jueves, 31 de mayo de 2012


De la Reforma de Córdoba
al cambio de época en el siglo XXI


Me permito tomar como referente y punto de partida lo acontecido en Argentina en 1918 y que dará lugar a la Reforma de Córdoba y marca un antes y un después para la lucha del estudiantado universitario y la juventud en América Latina y el Caribe y demás países del mundo a lo largo del siglo pasado y lo que va del presente. En 1918 gobernaba en Argentina el radicalismo encabezado por Hipólito Yrigoyen.

Alrededor del Presidente Yrigoyen se unió la clase media. De alguna manera, ello hizo posible el desplazamiento de ciertas fuerzas reaccionarias que encontrarían refugio en la Universidad de Córdoba, en aquél entonces, reducto de lo más conservador del país y, sus académicos, fieles representantes de su clase e intereses.

La Primera Guerra Mundial estaba por terminar y en la atrasada Rusia zarista había triunfado la Gran Revolución de Octubre. Los bolcheviques, con Lenin a la cabeza, instauran el poder de los soviets y surge el primer Estado de obreros, soldados y campesinos de la historia. Esto, en lo internacional. En lo nacional, en Argentina, a partir de 1917, empieza a incrementarse el número de huelgas y la fuerza de los sindicatos.

El 11 de abril de 1918 se constituye la Federación Universitaria Argentina (FUA) que reúne a las diversas federaciones estudiantiles de las Universidades de Córdoba, Buenos Aires, La Plata y Tucumán. Córdoba pasa a ser el símbolo de la rebeldía del estudiantado de América Latina y el grito de 1918 y su manifiesto del 21 de junio, el estandarte y fundamento de la lucha por la participación estudiantil en el gobierno de las casas de estudios superiores, la autonomía, la libre docencia y la extensión universitaria.

Lo que se encendió en Córdoba en 1918, se expande rápidamente durante una década, primero, a Perú y, en seguida, a Chile y Cuba, a Colombia y Uruguay. Una segunda oleada se desencadena en la década de los años 30 en Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela y México.

En la década de los años 50, el estudiantado universitario cubano conforma la “Generación del Centenario” y de las aulas universitarias, de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y del Directorio Revolucionario (DR), habrán de surgir probados y consecuentes combatientes del llano y la clandestinidad que bajo las invencibles banderas y la dirección del Movimiento 26 de Julio y el apoyo de todo el pueblo, contribuirán al triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.

En Guatemala,  a partir de junio de 1954, importantes luchas estudiantiles y juveniles, sociales y populares, revolucionarias y progresistas, se libran contra la intervención norteamericana al país y los regímenes militares, represivos y anticomunistas que usurpan el poder político y gubernamental. En 1962 tienen lugar las Jornadas de Marzo y Abril.

Seis años después, en mayo de 1968, París es el escenario de la mayor revuelta estudiantil y la más importante huelga general de la historia de Francia. Es un año en el que una oleada de protestas recorre el mundo y abarca, en particular, a la República Federal Alemana, Suiza, España, Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Francia atraviesa por un acentuado deterioro de la situación económica y un sin precedentes y cada vez más creciente desempleo. 

En México, el movimiento estudiantil de 1968 es violentamente reprimido y, el 2 de octubre, la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, es el escenario de la peor matanza cometida por el gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.

En el contexto internacional, la década de los años 60 está marcada por el triunfo de la Revolución Cubana y el auge de los movimientos guerrilleros en América Latina. El heroico pueblo vietnamita hace frente a la guerra de agresión y ocupación de Estados Unidos lo que despierta el más amplio movimiento de solidaridad y protesta en todo el mundo y en la propia capital del imperio y muchos Estados más de la Unión Americana.

La continuidad y prolongación de aquellas luchas y acciones del estudiantado universitario y la juventud, lo constituyen las movilizaciones en España del 2011, en Chile en 2011 y que se prolongan con mayor vigor, amplitud y combatividad en lo que va de este año, así como lo que está aconteciendo en México a raíz del surgimiento del movimiento universitario “YoSoy132”.

Ayer leía que en opinión de José Blanco, “hay chispas que incendian las praderas: los movimientos estudiantiles son de esas”, dice. Afirma, además, que “la pradera del territorio mexicano está reseca y las de muy variados países del mundo también” (LaJornada, 29 de mayo de 2012).

           Es este uno de los rasgos característicos de lo que va del siglo XXI y del cambio de época en que estamos. Ello, favorece y fortalece el avance y profundización de la lucha social y popular, democrática y participativa, protagónica e incluyente, progresista y revolucionaria.

miércoles, 23 de mayo de 2012

A media semana


Algo más sobre las Jornadas
de Marzo y Abril de 1962


Es ésta la tercera vez que me ocupo en resaltar la importancia que tienen para la historia más reciente de nuestro país las Jornadas de Marzo y Abril de 1962. En una primera ocasión, hice referencia a que lo acontecido en 1962 fue la continuación de la lucha estudiantil universitaria, popular y progresista iniciada a partir del momento mismo de la instauración del gobierno liberacionista en junio de 1954, y que abrió paso a una etapa superior de lucha. (Diario La Hora, 11 de abril de 2012).

En una segunda oportunidad, me permití abordar, en sus líneas más generales, lo referente a la correlación de fuerzas al interior de la dirigencia estudiantil universitaria y el predominio que mantenían las posiciones derechizantes, conservadoras y reaccionarias en la Junta Directiva y Ejecutiva de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), en el Consejo Superior Estudiantil (CSE) y en la mayoría de las Asociaciones estudiantiles de las distintas facultades de la Universidad de San Carlos (USAC). Algo dije respecto a la situación internacional entonces prevaleciente. (Diario La Hora, 2 de mayo de 2012).

En cuanto a los dirigentes principales de la AEU, dejé de mencionar --por un olvido imperdonable-- que entre 1954 y 1962, también hubo un período durante el que estuvo al frente en su calidad de Presidente de la Junta Directiva y Ejecutiva de la AEU el entonces estudiante de Derecho Alfredo Balsells Tojo, cuya gestión no fue fácil pero sí exitosa. Era evidente la resistencia y oposición de las ya referidas posiciones derechizantes, conservadoras, reaccionarias e intransigentes ante cualquier posibilidad de apertura. Fue durante las elecciones de Presidente de la AEU en agosto de 1962, que la correlación de fuerzas favoreció a las posiciones democráticas y progresistas más avanzadas.

La izquierda logró tener la dirección en la Junta Directiva y Ejecutiva de la AEU, en el CSE, al menos, en cinco asociaciones estudiantiles (Derecho, Económicas, Humanidades, Medicina y Odontología), cierta paridad de fuerzas en Arquitectura e Ingeniería y todavía en desventaja en Farmacia, Veterinaria y Agronomía. La Junta Directiva y Ejecutiva se integraba entonces por dos delegados por Asociación estudiantil. La izquierda contaba con diez y la derecha, igualmente, con diez representantes. El CSE lo integraban los presidentes de las Asociaciones estudiantiles cinco de los cuales estaban identificados o eran de izquierda y cinco estaban identificados o eran de derecha. Esa correlación de fuerzas favoreció y amplió la influencia de las fuerzas progresistas y avanzadas, prestigió aún más a la izquierda y unió en la lucha y acción al movimiento estudiantil universitario.

Dos son los rasgos principales que caracterizan el período que comienza con la instauración del liberacionismo en el poder, el 27 de junio de 1954, y el desencadenamiento de las Jornadas de Marzo y Abril en 1962. Las sucesivas fuerzas gobernantes para mantenerse en el poder tuvieron que echar mano de la represión gubernamental contra la población lo que las debilita, aísla y desprestigia. No consiguieron resolver sus propias contradicciones. Esto, por un lado.

Por el otro, es éste un período caracterizado por el ascenso y auge de la lucha popular, revolucionaria, democrática y progresista, en general y, en particular, por la resuelta y cada vez más frontal lucha antigubernamental del estudiantado universitario y de la enseñanza media, la radicalización de sus posiciones y la creciente influencia,  prestigio y autoridad de la izquierda revolucionaria y progresista en el movimiento obrero y sindical y los trabajadores del campo y entre el estudiantado universitario y de secundaria. A su vez, era cada vez más notorio y evidente el aislamiento, desprestigio y caducidad de los partidos anticomunistas, reacciones y conservadores.

Antes de marzo y abril de 1962, la AEU estaba afiliada a la CIE-COSEC, una organización internacional estudiantil de fachada que en 1964 se estableció que era utilizada por la CIA estadounidense a fin de contrarrestar y oponerse a la Unión Internacional de Estudiantes (UIE) que, habiendo surgido luego del final de la Segunda Guerra Mundial, llegó a constituirse y sigue siendo la más representativa, amplia y prestigiosa organización internacional de los estudiantes democráticos y progresistas de todo el mundo.

El prestigio internacional ganado por el estudiantado y los jóvenes guatemaltecos a raíz de las Jornadas de Marzo y Abril hizo posible la participación exitosa de los jóvenes y estudiantes guatemaltecos en el Festival Mundial de Helsinki y en la Asamblea Mundial de la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD). La Juventud Patriótica del Trabajo (JPT) fue electa al Buró de la FMJD con sede en Budapest, la capital de Hungría.

jueves, 10 de mayo de 2012

A media semana

Ayer hizo diez años


Los ejemplares de los periódicos que se guardan, envejecen. Lo informado y sobre lo que se opina y comenta, queda, permanece. Es como si el tiempo se hubiera detenido. El olor a tinta de las noticias, de los editoriales, de los comentarios, de las opiniones, se conserva, es peculiar como es peculiar la calidez de las habitaciones donde se amontonan los periódicos, están los libros, las libreras, el escritorio, los archivos, los papeles, los cuadernos, las agendas, los folders y las libretas de apuntes.

Uno de esos ejemplares que conservo --junto a los de los miércoles de los diez últimos años--, corresponde a la edición del Diario La Hora del 8 de mayo de 2002. Aquél día se publicó la primera de 466 columnas que --incluyendo la de hoy-- he escrito para este vespertino. Se trata de un esfuerzo continuado por sistematizar, explicar e interpretar los hechos y acontecimientos de interés nacional e internacional, y fijar mi posición.

En la columna del ahora ya más amarillento ejemplar de ayer hizo diez años, decía que con especial satisfacción y mucho agrado, incursionaba en el periodismo de opinión. Para mí, dije entonces, era una experiencia nueva, atractiva, desafiante y, además, una seria responsabilidad. Así lo sigue siendo.

De la información sobre la situación del momento, en lo nacional, el titular de primera plana del 8 de mayo de 2002 destacaba: Buscan en el Gallito la coca robada en el DOAN. En las páginas interiores se hacía referencia a los intensos operativos realizados por las fuerzas de seguridad y se decía que durante los registros practicados hasta se obligó a los parroquianos a bajarse los pantalones. La fotografía de portada, lo ilustra.

También se informaba sobre la petición del Ministerio Público de que se capturara al banquero Francisco Alvarado McDonald, a quien se le imputaba el delito de falsedad material en que podría haber incurrido en su calidad de socio principal de los bancos Metropolitano y Promotor intervenidos por la Junta Monetaria en 2001como consecuencia de problemas de liquidez e insolvencia.

Se informaba, además, de la intimidación de que habían sido objeto dos trabajadoras de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA); que el gobierno y la Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CENOC) se reunirían el viernes 10 para tratar la propuesta de desarrollo rural, y que a partir del día siguiente daría inicio en la Costa Sur la entrega a los pequeños agricultores de más de 2 millones de sacos con fertilizantes y urea a precios preferenciales.

En lo internacional, son varias las noticias que se destacaban. En una de ellas se decía que el agente del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Robert Hanssen, podría ser condenado a cadena perpetua por espionaje al servicio de Moscú. Se informaba, además, que el costo de la guerra contra el terrorismo lanzada por el presidente de EE UU, George W. Bush, en respuesta a los ataques del 11 de septiembre, ya estaba cerca de los 12 mil 500 millones de dólares y que se necesitarían más recursos para seguirla librando.

Respecto a Argentina, se consignaba que durante el primer trimestre de 2002 el poder de compra de los salarios de los trabajadores había caído a más de 40 por ciento, el peor nivel de los últimos años y mucho más que el de la hiperinflación de 1989, así como que el gobierno del presidente Duhalde había pedido a los países latinoamericanos un crédito puente de desembolso rápido para afrontar inminentes vencimientos de su deuda con los organismos financieros multilaterales y evitar una moratoria.

Según un despacho de la AFP, el proceso de globalización habría impactado fuertemente y en forma acelerada la vida cotidiana de los chilenos y generado un marcado individualismo. De acuerdo a lo que se informaba entonces, la mayoría de la población basa sus conversaciones diarias en las informaciones de los noticieros, programas periodísticos y películas que se pasan por la televisión, así como que es de la opinión que cada cual tendría que arreglárselas como pueda.

En México, por su parte, el presidente Vicente Fox lanzaba el Plan Nacional de Seguridad Pública mediante el que todas las corporaciones policíacas del país se erigirían en una sola fuerza de tarea para combatir la delincuencia, darle seguridad y proteger a la sociedad.

A diez años de distancia, la situación nacional en nada ha cambiado.

En lo internacional, es otro el contexto en que se está. Todo indica que su tendencia es a favorecer el éxito de la lucha de los pueblos y países por su verdadera y real independencia, el desarrollo, el progreso y la justicia social, derrotar las guerras de agresión y conquista y salvar a la humanidad de una hecatombe termonuclear.

Es por ello que sigue siendo necesario persistir en lo que se piensa y cómo se piensa, en lo que se dice y se escribe y, sobre todo, en lo que se hace, cómo se hace y para qué se hace, en lo que se lucha, cómo se lucha, por qué se lucha y para qué se lucha.

jueves, 3 de mayo de 2012

A media semana

Amancio, Sergio Saúl,
Juan de Dios, Moisés y Hugo


A finales de 2011 empieza a aparecer con toda su crudeza y crueldad, la verdad de sólo una parte de lo que ocurrió en Guatemala a partir del derrocamiento del Presidente Jacobo Arbenz Guzmán, el 27 de junio de 1954. El miércoles 24 de noviembre, la prensa del país informó sobre la identificación de dos de los cuerpos encontrados en una de las fosas del destacamento militar de Comalapa, Chimaltenango.

Se trata de los restos de Amancio Samuel Villatoro y Sergio Saúl Linares Morales. Amancio fue capturado el 30 de enero de 1984 en la 15 calle y 2ª avenida de la zona 1 de la capital; Sergio Saúl, el 23 de febrero de 1984 en la zona 9, en horas de la tarde, cuando salía de las oficinas del entonces Instituto de Fomento Municipal (INFOM), donde laboraba.

A partir del 24 de noviembre de 2011, empezó a darse más información de la que ya se disponía y que, en general, está recogida en el Diario Militar. Ahora se sabe y está comprobado que en lo que fue el destacamento de Comalapa están enterrados 220 cuerpos en 52 fosas y que en la número 39 hay 29 cuerpos. Este destacamento se instaló en 1979 y dejó de operar en 1996. Los trabajos de exhumación se iniciaron en 2003. En 2005 se identificó la osamenta de Maximiliano Cumez, un pastor evangélico secuestrado en Comalapa el 6 de enero de 1981.

Más recientemente, el jueves 22 de marzo, se dio a conocer la identidad de tres cadáveres hallados en la fosa número 9 y que corresponden a los restos mortales de Juan de Dios Velásquez Samayoa, Moisés Saravia López, y Hugo Adaíl Navarro Mérida. Juan de Dios, fue capturado el 2 de marzo de 1984 en la zona 6; Moisés, el 11 de marzo de 1984, en una casa de la zona 11; y, Hugo Adaíl, el 5 de marzo de 1984, enfrente de la Súper Tienda Páiz del Centro Comercial Monserrat de la zona 7. A los cinco los asesinaron el 29 de marzo de 1984. 

Se tiene información, además, de que ya han sido identificadas 10 osamentas más y que sólo están pendientes de confirmación por parte de sus familiares. Se sabe, también, que de las 14 mil exhumaciones practicadas en dos fosas del Cementerio La Verbena, zona 7 de la capital, unas 900 podrían corresponder a víctimas del enfrentamiento armado interno.

En un enfrentamiento armado de larga duración y de la intensidad que tuvo en Guatemala, las fuerzas represivas y contrainsurgentes cometieron crímenes de lo más horrendos. No sólo contra la población civil y militantes clandestinos e insurgentes de la ciudad y cabeceras departamentales y municipales sino, además, contra combatientes en armas, pueblos indígenas y campesinos del interior del país.

Con la documentación con que ahora se cuenta y las investigaciones que se logren hacer, se podrá esclarecer aún más la verdad de lo sucedido en nuestro país durante esta larga etapa de nuestra historia reciente y, además, ampliar mucho más el conocimiento e información acerca del modo de operar de las fuerzas represivas y contrainsurgentes, sus servicios de inteligencia y contrainteligencia, la preparación y capacitación de militares y policías en escuelas del extranjero, la cooperación, apoyo y ayuda dada por los gobiernos de Estados Unidos e Israel y por las dictaduras militares del Cono Sur así como a lo que se prestaron individuos como Carlos Humberto Quinteros García, más conocido como Miguel o El hombre lobo.

La oleada represiva y contrainsurgente que se desencadenó a principios de 1984 y que durante los meses de enero, febrero, marzo, abril y mayo registra una escalada sin precedentes, merece estudiarse y analizar en su contexto y el momento y condiciones en que se encontraba la lucha clandestina y las fuerzas insurgentes en la ciudad, problemas no resueltos, dificultades y limitaciones, su fortalecimiento, desarrollo y ampliación. Los datos e información con que se cuenta son una buena base para empezar a hacerlo.

En enero de 1984 se capturó, asesinó y desapareció a 25 personas; en febrero, a 16: en marzo, a 26; en abril, a 13; y, en mayo, a 34. En total, 123. De los 183 que consta en el Diario Militar que fueron capturados, asesinados y desaparecidos, 104 están registrados como del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT); 33, de la Organización del Pueblo en Armas (ORPA); 29, de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR); y 9, del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP). De tres, no hay información de su militancia. (La autenticidad del Diario Militar, Secretaría de la Paz, Presidencia de la República, Dirección de los Archivos de la Paz, Guatemala, mayo de 2009, páginas 154 y 155).
         
          A Amancio, Sergio Saúl, Juan de Dios, Moisés y Hugo Adaíl, sus verdugos no lograron doblegarlos y frente a ellos dieron pruebas suficientes de lealtad a la lucha, a sus ideales y convicciones, a sus compañeros y amigos y a sus familias. Son  ejemplo de entereza y firmeza y de los que merecen que se honre su memoria y se les recuerde... ¡siempre!

A media semana

Algo más sobre Marzo y
Abril de 1962

Con excepción de dos ocasiones en que Jorge Rosal fue presidente de la Junta Directiva y Ejecutiva de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) y el período durante el que su máximo dirigente fue Julio Rodríguez Aldana, entre 1954 y 1962, la AEU, el Consejo Superior Estudiantil (CSE) y algunas de las asociaciones estudiantiles de la Universidad de San Carlos, estuvieron bajo el control y dirección de los seguidores del anticomunista Comité de Estudiantes Universitarios de Centro América (CEUCA), los centristas del Frente Estudiantil Social Cristiano (FESC) y distintas corrientes derechizantes.

Las asambleas generales de estudiantes universitarios celebradas en junio de 1956 las presidió el entonces estudiante de medicina y presidente de la AEU José Trinidad Uclés. Este furibundo anticomunista fue el que más se opuso y trató de maniobrar para evitar que el 25 de junio se saliera del Paraninfo Universitario y que la Junta Directiva y Ejecutiva de la AEU encabezara la manifestación que aquella tarde desafió a las huestes policíacas del gobierno militar de Castillo Armas impuesto por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA). Esta demostración de rebeldía e indignación estudiantil, constituyó un salto de calidad en la lucha del estudiantado universitario, la juventud, las organizaciones populares y democráticas y lo más consecuente del movimiento obrero y sindical.

Hace tres semanas hice referencia a que entre 1956 y 1962 fue posible la organización y realización de los dos Congresos Nacionales de Estudiantes Universitarios. Su exitosa celebración fue resultado de los avances y logros alcanzados en organización, amplitud, prestigio, respeto y autoridad de lo más avanzado y progresista del estudiantado universitario y la izquierda democrática y revolucionaria. (Diario La Hora, 11 de abril de 2012).

En las elecciones de Junta Directiva y Ejecutiva de la AEU de 1961, ya se pudo advertir la influencia, autoridad y prestigio de las tendencias democráticas y progresistas de izquierda. Sin embargo, el FESC y sus aliados de la derecha estudiantil controlaban la AEU, el CSE y las demás asociaciones estudiantiles, con excepción de la de Económicas, Derecho y, en cierta forma, la de Humanidades.

Yuri Gagarin había salido al cosmos y en la nave espacial Vostok 1 dado una vuelta al mundo el 12 de abril de 1961. Nikita Jruschov gobernaba en la URSS; John F. Kennedy, en Estados Unidos. Era la época de la polémica chino-soviética y la fracasada Alianza para el Progreso.

En tales condiciones, no son pocos los retos y  desafíos que plantea el debate ideológico y político y las tareas de organización, movilización, unidad y lucha del estudiantado universitario, la juventud, los estudiantes de secundaria y el movimiento revolucionario y popular.

En América Latina y el Caribe gobernaban dictaduras militares o presidentes anticomunistas y serviles aliados de la Casa Blanca. La Revolución cubana había triunfado el 1 de enero de 1959. El 19 de abril de 1961, sus heroicos milicianos, con el apoyo de todo el pueblo y bajo la dirección del dirigente máximo de la Revolución, comandante en jefe Fidel Castro Ruz, le infringían la primera gran derrota militar al imperialismo yanqui en Playa Girón. Tres días antes, el 16 de abril, el compañero Fidel proclamaba el carácter socialista de la revolución.

Movimientos armados operaban en Colombia y Venezuela. En Guatemala se avanzaba en dirección de la reorganización y continuidad del movimiento armado iniciado el 13 de noviembre de 1960. En marzo de 1962, fue derrotado el intento de instalar un frente armado unitario en Concuá.

En el marco de esa situación internacional y de la tan agitada y convulsa situación nacional, protestas populares y sociales y acumulado descontento ciudadano, tienen lugar las Jornadas de Marzo y Abril de 1962 y cuyo detonador lo constituye el intento de fraude electoral a favor de los candidatos a diputados del oficialismo que pretendió consumar el corrupto y desprestigiado régimen ydigorista. Todo comenzó el 1 de marzo de con la puesta de una corona mortuoria por la Junta Directiva y Ejecutiva de la AEU en la puerta principal del palacio legislativo.

En abril de 1962, la iniciativa y dirección de la lucha estudiantil universitaria está ya en manos de las bases estudiantiles y son las fuerzas democráticas y progresistas, revolucionarias, de izquierda, las que hacen posible el viraje que a partir de aquél momento marca el comienzo de una nueva etapa en la lucha, movilización, unidad y dirección del movimiento estudiantil universitario, los estudiantes de secundaria y los jóvenes, y el avance, desarrollo, ampliación y conducción de la lucha revolucionaria y popular en nuestro país.

Son muchas y valiosas las lecciones y experiencias a extraer y sistematizar de las históricas Jornadas de Marzo y Abril de 1962 en Guatemala.