lunes, 4 de mayo de 2009

2008: Año de la recesión

Algunos lugares
memorables



Es memorable lo que se tiene presente y recuerda. De ahí que resulte impensable que en la memoria de alguien no haya lugares, fechas y hechos imperecederos, amigos y compañeros entrañables. Si de lugares se trata, lo que para unos puede que signifique mucho, para otros, no.

Recorrer el Centro Histórico es una hazaña, un reto, una osadía. Lo hice con Ana María la víspera de este domingo 28 de septiembre. Fue como adentrarse a calles y avenidas de una ciudad acechada. Aunque no es lo que predomina, en algunas de esas calles y avenidas lo que destaca son casas deterioradas, edificios de lo más feos, puertas que ya no se abren ni se cierran, ventanas que desaparecieron, balcones corroídos por el tiempo, techos que ya no están, zaguanes vacíos y habitaciones desoladas.

Pareciera que este paradigmático reducto de una ciudad tan bella -no carente de contrastes y desigualdades-, hubiera sido asaltado y el abatimiento y la desesperanza lo tuvieran atrapado. Peor aún, está el mapa político e institucional. Más no todo está así. La restauración emprendida está recobrándole la fisonomía y dimensión de lo que años atrás fuera el centro de la ciudad capital.

Lo mismo pasa en caseríos, aldeas, comunidades, poblados, municipios y cabeceras departamentales, donde 64 años de lucha revolucionaria no concluida, son escenario de desiguales batallas en las que, de un lado, están los que se aferran al pasado y, en el otro, quienes luchan por un mundo distinto y mejor.

Entre 1951 y 1954 hubo lugares que para los militantes, cuadros y dirigentes del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), amigos y simpatizantes, la clase obrera, el campesinado y lo mejor de los sectores populares, democráticos y progresistas, fueron referentes de trabajo, organización, movilización, lucha, unidad, elaboración y acción revolucionaria, de clase.

Uno de ellos fue, en aquellos postreros años de la Revolución del 44, sede de la Dirección Nacional, situada en la séptima calle del ahora Centro Histórico. Allí se reunía el Secretariado, la Comisión Política del Comité Central (CP del CC), el Comité Central (CC) y sus Comisiones; tenían lugar, además, sesiones de estudio y discusión a cargo de dirigentes del Partido con cuadros y activistas. Ahora es la casa 2-36 de la zona 1.

En el centro quedaba también la imprenta del partido. Allí se elaboraba, imprimía y distribuía Tribuna Popular, el órgano de prensa del CC. Se ubicaba a un costado del Palacio Nacional, sobre la séptima avenida. Su entrada era lo que ahora es el zaguán de la casa número 5-57.

La Librería Futuro estaba situada sobre la décima avenida, al final de la sexta calle, el entonces conocido como Callejón del Conejo. Fue la librería del partido y lugar para la venta de literatura marxista y otras publicaciones. Hoy, es la casa 5-43 de la zona 1.

La sede de los intelectuales y artistas quedaba en la novena calle. Su puerta de entraba estaba al lado de la fotocopiadora que está en la esquina de la cuarta avenida, zona 1. Allí se reunía el Saker-Ti, y la dirección y redactores de la Revista de Guatemala. Se reunía, también, el Comité Preparatorio del Festival Nacional de la Juventud y los Estudiantes que se celebró en febrero de 1954 en La Alameda, Chimaltenango, y el Comité Internacional Preparatorio del Festival de la Juventud y los Estudiantes de Centro América y el Caribe por la Soberanía, la Paz y la Amistad, que ya no se realizó a causa de la intervención norteamericana. Ocasionalmente, fue lugar de reunión de la Confederación de Estudiantes de Post Primera (CEPP), formada por los dirigentes de las asociaciones estudiantiles de segunda enseñanza del país.

En la esquina de la once avenida y novena calle de la ahora zona 1, quedaba la sede de la Confederación General de Trabajadores de Guatemala (CGTC), dirigida por el compañero Víctor Manuel Gutiérrez. No conocí en donde estuvo la Confederación Nacional Campesina (CNC) que dirigió el también compañero Leonardo Castillo Flores.

El PGT fue ilegalizado inmediatamente después de la renuncia del presidente Arbenz, en junio de 1954. Desde entonces, luchó en la clandestinidad. El CC, en su Pleno de abril de 1997, acordó la disolución de la organización.

A 59 años de su fundación, se revalida y actualiza la lucha por Guatemala, la Revolución y el Socialismo, en las condiciones -por supuesto- de principios del siglo XXI, la situación en general en América Latina y el Caribe y la de nuestro país, en particular.

Entre tanto, éste 29 de septiembre en Washington y Nueva York, Wall Street, se derrumbó y, para el imperio estadounidense, podría marcar el comienzo del fin de su hegemonía económica y financiera mundial.

A su vez y por otras razones, ese mismo lunes en los alrededores del Palacio Nacional de la Cultura, más de trescientos manifestantes llegados de cuatro departamentos del occidente guatemalteco, coreaban airadamente: “Unidos podemos desestabilizar el mundo”, “Unidos podemos tumbar al Gobierno de Colon” (elPeriódico, 30 de septiembre de 2008).

¿Otra cortina de humo más? ¿Meros deseos, desahogos, ilusión? ¿La chispa que podría incendiar la pradera? Ya habrá tiempo para comentarlo. Por ahora, queda a nivel de interrogante.



Diario La Hora, Guatemala,
1 de octubre de 2008,
RRR \ cgs

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