América Latina y el Caribe:
la defensa de nuestra soberanía
San Carlos de Bariloche es la cabecera departamental de Bariloche y pertenece a la provincia de Río Negro, una de las 23 en que administrativamente está organizada la República Argentina. Es una ciudad de destino turístico situada a mil 600 kilómetros de Buenos Aires. Fue allí en donde se acaba de celebrar la Cumbre de la Unión de Naciones de América del Sur, UNASUR, a fin de tratar el tema de las bases militares de Colombia a ser utilizadas y dirigidas por el Pentágono.
Durante la Reunión de Quito, Ecuador, el pasado 10 de agosto, no se incluyó este tema no obstante la solicitud del mandatario venezolano, Hugo Chávez, de que la cuestión fuera tratada de emergencia y de que el presidente de Bolivia, Evo Morales, manifestara su rechazo a que siete bases militares en territorio colombiano sean utilizadas por militares estadounidenses. Lo que se convino fue reunirse de nuevo en Argentina para tratar el tema. Esta Reunión se celebró el pasado viernes 28 de agosto.
Para el presidente Uribe de Colombia, era suficiente con que en Bariloche las cosas quedaran como en Quito. Sin embargo no fue así, y aunque haya mucho que referir al respecto, tal vez habrá que empezar diciendo que la Reunión de Bariloche pone de manifiesto el cada vez mayor aislamiento internacional y descrédito de la política de guerra e intervención del Pentágono en América Latina y el Caribe, y que gobiernos como el colombiano es de los pocos que le van quedando como aliados incondicionales a sus propósitos expansionistas y de guerra, agresión y provocaciones.
UNASUR reúne a los jefes de Estado y de Gobierno de 12 países: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Surinam. Se institucionalizó en la reunión celebrada en Brasilia el 25 de mayo de 2008.
Según el Tratado de Constitución, cuenta con el Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno, el Consejo de Ministros, el Consejo de Delegados incluyendo el de su Consejo de Defensa, y la Secretaría General. El Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno puede reunirse ordinaria y extraordinariamente. Tanto en una como en otra reunión se pueden adoptar declaraciones que en el caso de la de Quito se le denominó Declaración Presidencial, y en la de Bariloche, Declaración Conjunta. La Reunión de Quito fue de carácter ordinario. La de Bariloche, de carácter extraordinario.
Al conjunto de países que constituyen la Unión se le considera como la quinta potencia mundial: su PIB asciende a 973 mil 813 millones de dólares. Abarca una población de 361 millones de habitantes en una superficie de más de 17 millones de kilómetros cuadrados. Sus exportaciones ascienden a 181 mil 856 millones de dólares. Cuenta con el 27 por ciento del agua dulce del mundo y con ocho millones de kilómetros cuadrados de bosques. Está rodeada por el Atlántico y el Pacífico. Es la región que más alimento produce y exporta en el mundo. Su disponibilidad de hidrocarburos está calculada para unos 100 años.
En la Cumbre de Bariloche, aunque si bien es cierto que se llegó al acuerdo de “garantizar que la presencia de fuerzas militares extranjeras no amenacen la seguridad del continente” y se suscribió el compromiso “de fortalecer a la región como una región de paz”, lo que en realidad se esperaba era algo más: la condena expresa a las siete bases militares con que cuenta Colombia en su territorio y que van a ser puestas a disposición y bajo el mando de las tropas estadounidenses.
De Bariloche en adelante es mucho lo que queda por hacer. El asunto de las siete bases en territorio colombiano es parte de un problema mayor y que tiene que ver con la existencia de otras 13 bases militares más que Estados Unidos tiene en Centro América, Sudamérica y el Caribe. Son bases que no sólo rodean y constituyen una amenaza para Venezuela, Ecuador y Bolivia sino para toda América Latina y el Caribe.
Lo de las bases militares estadounidenses en muestro Continente, además, no puede verse al margen de los planes de la seguridad nacional de Estados Unidos. El Plan Colombia, el Plan Mérida y el Plan Puebla-Panamá, son parte de esa estrategia y táctica envolvente e intervencionista, a lo que hay que agregar la reactivación de la IV Flota, y lo que tiene a su cargo el Comando Sur ahora instalado en Miami.
Es todo ello, en su conjunto, lo que constituye la mayor amenaza para la soberanía e independencia de los países al sur del Río Bravo y el peligro principal a combatir por los pueblos y países del Hemisferio Occidental.
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