De la Reforma de Córdoba
al cambio de época en el siglo XXI
Me permito tomar como referente y punto de partida lo
acontecido en Argentina en 1918 y que dará lugar a la Reforma de Córdoba y
marca un antes y un después para la lucha del estudiantado universitario y la
juventud en América Latina y el Caribe y demás países del mundo a lo largo del
siglo pasado y lo que va del presente. En 1918 gobernaba en Argentina el radicalismo encabezado por Hipólito
Yrigoyen.
Alrededor del Presidente Yrigoyen se unió la clase
media. De alguna manera, ello hizo posible el desplazamiento de ciertas fuerzas
reaccionarias que encontrarían refugio en la Universidad de Córdoba, en aquél
entonces, reducto de lo más conservador del país y, sus académicos, fieles
representantes de su clase e intereses.
La Primera Guerra Mundial estaba por terminar y en la
atrasada Rusia zarista había triunfado la Gran Revolución de Octubre. Los
bolcheviques, con Lenin a la cabeza, instauran el poder de los soviets y surge
el primer Estado de obreros, soldados y campesinos de la historia. Esto, en lo
internacional. En lo nacional, en Argentina, a partir de 1917, empieza a
incrementarse el número de huelgas y la fuerza de los sindicatos.
El 11 de abril de 1918 se constituye la Federación
Universitaria Argentina (FUA) que reúne a las diversas federaciones estudiantiles
de las Universidades de Córdoba, Buenos Aires, La Plata y Tucumán. Córdoba pasa
a ser el símbolo de la rebeldía del estudiantado de América Latina y el grito
de 1918 y su manifiesto del 21 de junio, el estandarte y fundamento de la lucha
por la participación estudiantil en el gobierno de las casas de estudios
superiores, la autonomía, la libre docencia y la extensión universitaria.
Lo que se encendió en Córdoba en 1918, se expande
rápidamente durante una década, primero, a Perú y, en seguida, a Chile y Cuba,
a Colombia y Uruguay. Una segunda oleada se desencadena en la década de los
años 30 en Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela y México.
En la década de los años 50, el estudiantado
universitario cubano conforma la “Generación del Centenario” y de las aulas
universitarias, de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y del
Directorio Revolucionario (DR), habrán de surgir probados y consecuentes
combatientes del llano y la clandestinidad que bajo las invencibles banderas y
la dirección del Movimiento 26 de Julio y el apoyo de todo el pueblo,
contribuirán al triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
En Guatemala, a
partir de junio de 1954, importantes luchas estudiantiles y juveniles, sociales
y populares, revolucionarias y progresistas, se libran contra la intervención
norteamericana al país y los regímenes militares, represivos y anticomunistas
que usurpan el poder político y gubernamental. En 1962 tienen lugar las
Jornadas de Marzo y Abril.
Seis años después, en mayo de 1968, París es el
escenario de la mayor revuelta estudiantil y la más importante huelga general
de la historia de Francia. Es un año en el que una oleada de protestas recorre
el mundo y abarca, en particular, a la República Federal Alemana, Suiza,
España, Argentina, Uruguay y Estados Unidos. Francia atraviesa por un acentuado
deterioro de la situación económica y un sin precedentes y cada vez más
creciente desempleo.
En México, el movimiento estudiantil de 1968 es
violentamente reprimido y, el 2 de octubre, la Plaza de las Tres Culturas, en
Tlatelolco, es el escenario de la peor matanza cometida por el gobierno del
entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
En el contexto internacional, la década de los años 60
está marcada por el triunfo de la Revolución Cubana y el auge de los
movimientos guerrilleros en América Latina. El heroico pueblo vietnamita hace
frente a la guerra de agresión y ocupación de Estados Unidos lo que despierta
el más amplio movimiento de solidaridad y protesta en todo el mundo y en la
propia capital del imperio y muchos Estados más de la Unión Americana.
La continuidad y prolongación de aquellas luchas y
acciones del estudiantado universitario y la juventud, lo constituyen las
movilizaciones en España del 2011, en Chile en 2011 y que se prolongan con
mayor vigor, amplitud y combatividad en lo que va de este año, así como lo que
está aconteciendo en México a raíz del surgimiento del movimiento universitario
“YoSoy132”.
Ayer leía que en opinión de José Blanco, “hay chispas que incendian las praderas: los movimientos estudiantiles son
de esas”, dice. Afirma, además, que “la pradera del territorio mexicano está
reseca y las de muy variados países del mundo también” (LaJornada, 29 de mayo de
2012).
Es este uno de los rasgos característicos de lo que va del siglo XXI y del cambio de época en que estamos. Ello, favorece y fortalece el avance y profundización de la lucha social y popular, democrática y participativa, protagónica e incluyente, progresista y revolucionaria.