miércoles, 12 de agosto de 2009

A media semana

Algo más sobre las bases militares en Colombia


En mi columna anterior ofrecí resumir la información de que dispongo sobre las bases militares que el Pentágono trata de ocupar en Colombia. Igualmente, no quiero dejar de abordar algunos aspectos acerca del curso que están tomando los acontecimientos en Honduras después de 45 días de lucha resuelta del pueblo contra el golpe militar, y sobre el momento actual en nuestro país. De ambos asuntos me ocuparé en próxima oportunidad.

El miércoles recién pasado, y por razones de espacio, no referí que de las páginas deportivas de los medios impresos del país que sí leo son las que informan sobre los resultados de la temporada de béisbol de las Grandes Ligas, y en especial la columna que Prensa Libre le dedica a los juegos de hoy, los resultados de ayer y el lugar en que está cada equipo tanto de la Liga Americana como de la Nacional. A la novena que le doy seguimiento es a la de los Yanquis de Nueva York. Me gusta estar al día de a cuántos juegos se encuentra del primer lugar, sin son ellos los que encabezan la tabla de posiciones, y a cuantos juegos están del que le sigue.

En estos días, los Yanquis parecen estar en uno de sus mejores momentos (en béisbol, por supuesto). En su más reciente enfrentamiento con Boston lo apabullaron durante los cuatro juegos que sostuvieron del jueves al domingo de la semana que acaba de concluir. Este lunes, los Mulos de Manhattan amanecieron a seis juegos y medio de ventaja de los Medias Rojas.

Asumo que lo anterior despierte alguna suspicacia, además que desconcierte, pues resulta que a quien piensa y actúa como yo, y que tiene una posición política que no admite un solo desliz o desviación en relación a algo que tenga que ver con el imperialismo más agresivo y poderoso de la tierra, no se le puede tolerar que se ocupe de asuntos que chocan frontalmente con su modo de ser, de pensar y proceder. Es, en todo caso, una entretención que todavía ocupa una mínima parte de mi tiempo.

Dicho lo anterior, paso a ampliar un tanto más lo referente a las bases militares estadounidenses en Colombia.

Según datos del Pentágono, Estados Unidos dispone de 865 instalaciones militares en más de 40 países y un despliegue superior a los 190 mil soldados en más de 46 países y territorios. De llegar a disponer de las siete bases que está tratando de utilizar en Colombia, aquel total se elevaría a 872, “lo cual no tiene equivalente con ninguna potencia pasada o presente”. En opinión de destacados expertos, semejante despliegue “es innecesario para la genuina defensa de EU”. Además representa un “dispendioso mantenimiento global de 250,000 millones de dólares al año”.

Según los expertos, el único propósito que el Pentágono persigue “es brindar a EU hegemonía, es decir, control o dominio sobre el mayor número posible de países en el planeta”. (Alfredo Jalife-Rahme: Las 865 bases militares de EU en 40 países. LaJornada, México, 2 de agosto de 2009).

Si se ve detenidamente el mapa de Colombia, la ubicación de las siete bases que pasarían a manos y control de los mandos y tropas estadounidenses apuntan en dirección de Ecuador, Venezuela y el Caribe. Colombia tiene costas en el Atlántico y en el Pacífico. Limita al noroeste con Panamá, al suroeste con Ecuador, al sur con Perú, al sureste con Brasil y al este con Venezuela.

Colombia dispone actualmente de la base aérea de Tres Esquinas y las bases de Larandía, Puerto Laguizamó y Leticia, todas colindando con Ecuador. Las bases militares estadounidenses estarían ubicadas en el norte, el occidente, el centro, el oriente y el sur colombiano. Los mandos extranjeros dispondrían de tres bases aéreas y dos navales, con las que asegurarían su desplazamiento y movilidad hacia el Atlántico, el Pacífico y el Caribe, además de dos bases más.

En un bien documentado trabajo publicado recientemente, se dice que “Colombia se ha convertido en el puesto de avanzada de Washington para hacer frente y amenazar tanto la frontera del sudeste de Ecuador como la del noroeste de Venezuela (…), forma parte de una estrategia cuya naturaleza y alcance supera lo regional e incluso continental (…) y al hacer frontera con Panamá (…), es una potencial plataforma de lanzamiento de ataque a naciones de América Central como Honduras, Nicaragua y El Salvador”. Además, con Ricardo Martinelli como presidente de Panamá, “el lazo en torno a Venezuela se está estrechando”. (Rick Rusof: Estados Unidos intensifica los planes de guerra en América Latina. Rebelión, 31 de julio de 2009).

Por ahora, hasta aquí.

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