jueves, 16 de mayo de 2013



El desgaste gubernamental

Desde que el 14 de enero de 2012 el Partido Patriota (PP) sucedió en el gobierno a la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), la situación del país, en general, sigue igual si no es que se ha agravado. Nada permite prever que las cosas se vayan a arreglar. En 16 meses, la gestión gubernamental del partido oficial se ha desgastado en forma acelerada. 

Viendo las cosas lo más objetivamente posible, puede decirse que el país está ante un cada vez más agravado desgaste institucional, y que el desgaste institucional es consecuencia de la composición e integración del equipo de gobierno y sus limitaciones en el desempeño de sus atribuciones administrativas y de gobierno.

La integración y composición del equipo de gobierno --para decirlo comedidamente--, deja mucho qué desear. La mayoría de funcionarios no se caracteriza por su capacidad y competencia; se pone en duda su solvencia, idoneidad y transparencia. 

Es de lo más frecuente que se insista y hable de la corrupción y tráfico de influencias, el enriquecimiento de funcionarios y financistas de campaña, los contratos, negocios y compras carentes de transparencia, de las concesiones o usufructos lesivos para el país.

Sería extraño que se dejara de señalar la tendencia gubernamental a reprimir la protesta social, la militarización del país y el autoritarismo, la desatención a las necesidades de la  población más necesitada, a la educación pública y a la salud y la ineficacia y clientelismo de los programas sociales. 

En lo económico y social, la debilidad principal del gobierno consiste en el errático manejo de la economía y las finanzas, su incierto comportamiento, una reforma tributaria aprobada a toda prisa, la pésimamente convenida composición y distribución del presupuesto, el desmedido endeudamiento, la imposibilidad de concretar una política integral de combate a la pobreza y la pobreza extrema, la no solución de la inequitativa distribución y explotación de la tierra, la entrega de los recursos no renovables a empresas extranjeras, el desempleo y los bajos salarios.

En lo administrativo, su debilidad principal está en la corrupción e impunidad, la toma de decisiones e iniciativas improvisadas y precipitadas, la destitución forzada de funcionarios sindicados de corrupción o incompetencia y su sustitución por quienes se duda de su idoneidad y competencia. 

En lo político e institucional, se está ante el acelerado desgaste del partido gobernante, sus contradicciones no resueltas, la incapacidad y falta de voluntad para resolver los conflictos sociales. El narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia común, es una piedra más en el zapato de quienes gobiernan.

En su conjunto, estos componentes debilitan y limitan el poder político y gubernamental. A sus causas y consecuencias, no me refiero por ahora. En todo caso, lo descrito permite tener una idea aproximada de la gravedad de la situación. Ningún distractor político, publicitario o mediático, invisibiliza la situación en que se está. 

La implantación del Estado de Sitio en dos municipios de Jalapa y dos de Santa Rosa el 2 de mayo, resultó ser una disposición gubernamental de facto, en el vacío. Con su sustitución (ocho días después), por el Estado de Prevención, se continúa protegiendo a la mina San Rafael, acosando a los líderes comunitarios y amedrentando a la población. Cabe preguntarse, entonces, si es así como hay que manejar las crisis y como hay que gobernar al país.

miércoles, 8 de mayo de 2013



Una iniciativa encomiable
y necesaria

Desde principios del año, un grupo de profesionales universitarios, dirigentes políticos, sindicales, sociales y populares, estudiantes, jóvenes y mujeres, vienen haciendo tesoneros esfuerzos con el propósito de crear las condiciones y sentar las bases para la construcción de un movimiento que unifique a las fuerzas progresistas y populares en nuestro país. 

La iniciativa la tomó el ingeniero Raúl Molina y, junto a él, dirigentes y personalidades con trayectoria revolucionaria, democrática y progresista, se dieron a la tarea de organizar una serie de desayunos con el objetivo de auscultar y examinar las condiciones que pudieran existir, y viabilizaran el intercambio de ideas, opiniones y puntos de vista acerca de las posibilidades de articular una alternativa social, progresista, popular, unitaria, incluyente.

Los avances son alentadores. Ésa es la valoración de Américo Cifuentes, en su calidad de Coordinador del Comité de Seguimiento para la Construcción de la Unidad Progresista y Popular (CSUP), que fue electo y constituido durante el primer desayuno. 

En opinión del CSUP, el momento no sólo hace necesario emprender este esfuerzo sino, además, considera que las condiciones (en lo nacional e internacional) lo exigen y son favorables para empezarlo a concretar, avanzar en dirección de ampliar el intercambio de opiniones y puntos de vista y, en su momento, llegar a contar con los fundamentos ideológicos, políticos, sociales y culturales del proyecto y concertar la ruta a seguir en el trabajo de organización, educación, capacitación y formación política e ideológica.

Según se ha dado a conocer, no se trata de la organización de un partido político más, sino de un movimiento que se propone aglutinar a las fuerzas y agrupamientos progresistas y de izquierda, el movimiento obrero y sindical, los pueblos indígenas y el campesinado, movimientos sociales y populares, de mujeres, de la juventud y los estudiantes, las capas medias de la población afectadas por la crisis y las comunidades urbanas y rurales, bases del poder local. 

La magnitud del esfuerzo permite, de entrada, advertir las dificultades y tropiezos a enfrentar y, a la vez, las posibilidades y perspectivas reales y favorables para que, conforme la iniciativa avance y se amplíe, haga posible y viabilice una nueva forma de hacer política, una real y verdadera actualización del pensamiento y las ideas democráticas y progresistas, y una real y verdadera acción unitaria, participativa e incluyente.

Luego de seis exitosos desayunos, en dos de los más recientes, se encargó al CSUP la organización, convocatoria y celebración del Primer Seminario a fin de intercambiar ideas y opiniones acerca del camino a seguir para la construcción de la Unidad progresista y popular y sentar las bases de su trabajo y acción. El Seminario cuenta con el patrocinio de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala. 

El Primer Seminario tendrá lugar este sábado 11, a partir de las ocho de la mañana. Se estará realizando en el Instituto Emiliani (Calzada San Juan, frente al monumento de la Revolución de Octubre). Según el programa aprobado se expondrán dos temas centrales: 1) Motivación, necesidad y razón de ser de la unidad progresista y popular, a cargo de Víctor Hugo Godoy. Será comentado por Miguel Ángel Reyes y Amílcar Pop Ac; y, 2)  Filosofía, principios, estrategia y plataforma programática de la unidad progresista y popular, a cargo de José Antonio Mobil Beltetón. Será comentado por Carlos Aldana Mendoza y Andrea Ixchiu.

En horas de la tarde, después del almuerzo, los asistentes se reunirán en mesas de trabajo en donde podrán profundizar, enriquecer y mejorar los temas abordados y lo comentado. Previo a la clausura del Seminario, los coordinadores de mesa, tendrán a su cargo exponer el resumen de lo tratado y las conclusiones de las mesas. 

Se está, entonces, ante una iniciativa, un proyecto y un proceso no sólo desafiante sino necesario de emprender, saludar y trabajar para que sea exitoso. El día de hoy, hace once años, exactamente, empecé a publicar aquí, en el Diario La Hora, a media semana, esta columna. La ocasión es propicia para renovar mi compromiso de ser consecuente con lo que pienso y lo que tengo que hacer diariamente.