En las postrimerías de abril
El profesor cubano Horacio Díaz Pendás es de la opinión que “La historia… ha de enseñar a tomar posición ante los problemas de la época”, está convencido y cree “en el papel de la memoria histórica en la forja de los pueblos” así como que teme “las nefastas consecuencias que pudiera traer la desmemoria…” A ello agrega que “en la vida de un revolucionario las ideas en las que cree nunca son negociables”. (Joel Mayor Lorán: La historia contada con el alma. En CubAhora, La Habana, 13 de abril de 2010). Al fundado temor del Profesor Díaz Pendás respecto a la desmemoria y sus nefastas consecuencias, cabe agregar las también nefastas consecuencias de la tergiversación de la historia y su descontextualización.
A los dos acontecimientos de abril de 1961 que por su importancia histórica me referí la semana pasada: la proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana y la primera gran derrota militar yanqui en Playa Girón, agrego dos más que, por su estudio, análisis y sistematización, pueden contribuir al esclarecimiento y solución de los complejos y multifacéticos problemas de la lucha revolucionaria en el momento actual: lo escrito por Lenin a partir de su Primer proyecto de las Tesis de abril, 3 (16) de abril de 1917 y que desarrolla, completa y enriquece en Las tareas del proletariado en nuestra revolución, 10 (23) de abril de 1917.
Por aparte, habrá que referirse a la experiencia y significado e importancia histórica del 35 aniversario de la Reunificación de Vietnam, la heroica lucha por la liberación del Sur y la derrota de los agresores y ocupantes yanquis en Saigón.
En un momento tan complicado y difícil como el actual, son muchos y no resueltos los problemas por los que atraviesa la izquierda guatemalteca. Nuestra propia experiencia y la experiencia de otros pueblos y países así como la obligada consulta y estudio de lo más importante escrito sobre las cuestiones fundamentales de la lucha revolucionaria y su aplicación creadora y de acuerdo a las condiciones concretas y específicas de nuestro país y su entorno internacional, habrá de ayudarnos a discutirlos, replantearlos, esclarecerlos e irlos resolviendo.
“La peculiaridad del momento actual en Rusia --decía Lenin en abril de 1917-- es el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia de clase y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de los sectores más pobres de los campesinos.
“El hecho --subraya-- es que el proletariado no tiene suficiente conciencia de clase ni está lo bastante organizado. Hay que admitirlo: la fuerza material está en manos del proletariado, pero la burguesía se ha mostrado más consciente y mejor preparada…, es necesario reconocerlo con franqueza y abiertamente, y decir al pueblo que no hemos tomado el poder porque estamos desorganizados y poseemos una conciencia insuficiente… (Informe en una reunión de Delegados Bolcheviques a la Conferencia de los Soviets de Diputados y Obreros de toda Rusia, 4 (17) de abril de 1917. (Obras Completas, Tomo 24, segunda edición corregida y aumentada, Ediciones Salvador Allende, México, páginas 429 y 431).
Respecto a la cuestión del poder, Lenin es de la opinión que es “El problema de toda revolución” y que “Si no se comprende este problema, no puede haber participación consciente en la revolución y ni qué hablar (de) conducción de la revolución. En cuanto a la alineación clasista de fuerzas y la tarea inmediata para aquél momento, Lenin plantea que “La burguesía es partidaria del poder exclusivo de la burguesía. Los obreros con conciencia de clase son partidarios del poder exclusivo de los soviets…, del poder… que se alcanzará… esclareciendo la conciencia del proletariado, emancipándolo de la influencia de la burguesía. La pequeña burguesía… vacila, y… entorpece esta labor… Tal es la verdadera alineación clasista de fuerzas que determina nuestras tareas. (El Doble Poder, (9) 22 de abril de 1917, en Obra citada, página 453 y 456).
“Nuestra tarea inmediata --apunta-- no es la ‘introducción’ del socialismo, sino sólo poner enseguida la producción social y la distribución de productos bajo el control de los soviets de diputados obreros”. (Las tareas del proletariado…, ya referido arriba, en Obra citada, página 438). Y, algo de lo más importante, es su afirmación de que “Mientras estemos en minoría, realizaremos un trabajo de crítica a fin de sacar del engaño a las masas. No queremos que las masas nos crean bajo palabra… Queremos que las masas superen sus errores por la experiencia”. (En el Informe arriba citado, página 431).
A su vez, la liberación de Vietnam del Sur y la derrota del imperialismo yanqui hace 35 años, es de las más grandes y heroicas hazañas de todo un pueblo contra la agresión y ocupación yanqui y una experiencia de lo más valiosa a tener en cuenta en un momento como el actual, tan peligroso para la paz, seguridad, independencia y soberanía de los pueblos y países de Nuestra América.
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