Un momento extremadamente
tenso y peligroso
La para muchos tan mercantilizada, mediática y distractora, así como para no pocos atrayente, angustiosa y alienante Copa Mundial de Fútbol que está realizándose en la Patria del indoblegable luchador contra el apartheid y resuelto independentista, Nelson Mandela, ha silenciado --a nivel de noticia y opinión, en los medios del país-- el peligro de un inminente conflicto bélico nuclear de inimaginables consecuencias en el Medio Oriente y que nos amenaza y afectaría a todos. Esto, por un lado.
Por el otro, la convulsionada y tensa situación que en lo institucional se agrava aún más luego de la erupción del volcán de Pacaya y el paso de Ágatha, ha dejado de lado --igualmente, a nivel de noticia y opinión, en los medios del país-- el extremadamente peligroso y amenazante momento por el que se está atravesando en lo internacional. Esto no es de extrañar. Lo excepcional sería que en los medios nacionales se reprodujeran los despachos y opiniones dadas a conocer y se comentara lo que en otros países se publica al respecto y que permite advertir la gravedad y tensión del momento.
El Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, lo viene advirtiendo con fundamentada razón, suficientes y comprobables elementos de juicio e inobjetable información y opinión. En ocho de sus más recientes Reflexiones se refiere a ello. Como es fácil advertir, en un espacio como el que tengo asignado para esta columna es imposible resumir lo fundamental del pensamiento, información y opinión contenida en tan importante documentación.
Sin embargo, a los lectores que toleran o respetan mi modo de pensar y proceder, así como lo que comento y sostengo en este espacio de opinión y que estuvieran interesados en conocer el texto completo de tan interesantes Reflexiones, me las podrán solicitar al momento de que disponga de una nueva dirección electrónica ya que la que venía utilizando hasta el pasado viernes 18 está temporalmente inhabilitada. En su momento, la daré a conocer por este medio.
Ojalá también pudieran tener algún interés los iracundos e intransigentes lectores que a través de sus correos que envían a La Hora nada quieren saber de mi manera de pensar y de mi trayectoria política de la que no reniego sino reafirmo con cada línea que escribo y con mi labor diaria a favor del esclarecimiento y enriquecimiento de las cuestiones fundamentales de la teoría y la práctica revolucionaria.
A la intransigencia e intolerancia de quienes parecen secundar o servir de caja de resonancia a la derecha conservadora, neoliberal y jurásica hay que agregar la labor desorientadora y de distracción de los neo y libre e “independientes” pensadores, analistas y columnistas de opinión, algunos de ellos otrora militantes de izquierda, radicales e intransigentes de palabra y, en la práctica, dogmáticos, burocráticos y conservadores, y de lo que ahora no se recuerdan, olvidan o por conveniencia o acomodamiento esconden o abjuran.
Unos y otros, deberían saber que el momento no está para centrar la atención en lo secundario sino ocuparse de lo principal así como dejar de tergiversar, silenciar o ignorar lo que se debe informar y sobre lo que hay que opinar, tanto en lo nacional como en lo internacional.
Si bien es cierto que la tensión y tirantez es menos grave en la península coreana que en días pasados, no por ello deja de ser delicada y peligrosa.
Es en el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz y las aguas marítimas y costas de Irán hacia donde la amenaza nuclear estadounidense e israelí pone al mundo al borde de una “catastrófica guerra nuclear que en brevísimo tiempo estallará”, según lo advierte el máximo líder de la Revolución Cubana en sus Reflexiones publicadas el lunes.
El peligro es aún mayor si se tiene en cuenta que la Casa Blanca, los militares del Pentágono y sus aliados están empantanados en su guerra contra Irak y lo que se vislumbra en Afganistán es una humillante derrota política y militar de las tropas invasoras jefeadas ahora por el general David Petraeus.
Abrirse un frente más de guerra en Irán, en el Suroeste de Asia, entre el mar Caspio y el golfo Pérsico, no es una señal de fortaleza del imperialismo estadounidense sino de desesperación y aventurerismo, debilidad y aislamiento y del fracaso de su diplomacia y política exterior.
La insensatez, agresividad, aventurerismo y prepotencia del imperio y sus aliados en Israel, es lo que hay que desbaratar a fin de salvar a la Humanidad de esa hecatombe nuclear cuyas inimaginables y nefastas consecuencias --repito e insisto-- nos afectarían a todos.
En tales condiciones, el desenlace de la Copa Mundial de Fútbol 2010 ya no tendría significación e importancia para quienes la hayan seguido día a día tanto como para quienes están decepcionados por lo que ya pasó con Brasil y la humillante derrota sufrida por Argentina. Uruguay, el día de ayer, peleó hasta el último momento frente a un rival que se impuso en forma impecable. A esta hora ya se sabrá quién enfrentará a esa impresionante Naranja Mecánica en la gran final del domingo.
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