Una victoria social y popular
que es inobjetable
No deja de llamar la atención que en Guatemala sea muy poco o casi nada o que en forma limitada y sesgada se informe o comente sobre lo que ha estado sucediendo en Bolivia en estos días. Tampoco se ha informado o sabido de demostraciones de solidaridad con aquél pueblo hermano o que lo que se ha expresado y se está haciendo no tiene espacio en los medios escritos, radiales y de televisión.
La derecha fascista en Bolivia está comprometida y empeñada --por todos los medios a su alcance y sin excluir el uso de la fuerza y la violencia contrarrevolucionaria-- en impedir el avance del pueblo boliviano hacia etapas superiores de desarrollo económico y social, político e institucional.
Hasta hace cinco días atrás, la situación en Bolivia se podía caracterizar por la intransigencia y exacerbación de la ofensiva de los sectores más reaccionarios y conservadores contra las medidas institucionales del gobierno revolucionario encabezado por el Presidente Evo Morales a fin de avanzar hacia la legitimación de un país plurinacional y multilingüe.
En 2007, se estimaba que la población de Bolivia ascendía a unos 9 millones 827 mil 522 habitantes. Su extensión territorial es de un millón 28 mil 581 kilómetros cuadrados. Política y administrativamente la República está organizada en nueve departamentos, seis de cuyas ciudades principales son Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, El Alto, Oruro y Sucre. Limita al norte y al este con Brasil, al sur con Paraguay y Argentina, y al oeste con Chile y Perú.
Según la Agencia Boliviana de Información (ABI), Bolivia es un país plurinacional y multilingüe en el que predominan cuatro grupos étnico mayoritarios que configuran el grueso de su población: blanco-mestizos, quechúas, aymaras y guaraníes. Asentados en el ala nordestina del Amazonas, existen, además, 33 grupos originarios, algunos de ellos en pequeños núcleos y sin relevancia poblacional.
En estos días, la oligarquía boliviana con el apoyo de la Embajada de Estados Unidos en La Paz, primero se resistió y se opuso a que se conociera y aprobara la Ley Electoral Transitoria que, según lo acordado en el referéndum popular de enero, debía ser emitida 60 días después y, enseguida, abandonó el hemiciclo parlamentario en una evidente maniobra para ganar tiempo.
Tan burda maniobra fue desbaratada gracias a la inteligencia, sagacidad e iniciativa del gobierno revolucionario encabezado por el compañero Evo Morales que con el apoyo del pueblo acaba de librar y ganar una batalla más al declararse en huelga de hambre y autorizar la elaboración del nuevo padrón electoral biométrico lo que obligó a la oposición a volver al Congreso y convenir la aprobación de la Ley Electoral Transitoria. Se asegura así la realización de las elecciones generales del 6 de diciembre y las de gobernadores del 4 de abril del año entrante.
El plan urdido y puesto en marcha por la oposición tenía el deliberado propósito de --además de oponerse a una decisión popular y social expresada en el referéndum de enero--, impedir que el Presidente Evo Morales asistiera a la Cumbre de la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) a inaugurarse mañana en la oriental ciudad venezolana de Cumaná y, además, que no estuviera presente en la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago de este fin de semana.
Ahora está claro que la oligarquía local, en lo interno, no deja de seguir oponiéndose a toda medida encaminada a institucionalizar los avances del proceso revolucionario boliviano y, en lo internacional, aislar a Bolivia e impedir a su Presidente asistir a las Cumbres de la presente semana.
Con la promulgación la mañana de ayer de la Ley Electoral Transitoria el gobierno revolucionario boliviano y el hermano pueblo de Bolivia se apuntan una inobjetable victoria social y popular y reafirman su voluntad y decisión política de avanzar aún más hacia la institucionalización de la nación de los quechuas, aymaras y guaraníes, más los 33 grupos originarios que a partir de las próximas elecciones y, por primera vez, podrán enviar a La Paz a sus representantes legislativos a la Primera Asamblea Plurinacional y Multilingüe, lo que constituye una victoria social y popular sin precedentes en América Latina y el Caribe.
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Aunque con Ana María pudimos manifestarle la noche del lunes nuestra solidaridad fraterna y sentido pésame al doctor Carlos González Orellana por el fallecimiento de su esposa e inseparable compañera, deseo reiterarle mi admiración y respeto a quien la educación en Guatemala le debe su dedicación y entrega como docente, ciudadano y revolucionario inclaudicable y ejemplar. Descanse en paz Zoila María Teresita Soto de González.
Diario La Hora, Guatemala,
15 de abril de 2009,
Ó RRR \ cgs
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