28 de septiembre,
hace 62 años
Ninguna fecha tan significativa e importante como hoy --aniversario de fundación del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT)-- para empezar a referirme a cómo quedan los distintos agrupamientos de “la izquierda institucional” después de las votaciones del 11 de septiembre. Al Frente Amplio (FA), electoreramente, le fue mal. En lo organizativo, ideológico y político está peor. Lo uno y lo otro tiene sus causas, efectos y consecuencias.
El exiguo porcentaje de votos obtenidos, es la parte visible de la crisis general que afecta al Frente en su conjunto y a cada agrupamiento por separado (URNG-MAÍZ, ANN, Winaq y MNR). Es la punta del iceberg. De ello me ocuparé la semana entrante, así a cómo el doctor Roberto Romero ve la perspectiva de la izquierda en nuestro país. Por ahora, paso a referirme a la trascendencia histórica de la fundación, hace 62 años y, en un día como hoy, del destacamento organizado de la clase obrera guatemalteca.
El Presidente Juan José Arévalo estaba en su cuarto año de Gobierno. Para entonces, empezaban a estar cada vez más aisladas las posiciones anticomunistas y reaccionarias de algunos de sus funcionarios, como las de Élfego H. Monzón que ordenó el cierre de la Escuela Claridad. Al calor del auge y ascenso de la lucha popular, se fueron creando las condiciones que hicieron posible la fundación del PGT.
En los Apuntas para la historia del Partido Guatemalteco del Trabajo, del compañero Huberto Alvarado Arellano, es posible consultar, estudiar y conocer su lucha desde la fundación (28 de septiembre de 1949) y hasta mediados de 1972, que es a donde alcanzó a llegar su autor. Huberto, fue asesinado en diciembre por las fuerzas de seguridad y represión de Laugerud García.
Un esfuerzo anterior lo hizo el compañero Carlos René Valle y Valle. Su elaboración, es imposible de encontrar. Texto de obligada consulta lo es, también, las Memorias de Antonio Obando Sánchez que abarca el período que va de la fundación del primer destacamento obrero en Guatemala en 1923, hasta su liquidación bajo la tiranía de Ubico.
Una parte importante a escribir es la que va de diciembre de 1972 a abril de 1997. Al respecto, hay esfuerzos dispersos. Más adelante se podrá disponer de una elaboración más acaba y completa y en la que se interprete objetiva y científicamente la continuidad de la lucha del partido durante aquél cuarto de siglo de nuestra historia.
Es en este período que se constituye la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y su Comandancia General (febrero de 1982). En 1989, se da la real y efectiva incorporación del PGT a las tareas de la guerra popular revolucionaria. Es el período durante el que a través de las negociaciones se busca encontrarle una solución política al enfrentamiento armado interno y convenir las bases sustantivas e integrales de solución a las causas que le dieron origen.
A partir de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera (29 de diciembre de 1996), la situación y condiciones del país han empeorado y no son pocos los problemas que afectan a la izquierda guatemalteca, su unidad y lucha, y a la unidad y lucha del movimiento obrero y sindical, las fuerzas populares, democráticas y progresistas, el campesinado y los pueblos indígenas, la juventud, los estudiantes y las mujeres.
En una fecha como hoy, cabe recordar lo necesario que es tener presente y no olvidar el ejemplo de nuestras camaradas y nuestros camaradas que, bajo la dirección de Bernardo Alvarado Monzón, Huberto Alvarado Arellano, Mario Silva Jonama, Hugo Barrios Klee, Carlos Alvarado Jerez, Carlos René Valle y Valle, Miguel Ángel Hernández, Víctor Manuel Gutiérrez, Leonardo Castillo Flores y del Comandante Luis Augusto Turcios Lima, ofrendaron su vida por Guatemala, la Revolución y el Socialismo, así como el de las compañeras y compañeros que bajo la conducción del Comandante Rolando Morán cayeron combatiendo por la emancipación nacional y social de nuestro pueblo.
En el momento actual, una oleada de indignación social y popular convulsiona al mundo entero. La injusticia social y una abismal desigualdad separan a los pocos potentados que todo lo tienen de la mayoría de pueblos marginados y excluidos. Con cuánta razón dijo Marx que lo único que los pobres tienen que perder son las cadenas de la opresión y explotación.
En este 28 de septiembre de 2011 reitero mi adhesión a la demanda mundial a favor del cese inmediato e incondicional del criminal bloqueo de Estados Unidos a Cuba socialista y por la libertad de los cinco antiterroristas cubanos prisioneros del imperio. En el 51 aniversario de su fundación, va mi saludo a los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).
A la Cooperación Cubana en Guatemala, le patentizo el agradecimiento fraterno y especial por el elevado nivel técnico, científico, humanitario y solidario con que sus integrantes atienden a nuestro pueblo en salud, alfabetización, recreación y entrenamiento deportivo.
En la Tesis sobre Feuerbach, Carlos Marx afirmó que a lo largo de la historia, "los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo". Sirva este espacio para continuar en este esfuerzo permanente por tomar el cielo por asalto.
viernes, 30 de septiembre de 2011
viernes, 23 de septiembre de 2011
Después del 11 de septiembre,
¿qué le espera a nuestro país?
No se necesita demasiada imaginación para darse cuenta de hasta dónde hemos llegado en lo económico y social y en lo institucional, político y gubernamental, como consecuencia de la mal llamada era democrática “institucionalizada” por constituyentes al servicio de Mejía Víctores --el gobernante militar de facto de entonces--, y a conveniencia e interés de la élite económica y patronal. Nuestro desafío, ahora, consiste en visualizar qué nos espera después del 11 de septiembre.
Hasta las votaciones de 2007, como por inercia y ante la imposibilidad de que hubiera una o más de una candidatura “aceptable”, la ciudadanía optó por la “menos peor”. Ésa es la tendencia predominante tanto en la primera como en la segunda vuelta. El candidato que ha resultado “electo” fue, siempre, el “menos peor”. Los costos, están a la vista: un Estado debilitado institucional y financieramente, ingobernabilidad, corrupción, impunidad, tráfico de influencias.
En las votaciones de este año, tampoco se puede hablar de candidaturas idóneas. Ninguna de ellas estaba calificada para gobernar ni era competente ni tenía condiciones y capacidad para ocupar la más alta magistratura del país. Palabras más, palabras menos, así se opinó en varios medios impresos.
El 36 por ciento de los ciudadanos que en la primera vuelta “favoreció” al general Otto Pérez Molina y el 23 por ciento que votaron a “favor” del binomio presidencial de Libertad Democrática Renovada (LIDER), encabezado por el empresario Manuel Baldizón, no alcanzaron a medir los alcances de la encrucijada a que se ha orillado al país.
Se entiende por encrucijada la “ocasión que se aprovecha para hacer daño”. Así lo define el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Encrucijada, según el Pequeño Larousse Ilustrado (PLI) equivale a un dilema y un dilema se da cuando se está ante “dos proposiciones tales que resulte confundido cualquiera que sea la suposición que escoja”.
Las votaciones del 11 de septiembre confirman lo engañoso, inservible, tendencioso, manipulador y manipulable que son las encuestas y los foros. Esto, es lo primero. Lo segundo, es el entredicho en que queda la autoridad e idoneidad de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Lo tercero --y más importante--, es que el sistema de votaciones y partidos se agotó, caducó, ya no da para más.
Tres días antes de los comicios decía que las votaciones del domingo serían un clavo más que los políticos y sus agrupamientos electoreros estarían poniéndole al féretro del sistema (Diario La Hora, 7 de septiembre de 2011). Ahora, hay que agregar, parafraseando al Che, que no hay que sentarse a esperar a ver que pase su cadáver.
Lo sucedido el 11 de septiembre es lo peor que le pudo haber pasado al país, y la peor de las cinco de las peores votaciones anteriores. En cierta forma, no fue así en 1999. A los dos candidatos y los agrupamientos que han pasado a la segunda vuelta, no puede calificárseles de otra manera.
Detrás de los candidatos y los agrupamientos que se “disputan” la segunda vuelta, están los poderes económicos y políticos de la vieja y agotada oligarquía patronal, el gran capital transnacional y sus corporaciones, la embajada de Estados Unidos y los financistas. Quede quien quede, ya tienen asegurado el continuismo gubernamental, la obediencia debida, sus grandes y oscuros negocios, el tráfico de influencias, la impunidad y la corrupción. También están los poderes paralelos, las mafias, el narcotráfico y el crimen organizado.
A reserva de poderlo abordar más adelante, se puede anticipar que los patriotas son el “partido” de la extrema derecha, que su ala más dura se asemeja a la más dura de los republicanos y al tea party (así, con minúsculas), tanto como a la que en el Partido Popular (PP) encabeza Aznar. Sus aliados naturales y apoyos están entre los que coinciden con esas posiciones y a los que favorece y conviene la represión y el terror como política de Estado.
Los de LIDER, son la derecha populista, demagógica; de la irresponsabilidad e improvisación gubernamental y administrativa; y, además, de la pena de muerte. Los encabeza un sabelotodo de cuyos títulos y diplomas tanto se ufana y que obliga a poner en duda lo que dice y propone. De llegar a gobernar, lo más probable es que lo hiciera como en su tiempo lo hizo Ydígoras Fuentes. Lo apoyan y secundan agrupamientos y coaliciones de centro derecha y de derecha y más de algún oportunista de la izquierda políticamente desideologizada.
En uno y otro caso, las comparaciones no resultan odiosas; son necesarias y oportunas. Puede que de algo sirvan para definir e interpretar el entorno político y electoral configurado para la segunda vuelta.
“Elegir” a Pérez Molina o a Baldizón es jalarle los pies a un ahorcado y ello, visto gráficamente, es lo que le espera a nuestro pueblo y al país.
¿qué le espera a nuestro país?
No se necesita demasiada imaginación para darse cuenta de hasta dónde hemos llegado en lo económico y social y en lo institucional, político y gubernamental, como consecuencia de la mal llamada era democrática “institucionalizada” por constituyentes al servicio de Mejía Víctores --el gobernante militar de facto de entonces--, y a conveniencia e interés de la élite económica y patronal. Nuestro desafío, ahora, consiste en visualizar qué nos espera después del 11 de septiembre.
Hasta las votaciones de 2007, como por inercia y ante la imposibilidad de que hubiera una o más de una candidatura “aceptable”, la ciudadanía optó por la “menos peor”. Ésa es la tendencia predominante tanto en la primera como en la segunda vuelta. El candidato que ha resultado “electo” fue, siempre, el “menos peor”. Los costos, están a la vista: un Estado debilitado institucional y financieramente, ingobernabilidad, corrupción, impunidad, tráfico de influencias.
En las votaciones de este año, tampoco se puede hablar de candidaturas idóneas. Ninguna de ellas estaba calificada para gobernar ni era competente ni tenía condiciones y capacidad para ocupar la más alta magistratura del país. Palabras más, palabras menos, así se opinó en varios medios impresos.
El 36 por ciento de los ciudadanos que en la primera vuelta “favoreció” al general Otto Pérez Molina y el 23 por ciento que votaron a “favor” del binomio presidencial de Libertad Democrática Renovada (LIDER), encabezado por el empresario Manuel Baldizón, no alcanzaron a medir los alcances de la encrucijada a que se ha orillado al país.
Se entiende por encrucijada la “ocasión que se aprovecha para hacer daño”. Así lo define el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Encrucijada, según el Pequeño Larousse Ilustrado (PLI) equivale a un dilema y un dilema se da cuando se está ante “dos proposiciones tales que resulte confundido cualquiera que sea la suposición que escoja”.
Las votaciones del 11 de septiembre confirman lo engañoso, inservible, tendencioso, manipulador y manipulable que son las encuestas y los foros. Esto, es lo primero. Lo segundo, es el entredicho en que queda la autoridad e idoneidad de los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Lo tercero --y más importante--, es que el sistema de votaciones y partidos se agotó, caducó, ya no da para más.
Tres días antes de los comicios decía que las votaciones del domingo serían un clavo más que los políticos y sus agrupamientos electoreros estarían poniéndole al féretro del sistema (Diario La Hora, 7 de septiembre de 2011). Ahora, hay que agregar, parafraseando al Che, que no hay que sentarse a esperar a ver que pase su cadáver.
Lo sucedido el 11 de septiembre es lo peor que le pudo haber pasado al país, y la peor de las cinco de las peores votaciones anteriores. En cierta forma, no fue así en 1999. A los dos candidatos y los agrupamientos que han pasado a la segunda vuelta, no puede calificárseles de otra manera.
Detrás de los candidatos y los agrupamientos que se “disputan” la segunda vuelta, están los poderes económicos y políticos de la vieja y agotada oligarquía patronal, el gran capital transnacional y sus corporaciones, la embajada de Estados Unidos y los financistas. Quede quien quede, ya tienen asegurado el continuismo gubernamental, la obediencia debida, sus grandes y oscuros negocios, el tráfico de influencias, la impunidad y la corrupción. También están los poderes paralelos, las mafias, el narcotráfico y el crimen organizado.
A reserva de poderlo abordar más adelante, se puede anticipar que los patriotas son el “partido” de la extrema derecha, que su ala más dura se asemeja a la más dura de los republicanos y al tea party (así, con minúsculas), tanto como a la que en el Partido Popular (PP) encabeza Aznar. Sus aliados naturales y apoyos están entre los que coinciden con esas posiciones y a los que favorece y conviene la represión y el terror como política de Estado.
Los de LIDER, son la derecha populista, demagógica; de la irresponsabilidad e improvisación gubernamental y administrativa; y, además, de la pena de muerte. Los encabeza un sabelotodo de cuyos títulos y diplomas tanto se ufana y que obliga a poner en duda lo que dice y propone. De llegar a gobernar, lo más probable es que lo hiciera como en su tiempo lo hizo Ydígoras Fuentes. Lo apoyan y secundan agrupamientos y coaliciones de centro derecha y de derecha y más de algún oportunista de la izquierda políticamente desideologizada.
En uno y otro caso, las comparaciones no resultan odiosas; son necesarias y oportunas. Puede que de algo sirvan para definir e interpretar el entorno político y electoral configurado para la segunda vuelta.
“Elegir” a Pérez Molina o a Baldizón es jalarle los pies a un ahorcado y ello, visto gráficamente, es lo que le espera a nuestro pueblo y al país.
jueves, 15 de septiembre de 2011
A media semana
Para la segunda vuelta,
nada está definido
En memoria y homenaje al
Licenciado Oscar Barrios Castillo
(5 de febrero de 1914 – 9 de septiembre de 2011)
A mí no me sorprenden los resultados de las votaciones del domingo. Tengo que reconocer, eso sí, que quienes estimé que podrían disputar y hasta desplazar del segundo lugar a Manuel Baldizón de LIDER o a Eduardo Suger de CREO no lo lograron, y que los votos nulos y los votos en blanco sumaran un porcentaje tan alto y significativo. La abstención no es menos importante. Para la segunda vuelta, los votos a nivel local de la UNE-GANA y, a nivel nacional, los de la UCN y los de VIVA-EG, cuentan.
Hay otras cuestiones más a considerar. Entre ellas, las anomalías denunciadas y los incidentes locales a causa del descontento de la población ante el proceso, la composición del próximo Congreso de la República, los resultados a nivel local, los partidos que legalmente desaparecen y los que logran mantenerse pese a su tan pobre votación.
Los votos a favor del PP no sitúan a Pérez Molina en una situación confortable para la segunda vuelta. Haber quedado en primer lugar no le asegura “la elección”. Tampoco lo es para Baldizón y su partido y, en ambos casos, sus resultados dependen de la decisión de los demás agrupamientos de cara al 6 de noviembre y de los “arreglos” a que puedan llegar.
Entre ellos, habrá los que decidan sumarse a Pérez Molina, en unos casos en forma expresa y, en otros, bajo la mesa. Es lo que podría ser más probable que hagan CREO y VIVA-EG. Lo que el PP lograra con CASA y ADN es meramente simbólico. En el caso de Baldizón, los “arreglos” a concertar van más allá. Es mucho lo que puede lograr, igualmente, en forma expresa o bajo la mesa, con la coalición UNE-GANA y la UCN. Con el FRG y los Unionistas sería, también, de lo más simbólico, al igual que con el PAN, que podría terminar “entendiéndose” con el PP.
En todo caso, el quid de la cuestión en lo de “las alianzas” del PP y “la cruzada” de Baldizón, no está en la coincidencia de objetivos sino en lo que cada uno logre “alcanzar” en el reparto del “poder”. El Frente Amplio (FA) tiene dos opciones: una, dejar en libertad a sus votantes o convocarlos a votar nulo. Su tan precaria votación y la situación en que queda, hay que tratarlo por aparte.
Durante las votaciones del domingo ocurrió algo que muy pocos se arriesgaron a prever y contra lo que se concertó una gran ofensiva. Me refiero a la decisión de votar nulo, votar en blanco u optar por la abstención. Cuando se trata de interpretar el estado de ánimo y disposición de la población y su decisión a asumir ante uno u otro acontecimiento o ante una u otra situación, así como se puede incurrir en un error de apreciación y subjetivismo, también se puede acertar. Lo que acaba de ocurrir con el voto nulo, el voto en blanco y la abstención, por las razones que sean, está muy por encima de lo que los más optimistas pudieran haber presupuestado.
La decisión de la ciudadanía de votar en blanco, anular su voto o abstenerse no es resultado del trabajo organizado o de un acuerdo previamente adoptado. De haber sido así, otro sería el significado e importancia que habría que darle. En todo caso, lo principal y más importante es que, en general, es parte de la manifestación de un estado de ánimo y disposición de un significativo e importante y muy alto porcentaje de votantes y de la población.
Detrás de una idea, una propuesta, un llamamiento, una plataforma, un programa, una decisión, una consigna, debe haber una fuerza organizada que consciente y decididamente la secunde y movilice, una y luche. Si es así, las condiciones subjetivas irán madurando más aceleradamente y, sumadas a las objetivas que ya están dadas, harán posible, en un momento muy concreto, que la lucha social y popular, democrática y progresista, se amplíe y fortalezca y sea expresión de la disposición y conciencia de la necesidad de cambiar lo que hay que cambiar y avanzar hacia el desarrollo y el progreso, la justicia social, la independencia y autodeterminación.
Para que así sea, es imprescindible que la idea, la propuesta, el llamamiento, la plataforma, el programa, la decisión o la consigna --y todo en su conjunto-- interprete y exprese el estado de ánimo y disposición de la población, recoja, sintetice y desarrolle las demandas del pueblo y organice la lucha a favor de las transformaciones radicales, de fondo, posibles y alcanzables.
En lo teórico y práctico, puede decirse que son estos, entre otros, los elementos más importantes que habrán de servir de base para definir en qué dirección refundar la izquierda social y popular, democrática y progresista, articular la alternativa real de poder y acercarse y ganar, unir, movilizar y organizar a las fuerzas dispuestas a luchar por los cambios estructurales, de fondo, que el país necesita.
nada está definido
En memoria y homenaje al
Licenciado Oscar Barrios Castillo
(5 de febrero de 1914 – 9 de septiembre de 2011)
A mí no me sorprenden los resultados de las votaciones del domingo. Tengo que reconocer, eso sí, que quienes estimé que podrían disputar y hasta desplazar del segundo lugar a Manuel Baldizón de LIDER o a Eduardo Suger de CREO no lo lograron, y que los votos nulos y los votos en blanco sumaran un porcentaje tan alto y significativo. La abstención no es menos importante. Para la segunda vuelta, los votos a nivel local de la UNE-GANA y, a nivel nacional, los de la UCN y los de VIVA-EG, cuentan.
Hay otras cuestiones más a considerar. Entre ellas, las anomalías denunciadas y los incidentes locales a causa del descontento de la población ante el proceso, la composición del próximo Congreso de la República, los resultados a nivel local, los partidos que legalmente desaparecen y los que logran mantenerse pese a su tan pobre votación.
Los votos a favor del PP no sitúan a Pérez Molina en una situación confortable para la segunda vuelta. Haber quedado en primer lugar no le asegura “la elección”. Tampoco lo es para Baldizón y su partido y, en ambos casos, sus resultados dependen de la decisión de los demás agrupamientos de cara al 6 de noviembre y de los “arreglos” a que puedan llegar.
Entre ellos, habrá los que decidan sumarse a Pérez Molina, en unos casos en forma expresa y, en otros, bajo la mesa. Es lo que podría ser más probable que hagan CREO y VIVA-EG. Lo que el PP lograra con CASA y ADN es meramente simbólico. En el caso de Baldizón, los “arreglos” a concertar van más allá. Es mucho lo que puede lograr, igualmente, en forma expresa o bajo la mesa, con la coalición UNE-GANA y la UCN. Con el FRG y los Unionistas sería, también, de lo más simbólico, al igual que con el PAN, que podría terminar “entendiéndose” con el PP.
En todo caso, el quid de la cuestión en lo de “las alianzas” del PP y “la cruzada” de Baldizón, no está en la coincidencia de objetivos sino en lo que cada uno logre “alcanzar” en el reparto del “poder”. El Frente Amplio (FA) tiene dos opciones: una, dejar en libertad a sus votantes o convocarlos a votar nulo. Su tan precaria votación y la situación en que queda, hay que tratarlo por aparte.
Durante las votaciones del domingo ocurrió algo que muy pocos se arriesgaron a prever y contra lo que se concertó una gran ofensiva. Me refiero a la decisión de votar nulo, votar en blanco u optar por la abstención. Cuando se trata de interpretar el estado de ánimo y disposición de la población y su decisión a asumir ante uno u otro acontecimiento o ante una u otra situación, así como se puede incurrir en un error de apreciación y subjetivismo, también se puede acertar. Lo que acaba de ocurrir con el voto nulo, el voto en blanco y la abstención, por las razones que sean, está muy por encima de lo que los más optimistas pudieran haber presupuestado.
La decisión de la ciudadanía de votar en blanco, anular su voto o abstenerse no es resultado del trabajo organizado o de un acuerdo previamente adoptado. De haber sido así, otro sería el significado e importancia que habría que darle. En todo caso, lo principal y más importante es que, en general, es parte de la manifestación de un estado de ánimo y disposición de un significativo e importante y muy alto porcentaje de votantes y de la población.
Detrás de una idea, una propuesta, un llamamiento, una plataforma, un programa, una decisión, una consigna, debe haber una fuerza organizada que consciente y decididamente la secunde y movilice, una y luche. Si es así, las condiciones subjetivas irán madurando más aceleradamente y, sumadas a las objetivas que ya están dadas, harán posible, en un momento muy concreto, que la lucha social y popular, democrática y progresista, se amplíe y fortalezca y sea expresión de la disposición y conciencia de la necesidad de cambiar lo que hay que cambiar y avanzar hacia el desarrollo y el progreso, la justicia social, la independencia y autodeterminación.
Para que así sea, es imprescindible que la idea, la propuesta, el llamamiento, la plataforma, el programa, la decisión o la consigna --y todo en su conjunto-- interprete y exprese el estado de ánimo y disposición de la población, recoja, sintetice y desarrolle las demandas del pueblo y organice la lucha a favor de las transformaciones radicales, de fondo, posibles y alcanzables.
En lo teórico y práctico, puede decirse que son estos, entre otros, los elementos más importantes que habrán de servir de base para definir en qué dirección refundar la izquierda social y popular, democrática y progresista, articular la alternativa real de poder y acercarse y ganar, unir, movilizar y organizar a las fuerzas dispuestas a luchar por los cambios estructurales, de fondo, que el país necesita.
miércoles, 7 de septiembre de 2011
A media semana
11/S/11: Un clavo más en
el féretro del sistema
Estados Unidos está al borde de una etapa más grave de la recesión que se desencadenó en 2008 y cuyos coletazos no han sido superados. Ahora se extiende a Europa. Ello quiere decir que se está ante una probable recesión global de consecuencias desastrosas para países con economías dependientes como el nuestro. Luchas sociales y populares convulsionan y se expanden a lo largo y ancho del mundo.
La indignación ante las desigualdades económicas y sociales sacude a España, Grecia e Israel. Lo mismo ocurre en Chile y Honduras, el norte de África y en los países árabes. Conmocionó al Reino Unido y sigue latente. El lunes, una huelga general paralizó Italia. Son procesos en desarrollo y que, aunque no han desembocado todavía a favor de los pueblos y resuelto sus demandas, caracterizan el momento en lo internacional.
En Guatemala, la crisis económica y social es de vieja data. No hay gobernante que la haya podido paliar y, menos, resolver. Tampoco se logrará con los resultados de las votaciones del domingo.
La semana pasada manifesté que lo que procedería el 11 de septiembre es votar nulo. Ahora estoy más convencido que nunca. Esto es consecuencia de lo que ya he expuesto en varias de mis columnas anteriores y, además, por el sesgo banal y ofensivo con el que los “presidenciables” están cerrando sus “campañas”. A mí me parece un irrespeto más a la ciudadanía. Además, retrata de cuerpo entero a los políticos y sus partidos, a quienes los asesoran, aconsejan y financian, y es muy propio de los grupos paralelos y los poderes fácticos. El electoralismo pervierte, corrompe. Los proselitistas “reality show”, son una burla, una afrenta a nuestro pueblo y al país.
Pero por si eso no fuera suficiente, no hay que perder de vista que los tres “probables” presidenciables –Pérez Molina, Baldizón y Suger, sin dejar de lado a Caballeros– son los que más convienen a las distintas facciones patronales del poder real.
La élite económica patronal, los poderes fácticos, los grupos paralelos y los financistas, no sólo apuestan a quien las encuestas, los foros y los medios dan como seguro vencedor”. Apuestan a los que igualmente ven como probables “ganadores” y que pueden comprometerlos a estar a su servicio y salvaguardar sus intereses de clase. Quienes así proceden, nunca pierden, siempre ganan. Así de simple y sencillo.
Pérez Molina, a quien ya se le da por “ganador”, puede que no lo logre en la primera vuelta. En la segunda (que es muy probable que se dé), los resultados le podrían ser adversos. Baldizón y Suger, los otros dos “punteros”, tampoco tienen asegurado pasar a una segunda vuelta. Caballeros o Estrada, podrían lograrlo. Los restantes, no tienen posibilidades ni cuentan y, al igual que a los que se dice que “encabezan” la intención del voto, se les considera incompetentes y sin calidades e idoneidad para gobernar.
En cuanto a los “diputados”, suena a insulto que 117 de los 158 actuales “congresistas” pretendan “reelegirse”, tratándose de una legislatura que se le ve como de las peores, si no es que la peor de estos 25 años. Lo mismo sucede con las autoridades edilicias a las que se señala de haber hecho de sus corporaciones un reducto de las mafias locales, el tráfico de influencias, el crimen organizado, la impunidad, la corrupción y el enriquecimiento personal.
En consecuencia, todo indica, para decirlo coloquialmente, que las votaciones del domingo son un clavo más que los políticos y sus partidos están poniendo en el féretro del sistema.
De 1996 en adelante –hay que reconocerlo crítica y autocríticamente–, no se ha podido configurar una alternativa real de poder desde la izquierda. El Frente Amplio (FA), no lo es. Los resultados que obtenga el domingo puede que sea algo más que la insignificante suma de votos que cada fuerza “alcanzó” hace cuatro años (si no es que tienda a disminuir). Verlo como opción, equivale a avalar el proceder de unos cuantos de sus dirigentes que en nada se diferencian de los políticos del sistema a la hora de imponer candidaturas y repartirse las cuotas de “poder”. Además, significa aupar e identificarse con un agrupamiento políticamente desideologizado y, “electoralmente”, aislado y marginal.
En ese contexto, mi decisión es anular el voto para presidente y vicepresidente, diputados por lista nacional, el distrito central y al PARLACEN, así como para alcalde, síndicos y concejales de la capital.
Si así se asume, el voto nulo, sumado al también consciente voto en blanco y la igualmente abstención consciente, es la manifestación más clara y categórica de la ciudadanía contra el corrupto y agotado sistema político y gubernamental, de partidos y votaciones, y el rechazo contundente e inobjetable a las candidaturas “propuestas”.
el féretro del sistema
Estados Unidos está al borde de una etapa más grave de la recesión que se desencadenó en 2008 y cuyos coletazos no han sido superados. Ahora se extiende a Europa. Ello quiere decir que se está ante una probable recesión global de consecuencias desastrosas para países con economías dependientes como el nuestro. Luchas sociales y populares convulsionan y se expanden a lo largo y ancho del mundo.
La indignación ante las desigualdades económicas y sociales sacude a España, Grecia e Israel. Lo mismo ocurre en Chile y Honduras, el norte de África y en los países árabes. Conmocionó al Reino Unido y sigue latente. El lunes, una huelga general paralizó Italia. Son procesos en desarrollo y que, aunque no han desembocado todavía a favor de los pueblos y resuelto sus demandas, caracterizan el momento en lo internacional.
En Guatemala, la crisis económica y social es de vieja data. No hay gobernante que la haya podido paliar y, menos, resolver. Tampoco se logrará con los resultados de las votaciones del domingo.
La semana pasada manifesté que lo que procedería el 11 de septiembre es votar nulo. Ahora estoy más convencido que nunca. Esto es consecuencia de lo que ya he expuesto en varias de mis columnas anteriores y, además, por el sesgo banal y ofensivo con el que los “presidenciables” están cerrando sus “campañas”. A mí me parece un irrespeto más a la ciudadanía. Además, retrata de cuerpo entero a los políticos y sus partidos, a quienes los asesoran, aconsejan y financian, y es muy propio de los grupos paralelos y los poderes fácticos. El electoralismo pervierte, corrompe. Los proselitistas “reality show”, son una burla, una afrenta a nuestro pueblo y al país.
Pero por si eso no fuera suficiente, no hay que perder de vista que los tres “probables” presidenciables –Pérez Molina, Baldizón y Suger, sin dejar de lado a Caballeros– son los que más convienen a las distintas facciones patronales del poder real.
La élite económica patronal, los poderes fácticos, los grupos paralelos y los financistas, no sólo apuestan a quien las encuestas, los foros y los medios dan como seguro vencedor”. Apuestan a los que igualmente ven como probables “ganadores” y que pueden comprometerlos a estar a su servicio y salvaguardar sus intereses de clase. Quienes así proceden, nunca pierden, siempre ganan. Así de simple y sencillo.
Pérez Molina, a quien ya se le da por “ganador”, puede que no lo logre en la primera vuelta. En la segunda (que es muy probable que se dé), los resultados le podrían ser adversos. Baldizón y Suger, los otros dos “punteros”, tampoco tienen asegurado pasar a una segunda vuelta. Caballeros o Estrada, podrían lograrlo. Los restantes, no tienen posibilidades ni cuentan y, al igual que a los que se dice que “encabezan” la intención del voto, se les considera incompetentes y sin calidades e idoneidad para gobernar.
En cuanto a los “diputados”, suena a insulto que 117 de los 158 actuales “congresistas” pretendan “reelegirse”, tratándose de una legislatura que se le ve como de las peores, si no es que la peor de estos 25 años. Lo mismo sucede con las autoridades edilicias a las que se señala de haber hecho de sus corporaciones un reducto de las mafias locales, el tráfico de influencias, el crimen organizado, la impunidad, la corrupción y el enriquecimiento personal.
En consecuencia, todo indica, para decirlo coloquialmente, que las votaciones del domingo son un clavo más que los políticos y sus partidos están poniendo en el féretro del sistema.
De 1996 en adelante –hay que reconocerlo crítica y autocríticamente–, no se ha podido configurar una alternativa real de poder desde la izquierda. El Frente Amplio (FA), no lo es. Los resultados que obtenga el domingo puede que sea algo más que la insignificante suma de votos que cada fuerza “alcanzó” hace cuatro años (si no es que tienda a disminuir). Verlo como opción, equivale a avalar el proceder de unos cuantos de sus dirigentes que en nada se diferencian de los políticos del sistema a la hora de imponer candidaturas y repartirse las cuotas de “poder”. Además, significa aupar e identificarse con un agrupamiento políticamente desideologizado y, “electoralmente”, aislado y marginal.
En ese contexto, mi decisión es anular el voto para presidente y vicepresidente, diputados por lista nacional, el distrito central y al PARLACEN, así como para alcalde, síndicos y concejales de la capital.
Si así se asume, el voto nulo, sumado al también consciente voto en blanco y la igualmente abstención consciente, es la manifestación más clara y categórica de la ciudadanía contra el corrupto y agotado sistema político y gubernamental, de partidos y votaciones, y el rechazo contundente e inobjetable a las candidaturas “propuestas”.
domingo, 4 de septiembre de 2011
A media semana
De las encuestas, foros y medios
Como quien dice nada, se está a 11 días de que no se elegirá sino se escogerá. Se trata de las séptimas votaciones generales a partir de la llamada apertura democrática y política y, al igual que las anteriores, en nada cambiarán la tensa situación y difíciles condiciones en que se encuentra Guatemala desde entonces y, aun, desde antes. Las cosas tenderán a agravarse más --y lo que es peor--, en todos los órdenes: en lo económico, político, social, institucional y gubernamental.
El próximo 11 de septiembre, habrá ciudadanos que se abstengan y los que anularán su voto o dejarán la papeleta en blanco. Tres mil 500, son los cargos “en disputa” y 31 mil 795 los“candidatos”. De los “candidatos” inscritos, 434 son para “diputados” por lista nacional y mil 673 para “diputados” distritales, 560 “titulares y suplentes” al Parlamento Centroamericano, y 29 mil 108 para alcaldes, síndicos y concejales”. Veinte, son los “candidatos” a presidente y vicepresidente del país.
Los 26 años de gobiernos civiles (1986 – 2011) son la continuación y prolongación de los regímenes militares que usurparon el poder durante 32 años (1954 – 1986) y ello confirma que durante esta etapa (1954 – 2011) la política dejó de ser la guía y acción para el buen gobierno y la gestión pública.
Los políticos y sus partidos --conservadores, reaccionarios, anticomunistas, de ultraderecha, derecha y centro derecha--, por los intereses a que obedecen y sirven, representan y defienden, tutelan y salvaguardan, han pervertido la política y al sistema político y de gobierno, de partidos y votaciones, la gestión pública y gubernamental, y los poderes del Estado y las instituciones.
El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la perversión como la “acción o efecto de pervertir o pervertirse”. Dice, además, que pervierte y se pervierte el que perturba“el orden o estado de las cosas”. De lo anterior se infiere que, para nuestro caso, las élites patronales son las que han pervertido a los políticos y a sus partidos así como que los políticos y sus partidos son los que, a su vez, se han pervertido.
Desde que se vienen realizando encuestas para “medir” la intención del voto en un momento dado, y los foros entre “presidenciales”, las votaciones se han corrompido mucho más. Con las encuestas se induce al encuestado y se acomodan los datos y resultados al interés de quienes las encargan. Con los foros, quienes los patrocinan, convocan y realizan, favorecen al candidato que les conviene e interesa que resulte“electo”.
La mayoría de medios de comunicación (impresos, radiales o de televisión) no son ajenos a ello, aunque después tengan que “arrepentirse”.
Las encuestas encargadas por dos de los impresos de la mañana (Prensa Libre y elPeriódico), es por demás evidente que fueron levantadas a fin de favorecer a un“presidenciable” en particular y lo mismo sucede con los foros a los que se les dio más cobertura y lograron acaparar mayor audiencia (me refiero al del lunes 22 de la AGG y al del jueves 25 de CNN y Canal 3). Lo que buena parte de la audiencia duda, es si lo pudieron lograr.
Durante su desarrollo fue fácil advertir el sesgo con que se diseñó el formato y el orden y propósito de las preguntas a fin de, en ambos casos e igualmente, favorecer al mismo candidato.
En suma, cada vez me convenzo más que el 11 de septiembre lo que procede es anular el voto.
Es el derecho que como ciudadano me asiste de rechazar el sistema político y gubernamental, de votaciones y partidos, y la perversidad de los políticos y sus partidos y coaliciones electoreras, sus anónimos financistas y los peligrosos grupos paralelos que están detrás de ellos. Es no estar de acuerdo con los “presidenciables”, “candidatos” a diputados y autoridades municipales de ultraderecha, derecha y centro derecha. La abstención y el voto en blanco son, también, una manera de oponerse y de objeción ciudadana.
En política lo que cuenta es la experiencia y los conocimientos, lo que se sabe, aprende, conoce, estudia y analiza; la práctica y el trabajo diario y profesional en lo organizativo, ideológico y político; la dignidad y el decoro; la solvencia y la integridad; el lado del que se está y del deber.
En el político, es su talento e inteligencia, capacidad y competencia, consecuencia y lealtad, idoneidad y solvencia, confianza y entereza, liderazgo y honradez, la lucha que ha librado, libra y habrá de seguir librando a fin de emancipar al país, refundarlo y salvarlo del desastre y el caos.
Además, en política, las intenciones --por buenas que sean-- no cuentan; se quedan en eso: buenas intenciones. Lo decisivo, son los resultados y los resultados se logran si se es capaz de visualizar su viabilidad, advertir sus reales posibilidades y luchar por concretarlos.
Como quien dice nada, se está a 11 días de que no se elegirá sino se escogerá. Se trata de las séptimas votaciones generales a partir de la llamada apertura democrática y política y, al igual que las anteriores, en nada cambiarán la tensa situación y difíciles condiciones en que se encuentra Guatemala desde entonces y, aun, desde antes. Las cosas tenderán a agravarse más --y lo que es peor--, en todos los órdenes: en lo económico, político, social, institucional y gubernamental.
El próximo 11 de septiembre, habrá ciudadanos que se abstengan y los que anularán su voto o dejarán la papeleta en blanco. Tres mil 500, son los cargos “en disputa” y 31 mil 795 los“candidatos”. De los “candidatos” inscritos, 434 son para “diputados” por lista nacional y mil 673 para “diputados” distritales, 560 “titulares y suplentes” al Parlamento Centroamericano, y 29 mil 108 para alcaldes, síndicos y concejales”. Veinte, son los “candidatos” a presidente y vicepresidente del país.
Los 26 años de gobiernos civiles (1986 – 2011) son la continuación y prolongación de los regímenes militares que usurparon el poder durante 32 años (1954 – 1986) y ello confirma que durante esta etapa (1954 – 2011) la política dejó de ser la guía y acción para el buen gobierno y la gestión pública.
Los políticos y sus partidos --conservadores, reaccionarios, anticomunistas, de ultraderecha, derecha y centro derecha--, por los intereses a que obedecen y sirven, representan y defienden, tutelan y salvaguardan, han pervertido la política y al sistema político y de gobierno, de partidos y votaciones, la gestión pública y gubernamental, y los poderes del Estado y las instituciones.
El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la perversión como la “acción o efecto de pervertir o pervertirse”. Dice, además, que pervierte y se pervierte el que perturba“el orden o estado de las cosas”. De lo anterior se infiere que, para nuestro caso, las élites patronales son las que han pervertido a los políticos y a sus partidos así como que los políticos y sus partidos son los que, a su vez, se han pervertido.
Desde que se vienen realizando encuestas para “medir” la intención del voto en un momento dado, y los foros entre “presidenciales”, las votaciones se han corrompido mucho más. Con las encuestas se induce al encuestado y se acomodan los datos y resultados al interés de quienes las encargan. Con los foros, quienes los patrocinan, convocan y realizan, favorecen al candidato que les conviene e interesa que resulte“electo”.
La mayoría de medios de comunicación (impresos, radiales o de televisión) no son ajenos a ello, aunque después tengan que “arrepentirse”.
Las encuestas encargadas por dos de los impresos de la mañana (Prensa Libre y elPeriódico), es por demás evidente que fueron levantadas a fin de favorecer a un“presidenciable” en particular y lo mismo sucede con los foros a los que se les dio más cobertura y lograron acaparar mayor audiencia (me refiero al del lunes 22 de la AGG y al del jueves 25 de CNN y Canal 3). Lo que buena parte de la audiencia duda, es si lo pudieron lograr.
Durante su desarrollo fue fácil advertir el sesgo con que se diseñó el formato y el orden y propósito de las preguntas a fin de, en ambos casos e igualmente, favorecer al mismo candidato.
En suma, cada vez me convenzo más que el 11 de septiembre lo que procede es anular el voto.
Es el derecho que como ciudadano me asiste de rechazar el sistema político y gubernamental, de votaciones y partidos, y la perversidad de los políticos y sus partidos y coaliciones electoreras, sus anónimos financistas y los peligrosos grupos paralelos que están detrás de ellos. Es no estar de acuerdo con los “presidenciables”, “candidatos” a diputados y autoridades municipales de ultraderecha, derecha y centro derecha. La abstención y el voto en blanco son, también, una manera de oponerse y de objeción ciudadana.
En política lo que cuenta es la experiencia y los conocimientos, lo que se sabe, aprende, conoce, estudia y analiza; la práctica y el trabajo diario y profesional en lo organizativo, ideológico y político; la dignidad y el decoro; la solvencia y la integridad; el lado del que se está y del deber.
En el político, es su talento e inteligencia, capacidad y competencia, consecuencia y lealtad, idoneidad y solvencia, confianza y entereza, liderazgo y honradez, la lucha que ha librado, libra y habrá de seguir librando a fin de emancipar al país, refundarlo y salvarlo del desastre y el caos.
Además, en política, las intenciones --por buenas que sean-- no cuentan; se quedan en eso: buenas intenciones. Lo decisivo, son los resultados y los resultados se logran si se es capaz de visualizar su viabilidad, advertir sus reales posibilidades y luchar por concretarlos.
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