viernes, 29 de agosto de 2014

A media semana



El gobierno actual,
sus debilidades y grietas

La gestión gubernamental del partido oficial está actualmente en manos de un grupo de empresarios y militares de alta graduación. Ello le permite al Presidente mantener el control del ejecutivo y sus dependencias y disponer de un cierto margen de maniobra en el Congreso de la República. Esto, por un lado. Por el otro, conforme se acercan las votaciones del año entrante, es más evidente el desgaste, agotamiento y desprestigio de la gestión gubernamental actual, las grietas y fisuras al interior del partido oficial, el transfuguismo, sus debilidades y limitaciones, contradicciones y disputas.

Las contradicciones y disputas, aunque no son antagónicas, corresponden a distintos reagrupamientos e intereses de por lo menos tres grupos de poder que tratan de que se les tome en cuenta y no quedar al margen de lo que el oficialismo “decida” respecto al candidato presidencial y vice presidencial a nominar, la lista de diputados y de autoridades municipales.

En tales condiciones, el gobierno tiene serias dificultades y graves problemas en lo económico y político. En lo gubernamental, su gestión nada tiene de exitosa; en lo económico, financiero y fiscal, está en un atolladero. El endeudamiento aprobado y lo que está por convenir, es de lo más desproporcionado e irresponsable. Prácticamente el país está hundido en la pobreza y en la pobreza extrema mientras que la corrupción se da a todos los niveles e instancias de la administración pública y la élite oligárquica tradicional se enriquece a manos llenas.

En lo político, el aislamiento, desprestigio y falta de credibilidad en la gestión gubernamental, crece en espiral tanto entre sus propios “votantes” como entre la población en general; el descontento e indignación social y popular, se generaliza y expande en el interior del país; al gobierno le resulta prácticamente imposible resolver las demandas de los pueblos indígenas y campesinos contra la explotación minera y las hidroeléctricas en manos extranjeras, los desalojos violentos y represión a las comunidades, la criminalización de la movilización y protesta social, la lucha por sus derechos ancestrales, la vida, sus territorios, tradiciones, conocimientos y cultura.

Es en este contexto que se pone de manifiesto y expresa, agudiza y agrava la contradicción fundamental entre quienes gobiernan y las demandas y exigencias de los pueblos indígenas y campesinos; es decir, de la mayoría de la población. Es, en suma, lo que terminará pesando más contra el partido gobernante en sus propósitos por asegurar la “elección” de sus candidatos a nominar.

Y en tanto que el partido oficial no tiene asegurada esa “elección”, lo que al gobierno le queda es tratar de copar los otros organismos de Estado: Corte Suprema de Justicia, Cortes de Apelaciones, Contraloría General de Cuentas, Defensoría Pública Penal y Corte de Constitucionalidad, tal como ya lo hizo con el Tribunal Supremo Electoral, TSE, y el Ministerio Público, MP.

Es así como quienes gobiernan presupuestan garantizar su “continuidad”. El “continuismo” así “asegurado”, constituye, en el momento actual y en lo que queda de aquí al 14 de enero de 2016, el  peligro principal que amenaza y atenta contra nuestro país y nuestro pueblo, el Estado y sus instituciones, y la ya tan violentada institucionalidad gubernamental y estabilidad política y social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario