participaron 48 destacados escritores, pensadores y científicos cubanos. El encuentro duró alrededor de nueve horas y durante el mismo tuvo lugar un fructífero intercambio de ideas y opiniones acerca de los asuntos más importantes y urgentes de nuestra época.

Asuntos que nadie imaginó antes ni en las peores ficciones, ocuparon la atención de los participantes, entre otros, la posibilidad de la extinción de la especie humana, el agotamiento de los recursos naturales, la perversión de las transnacionales mediáticas y la aparición de artefactos de guerra inimaginables. El tema del uso y abuso de los medios mereció un tratamiento detenido y profundo.

Mucho se habló respecto a la información como una mercancía y sobre la publicidad que intenta convencernos de que la felicidad es tener más que los demás, cuando la felicidad es tener más con los demás. Igualmente se abundó en temas como la dominación cultural y los procesos recientes en el norte de África, sobre los que de este lado del mundo hay todavía mucho desconocimiento y la gente es presa fácil de las distorsiones de los consorcios mediáticos.

El compañero Fidel calificó como duro y difícil el momento que vive hoy la humanidad. Todos, dijo, nos preguntamos qué hacer. Optimista, como siempre, aseguró que “hay respuestas” y añadió: “Las ideas que defendemos han partido de la experiencia, no son simplemente imaginaciones. Lo hemos vivido”. (CubaDebate, 11 de febrero de 2012).

Este 14 de marzo de 2012, en el 120 aniversario de la aparición de Patria, a la 1 de la tarde (hora de Guatemala) ya se habrá presentado simultáneamente en 14 capitales del mundo la transcripción revisada y ampliada en español e inglés del histórico encuentro del 10 de febrero con el título Fidel Castro con los intelectuales. Nuestro deber es luchar. Desde ahora, en horas de la mañana, se puede descargar en formato PDF, ingresando al sitio web de CubaDebate.
En este volumen se recoge y sistematiza lo mejor y más avanzado del pensamiento de nuestra época y de la lucha por otro mundo posible y mejor. Es, sin lugar a dudas, un libro excepcional, imprescindible.

viernes, 9 de marzo de 2012

A media semana

Quien siembra vientos…
cosecha tempestades


Se puede y, en un momento dado, es legítimo estar o no de acuerdo con el origen, naturaleza y carácter de las instituciones y los poderes del Estado. Ésta es una cuestión que no sólo corresponde examinarla a la luz del derecho y la doctrina jurídica sino, además, a lo que en lo constitucional y en las leyes está definido y consignado, así como en cuanto a su funcionamiento, práctica y ejercicio.

En el caso de Guatemala, las instituciones y los poderes del Estado son propios de una democracia formal. Después de 27 años, puede afirmarse que --desde el punto de vista teórico y doctrinario-- las instituciones y los poderes del Estado, así como la democracia formal, han dejado de corresponder a la época en que vivimos y a su ulterior y probable desarrollo y desenvolvimiento. En lo legislativo, nada se ha hecho para superar lo que los constituyentes de 1985 no alcanzaron a advertir: el cambio de época que arrancaría a comienzos de la década de los 90 del siglo pasado.

Cuando el derecho y la legislación no se conciben como instrumentos para el cambio y el avance hacia nuevas y superiores etapas de desarrollo y progreso, justicia social y equidad, a los países se les condena a que no puedan, institucional y legítimamente, salir del atraso. En el peor de los casos retroceden y no logran superar los rezagos y lastres del pasado.

Nuestro país atraviesa por una ya muy prolongada crisis institucional y de gobernabilidad política y de poder que se desencadena el 27 de junio de 1954. Una situación así únicamente favorece, conviene y beneficia al sector oligárquico y patronal tradicional y a los poderes fácticos y paralelos; a quienes perjudica, afecta y golpea es a los obreros, los campesinos sin tierra, los pueblos indígenas, las capas medias empobrecidas, los jubilados, los desempleados, los jóvenes, los estudiantes, las mujeres, los pobladores de los asentamientos urbanos y rurales y a los sin casa y sin techo, así como a las personas de la tercera edad.

La descripción hecha configura, a su vez, la estructura económico social en Guatemala. Gráficamente puede decirse que en la cúspide de la pirámide está un cada vez más reducido puñado de potentados y adinerados que acumula y acapara casi toda la riqueza, utilidades y ganancias del país. Y en la base está la cada vez más ancha y ampliada mayoría empobrecida, que apenas si le alcanza lo que tiene o que gana para sobrevivir y es objeto de una despiadada y abusiva opresión y explotación, marginación y discriminación económica y social. En pocas palabras, es una estructura económico social propia de un país subdesarrollado y atrasado, subyugado y dependiente.

La legislatura que se instaló el 14 de enero de 1991 y que fue depurada durante el gobierno del presidente Ramiro De León Carpio, está considerada como una de las peores de las siete que han sido “electas” a partir de 1985. No dudo en afirmar que sólo es superada por la que concluyó su período el pasado 14 de enero. Muchas de las leyes por ella emitidas son casuísticas y adolecen de deficiencias e imprevisiones que deberían ser corregidas a la brevedad.

El actual Congreso, por su parte, continúa con prácticas que caracterizaron a la que le antecedió y, como en ningún otro caso, el transfuguismo es algo de lo peor que puede darse en un momento como el actual y, más aún, que ocurra en el poder del Estado cuyos integrantes ostentan la calidad de representantes del pueblo y dignatarios de la Nación.

Como no podía ser de otra manera, la bancada del partido Libertad Democrática Renovada (LIDER), está echando mano de “tácticas parlamentarias” de las que hicieron gala los diputados que en el anterior gobierno constituían la principal bancada de “oposición”. Ahora, desde el Ejecutivo, se dan cuenta que quienes son actualmente de “oposición” no están haciendo otra cosa que lo que ellos hicieron durante la legislatura pasada. Como “oposición de ayer” y “oficialismo de hoy” tendrían que saber y entender que quien, siembra vientos… cosecha tempestades.

Nada, absolutamente nada presagia que en el Legislativo las cosas vayan a cambiar. Cada vez es mayor y real la posibilidad de que la ciudadanía empiece a exigir su depuración y que, de no darse, lo que nos espera es un cada vez mayor agravamiento y agudización de la crisis política y de gobernabilidad, de poder e institucionalidad y que termine siendo éste el último eslabón de la mal llamada y peor concebida apertura democrática y política.

No otra cosa es lo que se avizora en el horizonte. Ello no quiere decir que se ignore que el sistema tiene cierto margen de maniobra y efectismo mediático para sortear la situación y desviar la atención de lo principal. Lo que el sistema no permite ni viabiliza es que se resuelva en interés del país y el pueblo, la refundación del Estado, la depuración de las instituciones y la defensa de la soberanía y nuestra independencia.

jueves, 1 de marzo de 2012

A media semana

De lo publicado en
La Jornada en estos días

Como parte de mis ocupaciones diarias, me he hecho cargo de la elaboración y edición del Servicio de Monitoreo y Transcripciones (SMT) con el propósito de enviarlo a las direcciones electrónicas de que dispongo. Día a día incluyo lo más destacado de lo que publican algunos medios escritos del país y lo que logro bajar de varias de las publicaciones on line del extranjero. Es una contribución que pretende que quienes lo reciben, no estén tan desinformados, en particular, de lo que acontece en lo internacional.

Por razones personales, y más que todo familiares, decidí que febrero fuera como mi mes sabático. Mi correo electrónico no lo he abierto. Tampoco he utilizado el buscador Google, lo cual no quiere decir que esté desconectado del todo y no esté al día de lo que está pasando en nuestro país y, menos, en otras partes del mundo. Tal vez sea por eso que valoro y aprecio que manos amigas me hayan hecho llegar un paquete cuyo contenido es de lo más valioso, útil e importante. En todo caso, a partir de mañana, activo mi correo y continuaré con el envío diario del SMT.

Tan valioso paquete contiene varios ejemplares de la edición impresa de La Jornada de este mes que hoy termina y dos números de la revista Proceso correspondientes al 12 y 17 de febrero. De lo que ya estaba informado y enterado se amplía y enriquece con las publicaciones de que ahora dispongo y de las cuales espero poder destacar lo que más me ha interesado. De las elecciones del 1 de julio en México me ocuparé más adelante, a fin de darle seguimiento a lo que empecé a abordar en mi columna del pasado 15 de febrero.

A lo deportivo es poca, muy poca la atención que le presto, en especial tratándose del deporte guatemalteco. Sin embargo, dos noticias relacionadas con el futbol me llaman la atención y por las repercusiones e importancia que tienen, me refiero a ellas.

El miércoles 1 de febrero, en un estadio de futbol de la capital egipcia, murieron 74 personas, lo cual ha sido considerado como el “mayor desastre deportivo en la historia del país”. Se responsabiliza al gobierno egipcio de esta matanza en vista de que las autoridades nada hicieron “para impedir el choque de hinchadas rivales”. A raíz de ello, “Egipto se precipitó en una nueva crisis la noche de este jueves (2 de febrero), cuando fuerzas de seguridad lanzaron gas lacrimógeno a los manifestantes que volvieron a las calles de El Cairo” en protesta por los hechos sangrientos del día anterior. En esta ocasión, murieron dos personas y 600 quedaron heridas. Con el retorno de las revueltas callejeras, según La Jornada, “Egipto se encamina a otra crisis”. (México, 3 de febrero de 2012).

Y si algo cobra igual importancia y tiene una connotación muy grave no sólo en lo deportivo sino, además, en lo político, es lo sucedido durante el Campeonato Mundial de futbol de 1978 en Argentina.

En el Mundial de futbol de 1978, el gobernante de facto de la Argentina, Jorge Videla (1976 – 1981) y el dictador peruano Francisco Morales Bermúdez (1975 – 1980) negociaron el 6 a 0 con el que Argentina le ganó a Perú a cambio del envío a Argentina de 13 militantes peruanos presos y que, “una vez trasladados de Perú a Argentina… serían arrojados desde el avión hacia al Río de la Plata para que no quedara ‘resto alguno” de ellos.

Según lo afirmó ante la justicia peruana el ex senador Genaro Ledesma Izquierdo, uno de los 13 militantes que aún viven, semejante hecho no se consumó gracias a que pudieron huir a Francia. “Videla necesitaba ese triunfo para limpiar la mala imagen de la Argentina en el mundo”, asegura Ledesma Izquierdo.

El partido entre Argentina y Perú se jugó el 21 de marzo de 1978. Con el 6 a 0 convenido, Argentina pasó a la final y cuatro días después, el 25 de marzo, venció a Holanda 3 a 1 y se consagró campeón mundial.

Lo convenido y la operación a realizar formó parte del Plan Cóndor que como se sabe fue una “operación clandestina internacional que instrumentó el asesinato y la desaparición de miles de personas opositoras a las dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay”. Antes de conocerse el arreglo entre los dos dictadores militares, no se involucraba al gobierno de facto de Perú como parte del Plan Cóndor. (La Jornada, México 7 de febrero de 2012).

Convencido como estoy que la noticia no deja de ser noticia si no se publica un día después de que ha sucedido lo que hay que informar, opto por traer a cuenta lo anterior en tanto son hechos de permanente actualidad y que es necesario darle seguimiento y continuidad.