miércoles, 5 de agosto de 2009

A media semana

Bases en el Sur, y en el Istmo inestabilidad

Las páginas deportivas de los medios impresos ya no me interesan como antes. Si acaso las veo, es para enterarme de algún resultado cuando sé que jugó el Municipal. Mi percepción es que el deporte en Guatemala anda por los suelos, y que lo que se escribe en la prensa o se transmite por la radio o por la televisión es como quisieran que lo tomaran quienes leen, escuchan o ven lo que se publica o transmite. Pero no es esto a lo que me voy a referir ahora. Ahora me voy a referir al clima de tensión y tirantez en América del Sur y en el Istmo centroamericano, y que tiende a agudizarse cada vez más.

En esto de cómo se caracterizan, explican o interpretan los acontecimientos sería ingenuo suponer que pudiera haber alguna coincidencia entre quienes desde distintas posiciones ideológicas y políticas nos ocupamos de estos asuntos. Los analistas o columnistas que se dicen independientes son una ficción, una manera de no reconocer ni asumir los intereses que expresan o representan. En mi opinión, las posiciones que cada quien asume corresponden a la ideología que se sustenta, a la clase social a la que se pertenece, a la que se representa, al lado de la que se está o con la que se está. Los desclasados son los más proclives a ser complacientes y buscar coincidencias donde no las hay.

Quienes a fuerza de repetirlo han acabado por creer que las clases sociales ya no existen, y que como por arte de magia dejaron de ser, están muy equivocados; como equivocados están quienes piensan que se puede inventar la realidad y que ese imaginario individual o colectivo corresponda a como en realidad se dan u ocurren los hechos. Es la manera más cómoda de ignorar la realidad.

Lo que por mi parte procuro es opinar a la luz de lo que pienso, de lo que creo, de lo que he vivido y sigo viviendo, por lo que lucho. Talvez sea mejor decir que trato de aproximarme lo más que me sea posible a la verdad a partir de estudiar, analizar, interpretar y explicar los hechos en su contexto, sus causas, sus antecedentes, sus manifestaciones, sus efectos y consecuencias. Esto, por un lado. Por el otro, cuando lo que se analiza o estudia se subjetiviza y lo que predomina es la explicación e interpretación de la realidad como se desearía que fuera, el margen de equivocación se ensancha y pone en evidencia a quien así procede.

La situación en América Latina y el Caribe es de lo más complicada y se torna cada vez más tensa y difícil como consecuencia de la contraofensiva de los grupos de poder locales y el Pentágono ante los avances de los cambios revolucionarios que están teniendo lugar en al menos tres países de América del Sur, y lo que está ocurriendo en Centro América. El derecho a la autodeterminación de los pueblos está sometido a una muy dura y difícil prueba y lo que por la fuerza se trata de “salvaguardar” es la seguridad interior de Estados Unidos.

Bastaría con traer a cuenta el acuerdo militar que en secreto está concertándose entre el gobierno del presidente Uribe y el Departamento de Estado de Estados Unidos a fin de que cinco bases en territorio colombiano sean ocupadas por sus tropas en abierta violación a la soberanía de aquél país hermano. Además, son muchas las evidencias que han ido conociéndose y que apuntan en dirección de que detrás del golpe militar que depuso al presidente Zelaya están tanto los halcones republicanos como sus homólogos demócratas.

En cuanto a las bases militares estadounidenses en Colombia es igualmente copiosa la información con que se cuenta y sobre lo que aquí casi nada se informe y menos lo que se opina y comenta. Espero resumirla en próximas elaboraciones. Lo que se puede anticipar es que con las bases que ya están instaladas en Colombia y con las que el Pentágono espera contar dispondrá de fuerzas, equipos sofisticados de control y registro de movimientos así como con los medios terrestres, aéreos y marítimos para desplazarse hacia el Atlántico, el Pacífico y el Caribe, así como también hacia Ecuador y Venezuela.

Un dispositivo bélico de ocupación de tal magnitud constituye un serio peligro y una amenaza real para la paz y la soberanía e independencia de los pueblos de América Latina y el Caribe y torna de lo más tensa y tirante la situación en el Continente, como tensa e inestable está la situación en el istmo centroamericano después del golpe militar del 28 de junio pasado en Honduras y a causa de la ingobernabilidad que con cada día que pasa se acentúa más en nuestro país.



RRRcgs

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