El peligro principal
En momentos de crisis y cambios hay que considerar, por un lado, los riesgos y peligros reales y las potenciales y permanentes amenazas y, por el otro, las expectativas e ilusiones que se generan, la viabilidad y concreción de la alternativa a la crisis y cómo avanzar en el proceso de profundización y consolidación de lo alcanzado.
En lo económico, financiero, laboral, alimentario y ambiental se está atravesando por la más grave crisis global de los últimos 70 años. Éste es el lado oscuro de la situación actual. El lado que alumbra el horizonte lo configuran los cambios revolucionarios que están teniendo lugar, en particular, en América del Sur.
Después del triunfo revolucionario en Cuba hace 50 años, y los 48 de la proclamación de su carácter socialista, es --a partir de la última década del siglo pasado y en lo que va del presente-- que se reconfigura el mapa geopolítico de América Latina y el Caribe.
En Venezuela, Bolivia y Ecuador tienen lugar importantísimos cambios revolucionarios rumbo al socialismo del siglo XXI. En Chile, Brasil, Argentina y Uruguay, se está en presencia de limitados avances reformistas de centro izquierda. En Perú, República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Honduras, Haití y Guatemala se produce un cierto corrimiento hacia el centro sin que se puedan percibir cambios de alguna significación e importancia, salvo en política exterior en Honduras y Costa Rica. En tanto que en México, Colombia y El Salvador continúan en el poder gobiernos conservadores de derecha.
En El Salvador la situación empezará a ser diferente a partir de junio con la llegada al gobierno del electo presidente Mauricio Funes. Por lo que hasta ahora se percibe, se le puede ubicar, tentativamente, entre los gobernantes reformistas, moderados, de centro izquierda y cuyo rumbo ulterior lo irá marcando el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, sus votantes y el propio pueblo salvadoreño.
Como no dispongo de elementos suficientes, no me es posible definir la ubicación que podría corresponderle a Nicaragua y Paraguay, lo cual no quiere decir que no tenga en cuenta y no destaque el significado e importancia que tiene el retorno al gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, por la vía electoral y que constituye un hecho sin precedentes desde el punto de vista revolucionario. En cuanto a Paraguay, el arribo al gobierno del presidente Fernando Lugo marca el principio del fin de 60 años de sanguinaria tiranía militar y continuismo contrarrevolucionario, represivo y anticomunista de Stroessner y sin Stroessner.
En cuanto a Estados Unidos, la derrota electoral de los republicanos y los 100 días en la Casa Blanca del primer presidente afroestadounidense electo, ha despertado expectativas e ilusiones pero, a su vez, no quiere decir que haya desaparecido la amenaza que para el propio pueblo estadounidense y los pueblos y países de América Latina y el Caribe, representan los intereses del imperio, la globalización agonizante y el desahuciado neoliberalismo.
En todo caso, la dinámica de los acontecimientos apunta en dirección de una correlación cada vez más favorable a las fuerzas revolucionarias, populares, democráticas y progresistas al sur del río Bravo. En ese marco, no hay que subestimar los peligros que amenazan y ponen en riesgo las conquistas revolucionarias.
En efecto, quienes controlan los hilos del poder, la seguridad, espionaje, conspiraciones, atentados, trabajo sucio y desinformación, dentro y fuera de Estados Unidos, tratarán --por todos los medios y de acuerdo a las condiciones y circunstancias de ahora-- de revertir el mapa geopolítico actual del Continente lo cual pasa por: 1) desestabilizar la Revolución Cubana, la Revolución Bolivariana en Venezuela, la Revolución Plurinacional y Multilingüe en Bolivia y la Revolución Ciudadana en Ecuador, fraguar atentados contra sus dirigentes y urdir complots para derrocarlos; 2) reprimir y criminalizar las luchas revolucionarias y populares, y 3) forzar el retroceso y realineamiento en países con gobernantes moderadamente socialdemócratas, el retorno a la derecha de los que se hayan desplazado hacia el centro y el apuntalamiento y apoyo a los de extrema derecha.
Tal es el peligro principal que amenaza a los países y pueblos de América Latina y el Caribe en el marco de la recesión global que es a la clase obrera, el campesinado, los pueblos indígenas y las capas medias a quienes más afecta y sólo beneficia al imperio, las grandes corporaciones transnacionales y el sistema bancario y financiero mundial.
Diario La Hora, Guatemala
29 de abril de 2009RRR \ cgs
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