Elecciones
y votaciones,
en
nuestro país (1)
Ricardo Rosales
Román
\ Carlos Gonzáles \
Cuando
ya había terminado de redactar la columna de hoy, fui informado del fallecimiento,
la tarde de ayer, del doctor Carlos González Orellana. Nuestro país pierde a un
valioso y ejemplar ciudadano, íntegro, honesto y que, con su ejemplo, supo
enseñar a ser leal y consecuente con lo que se hace, lo que se piensa y lo que se
dice.
Entrando
en materia, puedo comenzar diciendo que en los 70 años más recientes, cuatro
son las etapas durante las que han tenido lugar procesos comiciales. En una
primera (en la que sí se puede hablar de elecciones en tanto constituyen la
expresión de la voluntad libre y soberana del pueblo), tienen lugar dos
elecciones generales. Ambas, se celebran durante la Primavera Democrática
(1944-1954).
Una
segunda etapa se inicia después de la intervención norteamericana a Guatemala
(junio de 1954). La tercera, comienza con el golpe militar de 1963. Y, la
cuarta etapa, se "inaugura" en 1985 con lo que se ha dado en
denominar la transición democrática.
Durante
la segunda etapa (1954-1963), el sistema de votaciones se caracteriza porque
sus resultados, estrictamente hablando, no son expresión de la voluntad libre y
soberana del pueblo. Tiene lugar un plebiscito mediante el que el votante debía
de expresar de viva voz si estaba o no de acuerdo con que el cabecilla de la
invasión mercenaria encabezara el gobierno. Los resultados, consumaron una
imposición. El país estaba en Estado de Sitio y gobernado con base en un
Estatuto de Gobierno, de facto.
En
esta etapa, se anularon las votaciones de 1957. Fueron fraudulentas. Al
repetirse, por mayoría de votos, asume el poder un general del Ejército que es
depuesto por su ministro de la Defensa en 1963. A partir de aquél momento, se
inicia la tercera etapa y tienen lugar cuatro votaciones generales. En la
primera, se "elige" a un gobernante civil. Los militares le condicionan
la toma del poder mediante un pacto en el que, al suscribirlo, se obliga a
gobernar como lo hizo su antecesor, el coronel golpista.
En
esta etapa, mediante las otras tres votaciones, se imponen. fraudulentamente. a
tres generales que gobiernan durante sucesivos períodos de cuatro años. El
tercero de ellos, es derrocado en 1982 por un movimiento de militares jóvenes
que le encargan el gobierno de facto
a una Junta Militar integrada por tres oficiales de alta graduación. Además, se
anulan los comicios mediante los que el gobernante depuesto pretendió imponer a
su sucesor que, por supuesto, era, también, un general.
A
raíz del golpe militar del 8 de agosto de 1983, asume el poder otro general a
quien se le atribuye la "institucionalización" de la "apertura
democrática" y que en 1985 da inicio a la que corresponde denominar como
la cuarta etapa. En estos 29 años, han tenido lugar siete votaciones y
gobernado seis mandatarios civiles y un militar. En 1993, un presidente civil fue designado
por el Congreso de la República. El actual presidente, un general en retiro, obtuvo
la mayoría de sufragios en la segunda vuelta de las votaciones del 2011.
Lo
meramente descriptivo, no es suficiente: es lo inicial. Habrá que ahondar más respecto
al significado que en lo institucional y para el país, tienen estas cuatro
etapas. (Continuará).
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