miércoles, 20 de mayo de 2009

A media semana

Alternativa para el cambio


La grave crisis que se vive en Guatemala tendrá que resolverse --quiérase o no-- políticamente. Y aunque hay que tomar en cuenta el número de quienes fueron “obligados” y “acarreados” a manifestar el domingo en la Plaza de la Constitución en apoyo al gobernante y su esposa, como también el de los que “voluntaria” y “espontáneamente” se reunieron en la Plaza Italia en oposición al gobierno, esto no es determinante. Hay otros elementos y componentes más importantes, así como poderosos y encontrados intereses en juego, a considerar.

A partir del domingo 17, el gobierno queda debilitado y se aísla más. Esto se debe al errático manejo político de la crisis. Aunque ésta sea su debilidad principal, no quiere decir que se haya reducido al máximo su margen de maniobra y, menos, que esté a punto de caer o ser defenestrado. Esto, por un lado. Por el otro, el empresariado y sus seguidores no salen fortalecidos aunque sí con posibilidades de mantener la iniciativa, disponer de un mayor margen de maniobra y ejercer más presión a fin de alcanzar lo que ya se habían propuesto aún antes del asesinato de Khalil Musa y su hija, y de Rodrigo Rosenberg.

Son varios y distintos los factores que influyen, en una u otra dirección. El desenlace de la crisis no está a la vuelta de la esquina y su tendencia es a agravarse.

Al gobernante lo afectan contradicciones internas (no antagónicas aunque cada vez más evidentes) que podrían obligarlo a tener que hacer algunas concesiones y ceder en lo que hasta el domingo no parecía dispuesto, sin que ello signifique que el empresariado tenga todo a su favor.

No es una casualidad que, apresuradamente, haya tenido que venir al país el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental en funciones, David Robinson, reunirse a puerta cerrada con el mandatario guatemalteco y en presencia del canciller, el vicepresidente y el embajador estadounidense en Guatemala, diplomáticamente le manifestara “el total apoyo del gobierno de Estados Unidos ‘ante la situación”. Ese mismo día se informó que el visitante se reuniría con el sector privado. (Diario La Hora, 18 de mayo de 2009).

De lo que en ambas reuniones se haya tratado bajo la mesa no se sabrá nada y lo convenido por señas sólo servirá a las partes en pugna para ganar tiempo. Lo que no puede dejar de decirse es que la visita del funcionario estadounidense es una injerencia más en nuestros asuntos internos y una maniobra a dos bandas de la diplomacia intervencionista yanqui. Es, además, un atropello a nuestra soberanía e independencia y afecta y lesiona la ya tan deteriorada y vulnerada institucionalidad y estabilidad del país.

En tales condiciones, al gobierno no le queda sino comprometerse (aunque sea de palabra) a no interferir en el esclarecimiento de los crímenes que motivaron el mayor agravamiento de la crisis y respetar el debido proceso; insistir en su ya expresada decisión de ordenarle a la bancada oficial que agilice la aprobación de la iniciativa de ley sobre las Comisiones de Postulación y si lo logra será a cambio de compromisos costosos y tener que aceptar las condiciones de quienes se oponen a su emisión; dejar para después la modernización tributaria; aceptar la fiscalización independiente del Banco de Desarrollo Rural, S.A. (BANRURAL), y prescindir de algunos de sus funcionarios y allegados empezando, como se rumoró ayer y se confirma hoy, por sus personeros en ANACAFÉ. Lo que no parece fácil es que deje de lado sus asistencialistas y cuestionados programas de Cohesión Social ya que vendría a ser la mayor derrota política y personal de la gestión de quienes se dicen socialdemócratas.

En cuanto a cómo queda el empresariado después de su concentración del domingo, lo más peligroso es que se vaya a envalentonar aún más y en lugar de la cordura y sensatez a que llama a quienes lo secundan, predomine su arrogancia y prepotencia y trate de arrinconar más a quien puede que esté viendo vacilante, más aislado y debilitado de lo que en realidad está.

En medio del desbarajuste político e institucional a que se ha orillado al país, es esclarecedora la posición de la dirigencia del CUC y de CNOC que en conferencia de prensa del sábado 16 llamó a “constituir un bloque popular con representación de los diferentes sectores en donde se exija la transformación del Estado, y no caer en el juego de los grupos de poder… en pugna”. (albedrío, 17 de mayo de 2009).

Si así es, podría estarse hablando ya del comienzo de la articulación de la alternativa social y popular, unitaria e incluyente, de cara al futuro, para los cambios que el país necesita.


Diario La Hora, Guatemala
20 de mayo de 2009,
RRR \ cgs

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