La normativa constitucional vigente
y las reformas propuestas (6)
Volviendo a lo que se refiere al estudio del Derecho, a manera de ejemplo, me pregunto si en las facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales del país se tiene como texto de estudio y consulta algunas de las obras fundamentales del destacado e ilustre jurista chileno Eduardo Novoa Monreal (1916 – 2006) como las siguientes: El derecho como obstáculo al cambio social (1975); Justicia de clase (1978); ¿Vía legal al socialismo? El caso de Chile (1978); Derecho, política y democracia (Un punto de vista de izquierda) (1983); y Obras Escogidas. Una critica al derecho tradicional (1993), y que el estudiante se interese y ausculte por su cuenta lo nuevo con que se ha enriquecido la doctrina y la práctica jurídica.
Lo deseable sería que se propusiese salir de los moldes de la formación formal y repetitiva, abstracta, y se ponga fin a prácticas indeseables como la de ganar los exámenes por ganarlos, estudiar no para aprender sino para memorizadamente repetir lo que a última hora se haya remachado en copias. En mi tiempo de estudiante las excepciones no eran pocas. Así como se contaba con catedráticos que sabían impartir sus conocimientos y experiencia docta y competentemente, había destacados y estudiosos alumnos.
Según tengo entendido, actualmente no es habitual que se estimule y propicie y el estudiante se dedique a la investigación científica, individual y colectivamente programada. No se estudia para aprender y capacitarse integralmente ni para que en el ejercicio de la profesión, además de dar muestras de capacidad, se proceda con solvencia, integridad, responsabilidad y honestidad, comprobada vocación social y de servicio y rigurosidad científica. No ignoro las honrosas excepciones que, sin duda, las hay.
En una época como la actual, son nuevos y valiosos los aportes que en lo jurídico y constitucional se están dando. Dos o tres cuestiones tienen particular relevancia doctrinaria e institucional.
Primero, la institucionalización en otros países de la democracia real, funcional y participativa que, como concreción de una democracia más avanzada, supera la formal y desfasada concepción de democracia representativa que es fácil identificar los intereses de clase a los que corresponde, sirve y tutela.
Segundo, la legitimación del carácter de la nación como una nación multiétnica, pluricultural y multilingüe. Esto quedó consignado en los Acuerdos de Paz lo cual fue un gran avance en su momento y su no institucionalización posterior en nada disminuye su vigencia y trascendencia.
No es ésta la dirección hacia donde van las propuestas de proReforma y de la bancada Lider.
La copia al carbón de instituciones, prácticas jurídicas e instrumentos de legitimación de lo constitucional y su legislación no es el camino a seguir para modernizar y cambiar el orden constitucional vigente. Choca con nuestra realidad y para cambiar esa realidad ha de tenerse en cuenta nuestra historia, la situación y realidad guatemalteca, los principales problemas a resolver, la época en que se está y lo que está sucediendo en el área, en la región y a nivel mundial.
Es correcto proclamar que hay que ver hacia el futuro pero ello deja de tener validez si no se tiene en cuenta el pasado y el presente y, en lugar de avanzar, lo que se propone es retroceder, ir para atrás
La lógica más elemental y el sentido común indican que hay que ver el pasado como fuente de conocimiento, experiencia y --sobre todo y fundamentalmente-- para aprender a no repetir los errores en que se haya incurrido, tener en cuenta, rescatar y actualizar lo bien hecho y, sobre esas bases, en lo institucional, avanzar hacia una etapa superior de desarrollo, progreso, bienestar, prosperidad, solidaridad y justicia social.
Los problemas, en mi opinión, no es suficiente describirlos. Hay que saber analizarlos, conocerlos a fondo, establecer sus causas y consecuencias y el contexto en que se dan. Sólo social y colectivamente es posible plantear su solución y resolverlos con objetividad y certeza. La improvisación e imposición lleva al fracaso y lo no resuelto se sigue agravando.
En lo político, social e institucional, no se trata de relegitimar el viejo orden, lo caduco, lo que está en crisis y, además, ignorar la realidad y características del país y nuestra sociedad, así como los problemas acumulados y no resueltos. No prever los problemas ni anticiparse a ellos, impide avanzar hacia la institucionalización de los cambios de fondo que nuestro país necesita. (Continuará).
Comentarios recibidos en el Diario LA HORA
ResponderEliminarNoel De Paz
Miércoles, 10 de Febrero de 2010 14:35
Estimado columnista, sin entrar a discutir lo positivo o negativo de Proreforma, entiendo que puede o no apoyarse; pero lo realmente importante, y que tanto nos falta, es una propuesta. Criticar no basta, debemos, como usted lo dice, analizarlos, conocerlos, etc., pero finalmente proponer. Esperamos la suya.
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Regis Rimbaud
Miércoles, 10 de Febrero de 2010 15:41
Lyon, France. La Republica de Guatemala cuya base histórica procede de los principios de la Republica Francesa, requiere de una Asamblea Nacional Constituyente para cambiar la Constitución, sobre todo en materia de la Estructura del Estado. No entiendo porque si los proponentes de Pro-Reforma quieren proponer cambios tan profundos, no están interesados de hacer esos cambios a través de la Asamblea Nacional Constituyente en donde todo el pueblo estaría representado.
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Licda. Reina Esther Najera
Miércoles, 10 de Febrero de 2010 16:13
En La Feria Internacional del Libro Cuba 2010 presentarán el libro COMO EDUCAR A LOS HIJOS el cual esta dirigido a toda la familia y trata entre otros aspectos el rol de los abuelos, los errores básicos de la crianza, la sobreprotección, el estilo de educación ideal y hasta el castigo físico. La mayoría de Medios de la Comunicación juegan papel determinante en la formación de un niño y en nuestras naciones en vez de programas culturales y educativos nos mandan telenovelas, pornografía y violencia. Por ultimo el grado de analfabetismo que tenemos. Las mayorías no tienen acceso a la enseñanza porque los niños trabajan y los explotan.
Opinión
Miércoles, 10 de febrero de 2010