Antes, durante y después
del 14 de abril
La Revolución Bolivariana tomó el poder político en Venezuela mediante
la vía electoral. El 6 de diciembre de 1998, el entonces candidato
presidencial, Hugo Chávez Frías, ganó las elecciones con el 56.2 por ciento del
electorado. A partir de entonces, ha habido cuatro elecciones presidenciales
más y tres referéndum, uno de los cuales, el del 2 de diciembre de 2007, le fue
adverso al gobierno.
El proceso revolucionario bolivariano es la
continuación de la lucha de los pueblos y países de América Latina y el Caribe
por su real y verdadera independencia, el respeto a la soberanía y contra
cualquier forma de injerencia o intromisión extranjera en los asuntos internos
de nuestros países. Forma parte, integra y amplía el torrente emancipador y
libertario inspirado en las ideas y lucha de Martí y de Bolívar.
En una situación así, otros movimientos igualmente
emancipadores y libertarios y de acuerdo a las condiciones de sus respectivos
países, hace posible y permite que Evo Morales gane las elecciones
presidenciales del 19 de diciembre de 2005 en Bolivia y asuma el gobierno de su
país. Posteriormente, el 15 de enero de 2007, Rafael Correa asume la
presidencia de Ecuador luego de su victoria electoral, en segunda vuelta.
La situación en nuestro Continente cambia
sustancialmente; se mejora la correlación de fuerzas a favor de la lucha por el
progreso y el desarrollo, la independencia, la democracia y la libertad. Es lo
que hace posible, además, el avance y logros del pueblo brasileño, del pueblo
argentino y del pueblo uruguayo que, mediante procesos electorales, ha
permitido el ascenso al poder de gobiernos popularmente electos.
En ese marco, situación y condiciones, infortunada y
dolorosamente, falleció, el 5 de marzo, el Presidente Hugo Chávez Frías. Su
previsión, sagacidad y sabiduría le permitió asegurar la continuidad de la
Revolución Bolivariana designando como su sucesor al ahora electo Presidente
Nicolás Maduro.
El margen de votos que el 14 de abril lo separa de su
reaccionario contendiente, por estrecho que se dice que es, hay que
dimensionarlo en el cuadro de la situación que se crea a raíz de la
desaparición física del indiscutido e irrepetible dirigente de la Revolución
Bolivariana y de la furibunda, mentirosa e insultante campaña de la oposición
contra el candidato bolivariano y el proceso revolucionario venezolano.
Para los ultra reaccionarios y ultra conservadores
estadounidenses, para la Casa Blanca y los cada vez menos aliados que le quedan
en América Latina y en otras partes del mundo, la ocasión les era propicia para
jugarse el todo por el todo y a que, resueltamente, apoyaran, con todos sus
medios y recursos, a su sumiso y servil peón en la tierra del Libertador Simón
Bolívar.
Si se le da una lectura cuidadosa y continuada a lo
que la contrarrevolución venezolana urdió y montó antes y durante el 14 de
abril y continúa urdiendo y montando a partir del domingo --con el apoyo de sus
“socios y amigos” que desde el exterior la utilizan--, es fácil advertir que se
trata de la gran conspiración contra el proceso revolucionario bolivariano, su
ascenso y avance. Se trata y se está ante un intento desesperado por
desestabilizar el país, deslegitimar al Presidente electo, poner a Venezuela al
borde de un golpe de Estado, volver al pasado de gobiernos reaccionarios,
corruptos, entreguistas y, a partir de allí, liquidar las conquistas alcanzadas
por el pueblo venezolano en 14 años de Revolución bolivariana, profundamente
democrática y progresista, participativa y protagónica, popular y socialista.
El internacionalismo solidario pasa hoy por el
respaldo al gobierno legítimo del Presidente Nicolás Maduro y desbaratar toda
maniobra e intento de deslegitimar la institucionalidad democrática y popular
refrendada en las urnas el 14 de abril. Pasa, además, por la defensa de la
Revolución Bolivariana y el apoyo fraterno al pueblo venezolano.
El proceso
revolucionario en Venezuela continúa, avanza y se profundizará aún más en la
Patria de Simón Bolívar. Es la tendencia histórica e irreversible de las luchas
de los pueblos y países en el mundo entero en lo que va del siglo XXI.
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