lunes, 27 de abril de 2009

2008: Año de la recesión

Los compañeros de siempre,
y los amigos de verdad




Un compañero es de los de siempre y un amigo es de verdad porque se les tiene afecto, respeto y admiración. Forjar una amistad y el compañerismo en la lucha, depura, supera, hermana, une. La camaradería y amistad inspira confianza, lealtad, consecuencia. De ahí que los amigos de verdad, sean los compañeros de siempre y los compañeros de siempre, los amigos de verdad.

La amistad se finca en lo que es común, el barrio donde se creció, las aventuras, travesuras, inquietudes, anhelos, ilusiones, peleas y trifulcas. Los compañeros de lucha, están entre lo mejor de los obreros, los campesinos, las capas trabajadoras y los pueblos indígenas, y los que luchan con ellos por sus intereses, demandas y reivindicaciones de clase.

Para quien proviene de las capas medias, no es fácil alcanzar esa identificación de clase. Se logra con la militancia, participación y relación orgánica, la acción revolucionaria, estudio y aplicación creadora de lo más avanzado y actual del pensamiento revolucionario, de acuerdo a las condiciones concretas de cada país, y la asimilación inteligente de las experiencias de otros pueblos.

El revolucionario, como lo dijera Lenin, no es quien se hace al advenir la revolución, sino el que mantiene con firmeza los principios cuando los liberales y los demócratas más vacilan.

Es revolucionaria, entonces, la lucha que enfrenta a la clase obrera, el campesinado, las capas trabajadoras de la población y los pueblos indígenas con la oligarquía; es decir, entre las fuerzas sociales y populares decididas a derrumbar el sistema imperante y, luego de la toma del poder político, transformarlo de raíz y la clase que las explota, oprime y discrimina y se aferra al pasado y a su sistema impuesto.

En el mes del 64 aniversario de nuestra Revolución de Octubre, hay que destacar sus realizaciones, significado y trascendencia social y popular. Además, rendir merecido homenaje a los amigos de verdad y a los compañeros de siempre, los que ya fallecieron o cayeron luchando por Guatemala, la Revolución y el Socialismo, así como a los que continúan en la lucha por una Guatemala multiétnica, pluricultural y multilingüe, democrática, revolucionaria, soberana e independiente y que solidaria e internacionalistamente apoyan las luchas del pueblo estadounidense en el corazón mismo del imperio, la resistencia iraquí y en Afganistán, al pueblo palestino, la Revolución en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Paraguay, la lucha del pueblo de Brasil, Uruguay y Argentina, la campaña mundial por la libertad de los cinco luchadores cubanos contra el terrorismo prisioneros del imperio y el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero que los gobernantes estadounidenses mantienen contra Cuba por cerca de medio siglo.

El Comandante Fidel Castro Ruz ha dicho que “Revolución es… cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas…; es unidad, …independencia, …luchar por nuestros sueños de justicia; … es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”.

Son éstos los más nobles, profundos y sublimes sentimientos y convicciones revolucionarias que hermanan en la lucha y permiten, en la víspera, tener presente que, 41 años atrás, las balas con que la CIA y los verdugos bolivianos creyeron que segaban la vida del Guerrillero Heroico, lo inmortalizaban.

Entre los amigos y compañeros, Chaly Morales es más que admirable, es ejemplar, indoblegable y como Carlos Guillermo, Alfonsito Orantes, Wilfredo, Otoniel, Edgar Morán y Julio Rodríguez, Roque, Loyola, Eulogio e Iván, Ernesto, José Ramón y Ana María, es de los de verdad, de los de siempre.

Nayo, Huberto, Silva Jonama, Barrios Klee, Turcios Lima, Rolando, Libo Haroldo, Tono Fernández, Leoni, Néstor, Leonel, Otto René, Hugo Rolando, Andrade Roca, Centeno, Nayo Lemus, Robin, Oliverio, Rogelia, Myrna, Colom Argueta, López Larrave, Fito Mijangos, Camey Herrera, Gómez Padilla, Ovando Sánchez, Saúl Morales, Santiago López, Landa, Mariano, Tonita, Remigio, Ramón, Higinio, Clara, Luz Haydé, Manuelita, Hugo Adaíl, Arqueles y Manuel José, sobresalen.

Están presentes, Arbenz Guzmán, Allende, Shafick y Arismendi. Paz Tejada, Bauer Paiz, Amado, Nicolás, Marta Aurora, María del Carmen, Carlos Enrique, Amadeo, Piedrasanta, Tristán y Ramiro, persisten. Julio Fausto, está de pié.

Camilo, el Che y Fidel, encarnan la forma más alta de consecuencia, lealtad, firmeza y confianza en la Revolución y el Socialismo.


Diario La Hora, Guatemala
8 de octubre de 2008,
RRR \ cgs

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