miércoles, 25 de noviembre de 2009

A media semana

Ante lo nuevo que surge,
lo viejo se resiste a desaparecer


Para Lupita, mi nuera, en su cumpleaños


No por ser una afirmación que viene repitiéndose desde hace ya mucho tiempo, el título de mi columna de hoy ha dejado de ser cierta. Lo que en su tiempo estudió, sistematizó y planteó Marx lo confirma y, desde luego, lo ratifica lo logrado a partir de noviembre de 1917 por Lenin y el partido Bolchevique en la Rusia zarista que debieron enfrentar a los guardias blancos alzados contra el poder de los soviets de obreros, soldados y campesinos, hasta derrotarlos.

Más cerca de nosotros, está el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959. A la Isla, los magnates expulsados del poder y la reacción internacional encabezada por la ultraderecha estadounidense, la han acosado, provocado, amenazado, agredido y hostigado y se resisten y oponen a levantar el bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace casi 50 años mantienen contra Cuba.

Otro tanto parecido es el papel de la Casa Blanca y la ultraderecha ante los cambios que empezaron a darse en la última década del siglo pasado en América del Sur y en lo que va de estos nueve últimos años.

Para el caso de Guatemala, dos ejemplos son ilustrativos. A la Revolución de Octubre de 1944 y sus conquistas y logros democráticos y progresistas, la reacción local, los monopolios estadounidenses y la CIA le opusieron una feroz resistencia que culminó con la intervención extranjera de junio de 1954 y la renuncia del presidente Arbenz el 27 de julio de aquél año. Esto, por una parte.

Por la otra, después de 36 años del enfrentamiento armado interno al que se le puso fin el 29 de diciembre de 1996 con la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera, en el país estaban dadas las condiciones para implementar el contenido sustantivo e integral de los acuerdos suscritos lo que, en la práctica, venía a constituir y constituye la base y fundamento de los cambios de fondo a institucionalizar en el país.

A partir de aquel momento la derecha conservadora, obstinadamente, se ha opuesto a lo convenido entre el gobierno guatemalteco y la CG de URNG y continúa y prolonga su desacuerdo mantenido durante los seis años que duró el proceso de paz y la búsqueda de una solución política negociada.

En la no implementación de lo acordado tienen responsabilidad por igual los cuatro últimos gobiernos y la URNG que, como parte signataria, está obligada a velar y luchar por su verificación y cumplimiento. Sin embargo, en la práctica la organización se ha invisibilizado.

Por su parte, la sociedad civil, ONGs, sectores sociales y populares, las dirigencias de los pueblos indígenas, el movimiento sindical y campesino, la prensa “independiente” y la comunidad internacional han contribuido a desnaturalizar los acuerdos, su burocratización, sectorialización y dispersión.

Como lo decía la semana pasada, en lo internacional el rasgo característico del momento lo constituye la contraofensiva del imperio, la derecha y la reacción ante los avances de las fuerzas revolucionarias y progresistas, los pueblos y países de Centro América, América Latina y el Caribe y el resto del mundo. Es la expresión de la lucha de clases en lo internacional y que, a la vez, se da a lo interno de cada país aunque haya quienes se resistan a verlo así y obsesivamente lo nieguen.

Lo que está aconteciendo en nuestros días cuestiona y desmiente la afirmación de la desaparición de las clases sociales y de la lucha de clases como motor de la historia y los cambios económicos, sociales, políticos e institucionales.

No es que se sea antiimperialista por el afán de serlo y se responsabilice al imperio por lo nefasto y salvaje del capitalismo en su fase superior en que se encuentra y se asienta. Por su naturaleza y carácter, las contradicciones antagónicas y no antagónicas en que se debate, la agresividad y doble moral con que procede, no debería prevalecer como sistema en nuestro mundo de hoy. De ahí que haya que unirse y luchar por ese otro mundo que es posible construir.

La ofensiva que el gran capital encabeza contra los pueblos y países en escala mundial y contra el propio pueblo estadounidense, no es porque sea más poderoso que hace 20 años. Al contrario, es resultado de su debilidad y aislamiento. Es esto lo que determina y define lo peligroso de la situación actual y la necesidad de saber cómo enfrentarla.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

A media semana

La hoja de ruta de los 155 días


En la víspera del cumpleaños
de mi nieto José Miguel


La torcida de brazo que la embajada de Estados Unidos le dio a los que estaban detrás de los camisas blancas de mayo, detuvo el golpe de Estado contra el actual gobernante guatemalteco. A los personeros del embajador Stephen McFairland y a él mismo, si es que intervino, no les fue difícil conseguirlo aunque no hayan podido, por razones obvias, decirles toda la verdad y el porqué tenían que presionarlos para que desistieran. A estas alturas está claro que si se daba un golpe en Guatemala se ponían en riesgo y hasta podrían interrumpirse los planes de la extrema derecha y ultraconservadora para Centro América y el Caribe y, en particular, contra Honduras, Nicaragua y El Salvador.

A raíz del asesinato el 10 de mayo del abogado Rodrigo Rosenberg, y el escándalo derivado de las revelaciones contenidas en un video que al día siguiente se dio a conocer y que se supo que había sido grabado días antes de ser ultimado por un grupo de desconocidos, la cúpula empresarial del país, sus allegados y colaboradores, montaron una campaña antigubernamental que desestabilizó el país y ocupó los espacios más importantes de información y opinión del extranjero. Las condiciones para un golpe estaban dadas.

Sin embargo, la conspiración contra el presidente Manuel Zelaya por parte de las familias más poderosas de la oligarquía de Honduras y los altos mandos del Ejército hondureño, con el conocimiento y complacencia del Departamento de Estado, evitó que aquí, en Guatemala, se diera una asonada golpista más (aunque ya no a la usanza de las de los años 80 del siglo pasado o como la que en marzo de 1963 depuso al gobierno corrupto de Ydígoras Fuentes).

La hoja de ruta de los 155 días para el caso de Honduras y que arranca con el golpe militar del 28 de junio y, en su primera etapa, podría “culminar” el domingo 29, tiene un antes, un durante y un después que, en su recorrido, deja ilustrativas y aleccionadoras enseñanzas para el pueblo hondureño y demás países del área, del resto de América Latina y del mundo entero, y aísla y desprestigia internacionalmente a quienes la maquinaron y pusieron en práctica, así como a sus aliados.

El rasgo característico del momento es la abierta, frontal y generalizada contraofensiva de la extrema y ultraconservadora derecha en escala regional, continental y mundial.

Ante el fracaso de la globalización y el modelo neoliberal, de la política de libre mercado y la bancarrota bancaria y financiera, al imperio no le queda otra salida que la que pasa por la fuerza, la imposición, las amenazas, el chantaje, las provocaciones, y la continuación de su política de terrorismo sin fronteras y guerras de ocupación y conquista.

Para quienes estén interesados en conocer el antes del golpe, bien valdría la pena que ingresaran al medio alternativo kaosenlared.net y consultar el artículo de Eva Golinger en que, bajo el título de “Honduras, la victoria del ‘Smart Power”, da los pormenores de todo lo que precede a lo acontecido a partir de la captura en horas de la madrugada y la expulsión a Costa Rica el 28 de junio del presidente Zelaya.

En cuanto a lo que ha estado sucediendo durante lo que va de los 155 días de la hoja de ruta trazada con detallada precisión por el “poder inteligente” al que se refiere Golinger, el cineasta hondureño Oscar Estrada se ha ocupado de registrar y dar a conocer a través de su bitácora la resistencia de todo el pueblo contra el golpe militar en su país.

Igual papel juega el servicio RDS-HN que recoge y reproduce lo mejor de las opiniones e información sobre la cada vez más agravada crisis institucional no resuelta en nuestro vecino país, así como las hasta hoy 144 heroicas jornadas de lucha por el restablecimiento del orden constitucional. La documentación en referencia se puede solicitar a estrada@honduras.com y contacto@rds.org.hn respectivamente.

Queda mucho por decir y registrar, sistematizar y analizar acerca de lo acontecido en Honduras últimamente y lo que vaya a suceder durante los próximos 11 días y después de la farsa electoral a realizarse bajo un régimen de facto, con el apoyo de la Casa Blanca y la derecha ultraconservadora estadounidense y del extranjero, así como respecto al desenlace de esta tan agravada crisis institucional que afecta a Centro América y el Caribe, a los pueblos del sur del Continente y el resto del mundo. Se puede anticipar, eso sí, que jamás podrá institucionalizarse un gobierno legítimo sobre el poder de las bayonetas ni con el abusivo intervencionismo imperial en los asuntos internos de nuestros países.

viernes, 13 de noviembre de 2009

A media semana

Vigencia y proyección del
pensamiento y lucha de Martí



La Primera Conferencia Internacional “Martí, Juárez y Lincoln en el ALMA de Nuestra América”, como lo comenté la semana pasada, se celebró en Monterrey, Nuevo León, México. Contó con el apoyo de la Sociedad Cultural José Martí y el Centro de Estudios Juárez-Martí, ambos con sede en Monterrey, y fue convocada a iniciativa de una amplia delegación de la Sociedad Cultural José Martí durante una reunión sostenida con una representación de las Instituciones Martianas de Cuba.

El Presidente de Honor de su Comité Organizador fue el doctor Armando Hart Dávalos, Director de la Comisión Nacional Cubana del Programa Martiano. Su Presidente fue el doctor Jorge Cuellar Montoya, Presidente de la Sociedad Cultural José Martí de Monterrey. La Directora Ejecutiva fue la licenciada Águeda Marisel Oliva Castro, Rectora del Instituto Internacional de Monterrey. Como Secretario del Programa Científico del Comité Organizador actuó el doctor Mario Alfredo Nájera, Coordinador de la Cátedra José Martí de la Universidad Autónoma de Guadalajara. La Organización Profesional de la Conferencia estuvo a cargo del licenciado Eulogio Rodríguez Millares, Vicedirector de la Oficina Cubana del Programa Martiano.

Participaron, además, como miembros efectivos del Comité Organizador, la doctora Deysi Anisia Álvarez Guerra, del Instituto de Educación Superior José Martí, que tuvo a su cargo la Secretaría de Acreditación; el doctor Mario Nieves, del Comité Norte de la UNESCO, como responsable de la Promoción y Divulgación del evento; la Secretaría de Turismo, y los Coordinadores de los Grupos de Trabajo Temáticos.

Cuatro fueron los Ejes Temáticos a desarrollarse: 1. Martí: síntesis del pensamiento universal de su época; 2. Martí: vigencia de su pensamiento político; 3. José Martí y las premisas actuales de que “Un mundo mejor es posible”; y, 4. José Martí, la cultura, la educación, el derecho y las ciencias sociales en la lucha actual de América Latina.

Los trabajos de la Conferencia culminaron exitosamente y sus resultados son altamente alentadores, sobre todo, en el esfuerzo por ir configurando el pensamiento revolucionario de nuestra época y del que formen parte quienes estén en disposición y voluntad de ser partícipes de esta gran tarea histórica.

De ahí la importancia de los Acuerdos suscritos, entre los que destaca, el llamamiento dirigido a los pueblos y países de América Latina y el Caribe, a los profesionales, intelectuales, estudiantes, obreros, campesinos, religiosos y fuerzas políticas y movimientos sociales de todas las tendencias, a estructurar la Alternativa Martiana para Nuestra América (ALMA), sobre las bases siguientes:

a) Las estructuras a constituirse han de ser estructuras plurales, sin condicionamientos ideológicos y políticos y prejuicios de ningún tipo. Ello permitirá y hará posible la selección de los mejores pensamientos aplicables a nuestra época y contribuir, sana y honestamente, a la integración de Nuestra América, tal como lo soñó Bolívar, lo previó Martí, y defendieron grandes revolucionarios que dieron su vida y quienes continúan en la brega por la liberación y unidad de nuestros pueblos y países; y,

b) Que los Comités Nacionales y Locales de la Alternativa Martiana para Nuestra América a constituirse, impulsen el estudio y las acciones para dotar al Movimiento del nuevo pensamiento que como guía de acción se requiere en esta época, teniendo como punto de partida el pensamiento político de José Martí que alcanzó a sintetizar lo mejor del pensamiento de su época y que, ahora, hay que actualizar con las nuevas experiencias surgidas en el siglo XX y lo que va del actual.

Se trata, en consecuencia, de darle continuidad al ya iniciado diálogo entre generaciones, y “trabajar en la adopción de medidas que garanticen la aplicación de un programa de beneficio a las amplias masas para que tengan acceso a una cultura general e integral y cuya primera categoría es la justicia”.

Conforme al numeral 5 de lo acordado, la Conferencia de Monterrey convino en solicitar a la Oficina del Programa Martiano para que en el 2010, con ocasión del Bicentenario del inicio de las luchas por nuestra independencia del colonialismo español y el 115 de la Caída en Combate de José Martí, se convoque a una Segunda Conferencia Internacional a celebrarse en Nicaragua en el curso del segundo semestre del año entrante.

Se abren así las posibilidades de continuar forjando la más amplia unidad de fuerzas políticas y sectores sociales, el fortalecimiento de la integración de Nuestra América, y el nuevo pensamiento que como guía para la acción nos plantean los desafíos del siglo XXI.

jueves, 5 de noviembre de 2009

A media semana

Martí, Juárez y Lincoln:
la Conferencia de Monterrey




Coincidiendo con mi más reciente visita al Distrito Federal y Morelos, se estaba celebrando en Monterrey, Nuevo León, México, la “Primera Conferencia Internacional Martí, Juárez y Lincoln en el ALMA de Nuestra América”. A tan importante evento asistieron delegaciones de México, Cuba, Venezuela, Estados Unidos, Italia, Honduras, Nicaragua, Canadá, e invitados especiales. La Conferencia duró tres días: del 15 al 17 de octubre.

Los asistentes emitieron, entre otros, los siguientes documentos: 1) Declaración de Monterrey (Declaración Final); 2) Ponencia del Doctor Miguel Concha sobre la Trascendencia de la Teología de la Liberación para salir de la crisis; 3) Declaración a favor de los cinco antiterroristas cubanos prisioneros en las cárceles de Estados Unidos, y 4) Declaración contra el criminal bloqueo impuesto por EE.UU. a Cuba.

El objetivo principal de la Conferencia fue, como se dice en la Declaración Final, “definir las bases para la creación de la Alternativa Martiana para Nuestra América (ALMA)” y, de esa manera, fortalecer “los mecanismos de integración que como el ALBA, hacen realidad las aspiraciones de lograr la unidad e integración de nuestra Patria Grande Americana”.

La característica más sobresaliente de esta reunión fue su amplitud, pluralidad y lo diverso de las corrientes políticas participantes, la composición de las delegaciones, y las diversas profesiones y categorías ocupacionales que estuvieron presentes. Esto, como se dice en la Declaración de Monterrey, “constituye un paso de gran importancia para definir también las bases y contenidos del nuevo pensamiento y línea de acción que los pueblos de Nuestra América exigen hoy.

“La unidad de acción y la integración regional sobre bases nuevas que ha definido la ALBA, nos dibujan hoy un nuevo camino a nuestras luchas americanas por la definitiva liberación nacional y garantizar la igualdad de derechos para nuestros pueblos. Todo esto, unido a la necesidad de definir un pensamiento revolucionario y unitario basado en el pensamiento de José Martí y el legado de Bolívar, Juárez y Lincoln y los libertadores de América”. Así se consigna en la citada Declaración.

Los participantes en la Conferencia Internacional formularon un vehemente llamado a la opinión pública internacional a “estar alertas frente a las maniobras de las fuerzas retrógradas del Continente que intentan dar marcha atrás a los nuevos horizontes que tienen nuestros pueblos”. Condenaron enérgicamente el Golpe de Estado Perpetrado en Honduras por la oligarquía de ese país y ratificaron su plena solidaridad con el heroico y valiente pueblo hondureño “que en difíciles condiciones de represión, ha enfrentado día a día a los golpistas exigiendo el retorno a la legalidad y al derecho a construir un país más justo”.

De la manera más enérgica condenaron “la decisión del Gobierno de Colombia de entregar la soberanía de ese hermano país para convertirlo en una gigantesca base militar del imperialismo norteamericano dirigida contra las aspiraciones de los pueblos latinoamericanos y contra la ALBA, contra los procesos verdaderamente democráticos que tienen lugar en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, El Salvador, Paraguay y otros países”.

Según se afirma en la Declaración Final, quienes participaron en la Conferencia ratificaron lo planteado en los documentos de su Convocatoria y en los que se puntualiza que “ante la quiebra de todos los sistemas de ideas de la civilización humana se impone ir al análisis del pensamiento de todos los próceres y pensadores que hayan hecho una contribución importante a la historia de la humanidad. Este análisis ha de realizarse con independencia de condicionantes ideológicos y políticos, sin prejuicios de tipo alguno, seleccionando los mejores pensamientos aplicables a nuestra época”.

Se trata, entonces, de “continuar estudiando el legado histórico de los que nos enseñaron a pensar y luchar por la dignidad de nuestros pueblos y alcanzar la plena integración de la Gran Patria Latinoamericana y Caribeña”.

La Conferencia de Monterrey constituye, en el momento actual, un extraordinario y alentador esfuerzo en la búsqueda y concertación de la más amplia unidad de las fuerzas políticas y sectores sociales y populares, a fin de ir desarrollando el nuevo pensamiento y la línea de acción que guíe, resuma y enriquezca, en lo teórico y práctica, el cambio de época en que estamos y cuyo legado histórico está en la obra y acción de los próceres y pensadores que en el pasado lucharon y los que en el presente continúan en la batalla por nuestra real independencia. (Continuará)